Ajedrea, aromática fungicida

Uno de mis objetivos para esta campaña es el seguir experimentando con tratamientos naturales a base de plantas.

Con una de las primeras que estoy probando, es con la ajedrea, aprovechando que tengo un par de plantas bien hermosas en el jardín. Esta aromática es rica en principios activos como el carvacrol y el eugenol, con un potente poder fungicida.Tiene una probada acción sobre royas, mildiu y oídio. Así como preventivo contra la lepra del melocotonero, donde estoy aplicándola y donde daré otro tratamiento después de la caída de la flor, antes de que se desarrollen totalmente las hojas y se manifieste la enfermedad. Aplicando después un tratamiento al mes durante abril, mayo y junio; como se recomienda en: El Cuidado Natural de los Árboles.
Para aplicar la planta prepararemos una infusión de de 25g de planta seca por litro de agua y diluyendo luego en una mochila (1l en 16l de agua) para su posterior aplicación. También se puede usar el aceite esencial de ajedrea, aunque deberé experimentar con las dosis al estar los principios activos más concentrados.
Pero mejor hacer pruebas con sustancias naturales que tirar de los arsenales químicos de los comercios.


De Jorge Ibañez a Samuel Gelblung

Publicado por Elisa Cornejo el 02/04/2014 en www.nuevarioja.com.ar y Diario NUEVA RIOJA Paradojas de la vida y sus misterios, de ciertos designios divinos y de la suerte o fatalidad fueron los idus de marzo, a la manera de un remolino. Escribe Héctor De la Fuente para diario NUEVA RIOJA. Avatares de la salud En un caso, el del modisto y diseñador de los famosos, Jorge Ibáñez, un famoso él también, paso tal vez a una mejor vida a sus 44 de edad aún teniendo una hermana cardióloga y un padre médico. En Ibáñez, las presunciones preliminares apuntan según las filtraciones periodísticas que anticipó Paulo Kablan por C5N (autopsia precoz de por medio): a un cuadro de miocardiopatía hipertrófica con posibles factores genéticos que se habría complicado con arritmias fatales. Y también se habla, como anticipó Clarín y apoyaron las eminencias consultadas, de un cuadro de hipertensión no diagnosticado ni tratado que terminó afectando su músculo cardíaco sumado al stress como otro factor de riesgo coronario. A veces, un electrocardiograma y un ecocardiograma, bastarían para diagnosticar lo de Ibáñez. En el caso del periodista todo terreno Samuel Gelblung y como él mismo reconoció, zafó debido a la pericia y rapidez del equipo de cardiólogos intervencionistas del Sanatorio Mater Dei de la Capital Federal asesorados también por el cardiólogo Luis De la Fuente que fue consultado y debo citarlo para no censurarlo ni autocensurarme (cuando no… hay ¡un riojano entreverado en la historia e hitos del país!); así como a los propios y veloces reflejos gelblungianos que detectaron un dolor… pero abdominal y de su esposa quien le recomendó al comunicador pernoctar en la Capital Federal y no en su casa, allá, en las afueras de la ciudad a 60 Km de distancia. Es que Gelblung recaló en la clínica a las 3.15 de la mañana del sábado para quien luego confesó que su arteria coronaria derecha estaba obstruida al 100 por ciento y ese vaso arterial coronario le dio su dolor abdominal que en un chequeo previo -no fue invasivo- no se diagnosticó y que sí diagnosticó el cateterismo coronario que es el método gold standard o patrón de oro para el diagnostico de la severidad, localización precisa y grado de compromiso de las arterias que a la manera de corona rodean al corazón y de allí su nombre. Como dijimos antes en NUEVA RIOJA y también por radios Libertad y Fénix o canal 2: si se obstruye la arteria coronaria izquierda en su rama descendente anterior el dolor de pecho típico puede ser el síntoma cardinal; y si lo hace la rama arteria izquierda Circunfleja puede dar falta de aire a excepción de las personas con diabetes que no padecen el lujo (y “el dolor es un lujo” es una frase que parafraseamos del doctor Luis De la Fuente) que es tener dolores corporales que avisan que algo no está funcionando correctamente. De todos modos, muchas de las cardiopatías (patía: es enfermedad) debutan en los cardiópatas (quienes sufren la enfermedad cardíaca) como una “muerte súbita” en personas aparentemente sanas y que practican ejercicio con escasos factores de riesgo coronario, como por ejemplo, el stress, según los expertos consultados. Gelblung, que fue director de la revista Gente y ex redactor especial del diario Ámbito Financiero (del que se fue para así abandonar por siempre la gráfica después de 25 años de extenuante labor debido a una diferencia por un no-aumento de 500 dólares con Julio Ramos), con hermana médica pediatra de la Suizo Argentina y un cuñado anestesista que fue operado en la propia Suizo Argentina por el equipo del doctor De la Fuente, ya venía curtido en temas cardiológicos debido a la actualidad informativa y al especial énfasis que le supo imprimir a las noticias de salud. Este es un tipo de periodismo especializado que el mismísimo Lanata (y otros acomplejados) supo desdeñar con el descalificativo de “no existe”. Claro, eso fue antes de los propios percances médicos de Jorge Lanata, en su precaria salud algunos muy serios en ciertas oportunidades, por cierto, en el caso de uno de los principales alfiles del grupo Clarín. Habría que ver qué piensa ahora Lanata del periodismo médico y de su función... Gelblung, periodista de canal 9, C5N y Radio 10, con portal propio, en síntesis es un multimedios él mismo en persona ya había padecido avatares cardiovasculares pero en la figura de su padre que había sido operado del corazón pero a cielo abierto en el Hospital Italiano por un cirujano cardiovascular que supo ser funcionario de Perón en el Ministerio de Bienestar Social de López Rega en los 70 y luego burócrata de Menem en los 90. Ahora, el informado periodista en persona se sorprendió cuando lo suyo se pudo resolver mediante una angioplastia coronaria de urgencia con la colocación de tres stents que evitaron así el cruento by pass ya que él mismo no quería que le abran el tórax “como a un pollo”, según sus textuales palabras. Fuera de texto, debemos agregar aquí, que Chiche publicó en el 2008-2009 cuando dirigía el portal Minutouno.com (antes de su venta ahora en manos del grupo C5N) un par de columnas de Latidos de este columnista que salieron en tándem en NUEVA RIOJA. Carta a Clarín y homenaje a Carrillo, Carrea y otros. Pero como anticipamos hace tiempo, LATIDOS se expande a otros temas del periodismo médico, tales como Neurología, Neurocirugía, Infectología, Oncología y Medicina regenerativa con sus células madre más allá de la aplicación cardiovascular, por ello, este columnista envió una Carta al País que Clarín (el diario más leído en Argentina) publicó. Veamos… “El 7 de marzo se conmemoró otra silenciosa efemérides del nacimiento de Ramón Carrillo (1906-1956), un gran sanitarista argentino, neurobiólogo y neurocirujano que mereció ser parte del Día de la Medicina Social en honor a sus aportes en una fecha nacional instituida en el 2004. Nuestro país tuvo tan grandes neurocirujanos como Carrea (junto a Mollins realizó el primer by pass en 1951 en la historia desde Buenos Aires y hacedor de Fleni); el propio Carrillo, primer ministro de Salud de Perón y Evita. También Raúl Matera (hijo), Jorge Salvat y Armando Basso. Y por supuesto los grandes centros neuroquirúrgicos como el Hospital Italiano, FLENI y el Instituto de Diagnóstico IADT en la Capital Federal, así como los modernos neurocirujanos endovasculares que operan sin abrir el cráneo a la manera de los cardiólogos intervencionistas, tales como Pedro Lylyk y Alejandro Ceciliano. En el interior: neurocirujanos como Juan Viano y en la Capital, la doctora Zúccaro, discípula de Carrea, entre otros, se destacan". FUENTE: WWW.NUEVARIOJA.COM.AR

El poder de lo pequeño


El ser humano ya no es capaz de producir sus alimentos... y el poder se aprovecha manipulándolo y denigrándolo.
No hace falta disponer de una gran extensión de terreno para poder producir nuestros alimentos y procurar se un poco mas autosuficientes. Una terraza o balcón, un jardín o un pequeño huerto pueden ser suficiente para producir alimentos para el autoconsumo.
Con estos pequeños gestos no solo ahorramos dinero y nos hacemos mas independientes, sino que acrecentamos nuestra satisfacción personal y nuestra dignidad.
Por eso no debemos eternizar nuestra esclavitud y  tenemos que comenzar a producir nuestra propia comida en la medida de nuestras capacidades.
"Y un último consejo: hagas lo que hagas, procura hacerlo divertido. Si no sonríes, es que lo estás haciendo mal... El esfuerzo es mucho más llevadero cuando lo aderezas con humor, como una buena ensalada" matiza James Strawbridge.
Dick Strawbridge y su hijo James, autores de La guía completa para una vida autosuficiente (editado en España por Blume), proponen una "autosuficiencia" a la medida, en función de tus habilidades, del espacio de que dispongas y de tu propio momento vital.
Quizás así seamos un poco más libres y felices. 

Palabras del cardiólogo Luis De la Fuente en el Journal of Invasive Cardiology

Publicado en el Journal of Invasive Cardiology, año 2002 Luis de la Fuente: As one of the oldest cardiologists here, I have enjoyed hearing so much of the history of Interventional Cardiology this morning. Most of the treatment modalities for cardiogenic shock have already been discussed today and I also absolutely agree that the patient in cardiogenic shock must be treated as soon as possible to open the occluded artery in the case of an acute myocardial infarction. I would like to comment on how we see cardiogenic shock from the South. First of all, allow me to review some history that may explain why we don't see as much cardiogenic shock in Argentina. With Favaloro, going back to 1969, we were convinced that myocardial revascularization was a very good procedure to improve blood flow to the ischemic heart, and the problem for us from then on would be the treatment of the acute coronary syndromes, especially the acute myocardial infarction and its complications. When we returned to Argentina from the U.S. in January 1970, we performed the first coronary angiography without any complications in 5 patients with acute myocardial infarction showing that this procedure was safe and feasible. In 1971, Favaloro wrote a book on myocardial revascularization and he said that one day acute myocardial infarction would be treated the same way that we were treating a “dead leg” — that is, given oxygenated blood to the infarcted area. However, at that time there was a good deal of pathological work in animals, primarily in dogs, showing that if oxygenated blood was given to an acute myocardial infarction area in the first hours, you would transform an anemic infarction into an hemorrhagic one and it would be very deleterious. We did not agree with this concept. On the contrary, we thought that monkey hearts would be more like our hearts. In 1972, we conducted studies in monkeys, ligating the left anterior descending artery and releasing the ligature after 6 hours and we could prove by left ventricular cineangiography that the left ventricular function improved dramatically after we released the ligature. Our studies showed that if we could revascularize the infarcted area in the first 6 hours, we could diminish the size of the infarct. From then on we started doing bypass surgery in acute myocardial infarction. Our work was presented at the American College of Cardiology meetings and was seen with enthusiasm by some doctors and with a lot of skepticism and criticism by others. We were invited to publish our experience, but our manuscripts were rejected by the reviewers, saying that the coronary and left ventriculogram pre and post were beautiful but that we were crazy. This is enough for the history. Years went by and physicians in Argentina gradually became educated on what to do when a patient with an acute myocardial infarction develops angina pectoris and/or continue to have ischemic changes either by EKG or Holter. It became evident that these patients could have an extension of the infarct or a new infarct in a different territory and they should be studied by angiography immediately. They also learned that in about 40% of the patients the first manifestation of coronary artery disease is an acute myocardial infarction or sudden death. If a patient has angina pectoris or others signs and/or symptoms of myocardial ischemia he has a real advantage because he can consult his cardiologist before any serious event. We stressed to the cardiologist that when a patient has an infarcted ventricular mass of near 40% he will go into cardiogenic shock and his prognosis will be very poor. We also told them that a patient with single vessel disease does not always have a relatively good prognosis. It is very important to know, not only the severity of the lesion and type of plaque, but also the location, the size of the artery and the absence or presence of adequate collateral circulation. A large left anterior descending artery can irrigate up to 33% of the left ventricular mass, very close to the 38-40% necessary to produce a cardiogenic shock. In our experience with acute myocardial infarction complicated by a severe mitral regurgitation produced by the rupture of the posterior papillary muscle, close to 25% of this patients had either a very large superdominant right coronary or circumflex arteries. These patients can also go in cardiogenic shock. In conclusion, I would say that the best treatment for cardiogenic shock is its prevention. Perhaps that is why, in Argentina, we currently don't see many patients in cardiogenic shock. However when we do see a patient with acute myocardial infarction in true cardiogenic shock we act more or less in the same way that Dr. Shawl has outlined. We also agree that there must be an cardiac interventionist on call 24 hours a day.

Multimillonarios estadounidenses financian el avance de la medicina

Publicado por Lucas Malfatti el 29/03/2014 en el diario NUEVA RIOJA La campaña “Living Pledge” (Compromiso de Dar), ya logró la adhesión de un centenar de supermillonarios. Opinión Por Pascual Albanese (El Tribuno de Salta) Para bien o para mal, la práctica de la ciencia en el siglo XXI no obedece tanto a las prioridades nacionales ni a grupos científicos sino a las preferencias particulares de personas que tienen enormes cantidades de dinero”, sentenció Steven A. Edwards, de la Asociación para el Impulso de la Ciencia de Estados Unidos. La severa advertencia de Edwards se corresponde con dos datos relevantes. El primero es que, más allá de las profundas modificaciones experimentadas en los últimos años en la geografía económica global, el epicentro mundial de la investigación científica sigue siendo Estados Unidos. El segundo dato es que el sistema económico norteamericano y su tradición cultural hacen que, salvo las investigaciones con fines bélicos, que originaron por ejemplo el fenómeno de Internet, la investigación científica se canaliza básicamente a través de la financiación privada. Esta característica estructural se profundizó luego de 2010, cuando Bill Gates, su esposa Melinda y su íntimo amigo Warren Buffet, quienes durante varios años disputaron el primer lugar en el ranking de hombres más ricos del mundo de la revista “Fortune”, lanzaron la campaña “Living Pledge” (Compromiso de Dar), que ya logró la adhesión de un centenar de supermillonarios, que se comprometieron donar más de la mitad de sus cuantiosas fortunas particulares a organizaciones caritativas. La filantropía científica es una novedad muy atractiva para una nueva camada de multimillonarios, algunos extraordinariamente jóvenes, que quieren ahora legitimarse socialmente como actores del progreso y utilizan su capacidad empresarial para maximizar los beneficios de sus donaciones caritativas. Entre la multiplicidad de objetivos específicos derivados de esta campaña de bien público, que supone donaciones de decenas de miles de millones de dólares anuales, ocupa un lugar prioritario la investigación científica. Pero “la prioridad dentro de la prioridad” son, sin duda, las investigaciones vinculadas con la medicina. En este campo, la afirmación de Edwards es la constatación de un hecho irrefutable. Los objetivos planteados en este terreno son extremadamente ambiciosos. Jon M. Huntsman, un multimillonario de Utah, señaló que su trabajo filantrópico “aseguraría la derrota del cáncer”. Harold Hamm, un connotado empresario petrolero de Dakota del Norte, y su mujer, Sue Ann, afirmaron que “queremos derrotar la diabetes”. Pero la magnitud de los recursos financieros empeñados en la tarea permite pronosticar avances revolucionarios en la ciencia médica. Paul Allen, quien junto a Bill Gates fue uno de los fundadores de Microsoft, creó hace una década un centro de estudios para ciencias neurológicas al que donó nada menos que 500 millones de dólares. En la misma dirección, Fred Kavli, multimillonario que hizo su fortuna con emprendimientos tecnológicos y negocios inmobiliarios, fundó también tres institutos consagrados al estudio del cerebro. Esas investigaciones originaron lo que Barack Obama denominó en abril pasado “el próximo gran proyecto estadounidense”, una iniciativa gubernamental con una financiación de 100 millones de dólares para investigar el cerebro humano. Personalidades como el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, David Koch, un prominente empresario del petróleo y productos químicos y financista de la derecha republicana, y figuras estelares del mundo de la alta tecnología, como el propio Gates, Eric Schmidt (Google) y Lawrence J. Ellison (Oracle) se han erigido en promotores de estas iniciativas, a veces acompañadas de un tinte de crítica al sesgo politizado de la ciencia pública y siempre basadas en la idea de correr riesgos donde los gobiernos no parecen dispuestos a hacerlo. Es un fenómeno pletórico de experiencias personales ilustrativas. A principios de la década del 90, cuando las nuevas tecnologías informáticas aún estaban en pañales, Lawrence Ellison (Oracle), que en la lista de supermillonarios de la revista “Forbes” aparece en quinto lugar con 48.000 millones de dólares, quedó cautivado con una exposición de Joshua Ledelberg, un biólogo de la Universidad Rockefeller de Nueva York, ganador del Premio Nobel, que planteaba la idea de aplicar la computación a descifrar enigmas genéticos. Del vínculo entre Ellison y Ledelberg nació la Fundación Médica Ellison, que financió las investigaciones de centenares de biólogos, entre quienes surgieron tres premios Nobel. La identificación del “genoma humano”, que revolucionó la ciencia médica, reveló el carácter visionario de aquella iniciativa, en la que Ellison lleva invertidos 500 millones de dólares. La nueva filantropía científica tiende a concentrarse en la guerra contra las enfermedades. En las universidades estadounidenses proliferan los institutos privados nacidos de las donaciones de los superricos. Sólo en Massachusetts, sede de centros universitarios como Harvard y el MIT, sobresalen el Instituto Whitehead de Investigaciones Biomédicas, el Instituto McGovern, para la investigación del cerebro, el Instituto Wyss, de Ingeniería Biológica, el Centro Stanley de Investigaciones Psiquiátricas, el Instituto Koch, para estudios del cáncer, y el Instituto Ragon, de investigación en inmunología. Una singular historia de éxito tuvo por protagonista a la Fundación de Fibrosis Quística, enfermedad causada por un gen defectuoso que obstruye con mucosidad los pulmones y el páncreas, que produce entre otras consecuencias tos, fatiga y mala digestión. Una donación de millones de dólares realizada por Tom y Ginny Hughes, un matrimonio de Greenwich, Connecticut, cuyas dos hijas padecían esa dolencia, desencadenó una ola de 2.000 donantes que financiaron las investigaciones que posibilitaron el descubrimiento de una droga que contrarresta la enfermedad. Un episodio semejante ocurrió con el melanoma, estadísticamente el cáncer de piel más mortífero. Cuando Debra Black, esposa del financista Leon Black, sobrevivió a la enfermedad, el matrimonio, asociado para este proyecto con Michael Milken, el famoso ex financista de los “bonos basura”, fundó la Alianza para la Investigación sobre el Melanoma, que distribuye sus crecidas sumas para investigaciones en varias universidades de primera línea. Cuando Milken, quien creó la consultora FasterCures, especializada en el asesoramiento sobre la financiación de la investigación científica, supo que tenía cáncer de próstata, creó una fundación para combatirlo, que ya recaudó más de 500 millones de dólares. La extensa nómina de donantes en investigaciones consagradas a las luchas contra las enfermedades incluye también a James Simons, un personaje estelar en el mundo de los fondos de inversión, quien lleva donados 375 millones de dólares para estudios sobre el autismo, y a Sergey Brin, uno de los principales accionistas de Google, que donó enormes sumas para investigaciones sobre el Mal de Parkinson, que padece su madre. El fenómeno tiene tantos ácidos críticos como entusiastas defensores. Los directivos de “Nature”, un grupo de selectas publicaciones científicas, alertan contra el riesgo de una parcialización de la agenda de la investigación científica hacia los temas de mayor repercusión mediática. Martin Apple, ex director del Consejo de ex Presidentes de la Sociedad Científica, señaló que, si bien en una época había coincidido con esas objeciones, su experiencia personal le había revelado que las contribuciones privadas aceleraron la investigación científica, porque los donantes “tienen el poder de liderar allí donde el mercado y la voluntad política son insuficientes”.

Fungicida con bicarbonato sódico



Muchos vegetales y plantas ornamentales son presa de enfermedades fúngicas dañinas. Pero no siempre es necesario llegar a un remedio comercial. El bicarbonato de sodio puede ser una manera efectiva de matar los hongos de las plantas.
Para preparar dicho fungicida disolveremos una cucharada de bicarbonato sódico en un litro de agua de lluvia, agitando la mezcla hasta este bien mezclada y quede trasparente. Aplicaremos inmediatamente, sin diluir, especialmente contra mildiu y botrytis.
Este preparado se aplica principalmente en los cultivos de: calabaza, pepino, uva, melón, sandía, fréjol, fresa, tomate, chile, ajo y cebolla.

Un remedio que todos tenemos en casa y que nos puede ayudar a no utilizar productos más nocivos.
Pero recordad: Un mayor o menor ataque a las plantas provocado por insectos y hongos, depende de su estado de equilibrio nutricional.
Mildiu en tomate

Distinguieron al doctor Luis De la Fuente en EE.UU.

El Journal of Invasive Cardiology, de EE.UU, que es líder mundial en publicaciones en cardiología invasiva y en Cardiología Intervencionista, acaba de nombrar a su Miembro del Comité Editorial, el único de Argentina Luis De la Fuente, con el nivel Oro debido a su nivel de experto para corregir trabajos científicos internacional como revisor de pares o peer review en ese prestigioso Journal y su liderazgo editorial desde nuestro país. FUENTE: CLARÍN