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Sacando partido a unos chiles. Pasta harissa

Puse una planta de unos chiles parecidos a la cayena bastante picantes, creo que es los que llaman piri-piri. Estas han dado una buena producción de unas pequeñas guindillas,  a las que no sabia como darles salida, después de secar algunas y preparar otras pocas en aceite para añadir a platos y salsas.
Pero el otro día alguien me comento que porque no hacia pasta harissa, que era muy sencilla y se conservaba una buena temporada en la nevera. Y entonces empece a mirar recetas y ha probar, hasta que di con una que encontré en internet que me parece un poco mas suavizada que la original sin desviarse demasiado de la esencia de la misma. A esta receta  a veces le añado pimentón ahumado, hay las dos posibilidades, pues en algunas regiones de Marruecos lo hacen con pimientos ahumados y en otros no, de hecho, cada familia tiene su fórmula para hacer la harissa
La original se realiza solo con pimientos picantes.

Ingredientes para esta versión:
  • 130-150 gramos de pimiento rojo asado,
  •  3-5 chiles,  
  • 1 diente de ajo pequeño,  
  • 1/2 de cuchara de café de comino
  • 1/2 de cuchara de café de cilantro en grano
  • un chorrito de zumo de limón,  
  • 3/4 de cuchara de café de sal,  
  •  aceite de oliva virgen extra.
Dispón en el vaso de la batidora el pimiento asado (sin semillas), añade los chiles (piri-piri, chile serrano, guindilla…), también conviene retirar las semillas. Pela el diente de ajo, retira el germen del interior e incorpóralo al pimiento.
Tuesta un poco en una sartén sin engrasar el comino y el cilantro para que suelten mejor su aroma, a continuación tritúralos bien en el molinillo de café o en el mortero hasta obtener un polvo. Incorpóralo al vaso junto al zumo de limón y la sal.
Tritura hasta obtener una pasta, luego añade el aceite de oliva virgen extra y bate enérgicamente con una cuchara para que se ligue bien al pasta.
Comprueba que el punto picante que tiene sea de tu agrado y del de tus comensales, quizá quieres que esté un poco más salado, que se pronuncie un poco más el cilantro, o quieres probar con el pimentón ahumado.
 A continuación, vierte la salsa harissa a un tarro con tapa y déjala reposar en el frigorífico unas diez horas para que los sabores se potencien. Puedes conservarla en el frigorífico alrededor 2 semanas.
Esta salsa tunecina picante  se utiliza en la elaboración de tajines, cuscús, sopas o cremas, o lo que se te ocurra.
Espero os sirva para dar salida a esas guindillas que muchas veces no sabemos como aprovechar. ¡Y que os guste!
 

Otro toque de color en el huerto



Siguiendo con las nuevas variedades de hortalizas que he probado este año, hay otra con la que estoy  contento.
En esta ocasión, vamos a hablar de una variedad de pimiento, que junto con los italianos, del Padrón, el King of de Nord o el largo de las Landas, han sido de las que mas me han dado en estas tierras del norte nada cálidas para los pimientos grandes y carnosos como el Lamuyo o el morrón. Estoy refiriéndome al pimiento chocolate, una variedad de fruto con un tamaño mediano y precoz, con un color chocolate en la madurez con forma acampanada. La carne delgada y dulce, de piel fina, es una delicia.
Ademas la planta es muy rustica y de cultivo bastante fácil.

Tiempo de sembrar



Febrero es la época de ir haciendo semilleros, sobre todo en interior. Tomates , pimientos y remolachas, estas ultimas en alvéolos que nos faciliten el trasplante, deberán sembrarse a lo largo de este mes en un lugar cálido y protegido. Un buen sitio puede ser el alfeizar de una ventana.

Algunos os preguntareis si no es un poco temprano, sobre todo viendo como están viniendo las primaveras últimamente, pero no os preocupareis; solo tendréis que ir trasplantando pimientos y tomates a recipientes mayores a medida que las plantas van creciendo. Estos vegetales agradecen los trasplantes y emitirán mayor numero de raíces, con lo que tendremos plantas mucho mas robustas y con un buen sistema radicular a la hora del trasplante a su lugar definitivo en tierra.

El poner nuestros propios semilleros nos permite probar con nuevas variedades o adaptadas a nuestra zona, mientras que las que compramos por ahí, son la mayoría de las veces plantas pensadas para un cultivo industrial y en invernaderos.

Manos a la tierra y a preparar semilleros.