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Torre de aromáticas

Tener las plantas aromáticas cerca de la ventana de la cocina es de gran utilidad, ya que podemos usarlas en el momento que las necesitemos. Una espiral de aromáticas puede ser una muy buena opción, pero necesita mas espacio que el siguiente proyecto y ademas puede situarse sobre una superficie cimentada, lo que nos permite tenerlo en la terraza.
Esta torre de plantas culinarias es de muy fácil construcción y sale muy económica. A la hora de construirla deberemos tener en cuenta que los maceteros que usemos sean de distinto tamaño, de mayor a menor, por ejemplo de 40cm el mayor, 20cm el siguiente y 15 el superior.
Yo estoy construyendo uno y no he puesto las macetas interiores, sino que apoyo las superiores sobre el sustrato y creo que ira bien ademas de salir mas barato. ya os iré contando si funciona. Pero no tiene porque no funcionar.
Este sistema se me ocurre que también puede servir para fresas o plantas para ensaladas. Cuestión de probar!

Labores en invierno.


Ahora durante el invierno que el crecimiento de los vegetales se ralentiza y el trabajo en la huerta es menor, aprovecho para vaciar mi pila de compost. Y durante la tregua que me dan los días sin lluvia, voy incorporándolo en superficie sobre el terreno. De esta forma protejo el suelo de los rigores invernales (lluvias fuertes, frío...) y el solo con la ayuda de las lombrices y otros de los muchos inquilinos del sustrato se va mezclando con el mismo, para cuando sea la época de plantar.
Otra de las cosas que aprovecho a hacer durante este periodo invernal es ir a los pinares a recoger pinocha (hojas de pino mas o menos descompuestas) para acolchar los cultivos y las plantas de jardín que gustan de un terreno ácido. Me dan muy buen resultado en los arándanos, y también en los bancales de fresas donde las incorporo después de limpiarlas y podar las partes secas en invierno. Para plantas del jardín amantes de los terrenos ácidos como las azaleas, también son muy adecuadas. Y bastante mas baratas que las cortezas de pino que venden en los centros de jardinería.
Como podéis ver, aunque no trabajemos en la tierra durante este periodo son muchas las cosas que podemos ir haciendo, los días que el tiempo nos deja.

Lasagna gardening

El cultivo en lasaña del inglés lasagna gardening, también llamada “hoja de compostaje”, es un método de agricultura orgánica que no requiere labranza o cavado del terreno; en el que se produce un suelo rico, suave y esponjoso, con muy poco esfuerzo por parte del horticultor.
El nombre de cultivo lasaña deriva de la construcción estratificada de estos jardines comestibles. Este método consiste esencialmente en agregar capas de materiales orgánicos que irán madurando para dar lugar a un sustrato de gran fertilidad en el cual crecerán nuestras plantas.
Es una técnica idónea cuando disponemos de un suelo pobre, porque se produce un rápido enriquecimiento en materia orgánica y consecuentemente un incremento en la productividad. O también en suelos muy húmedos puesto que aislamos el cultivo de la tierra.
 Lo más destacable de la jardinería lasaña es lo fácil que es. No se tienen que quitar el césped ni las hierbas adventicias. No es necesario excavar, de hecho, no se tiene por qué trabajar la tierra en absoluto.
Hasta el momento no había encontrado nada sobre este sistema de cultivo publicado en castellano, aunque ya había visto bastante información en ingles. Pero hace unos días encontré una interesante entrada de como realizar uno de estos huertos en el blog El Arte de Vivir.
Yo he realizado un cuadro pequeño donde puse unas calabazas  yunas lechugas y me ha funcionado bastante bien. Pero se me ocurre que puede ser una técnica problemática en fincas donde haya presencia de rata topo (Arvicola terrestris), que puede utilizar los montones para anidar. Es cuestión de probar y poner en la base del montón tártago (Euphorbia lathyris) para repelerlas. Haré ensayos en otros terrenos y veremos los resultados.
Espero o sea útil la información y os animéis a probar. Me parece un sistema muy sencillo y que no precisa de mucho espacio.

El tarwi


Hoy en el botánico me encontré en los huertos del Nuevo Mundo con Lupinus mutabilis, que se habían puesto como abono verde, en flor y con frutos. Y al verlos tan hermosos y que servían como abono verde, algunos estaban picandolos e incorporándolos a la tierra, me puse a investigar sus otros usos, puesto que había oído que se consumían en su zona de origen como alimento, con al intención de probar con su cultivo. La verdad es que en jardín botánico aguantaron bien todo el invierno.

El tarwi o chocho (Lupinus mutabilis) es una leguminosa originaria de los Andes del Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina y Chile.  Sus semillas se emplean en la gastronomía de esos países desde la época pre-incaica. Su alto contenido de proteínas, mayor que el de la soja, lo hacen una planta de interés para la nutrición humana y en general, animal.
Esta planta es una leguminosa herbácea erecta de tallos robustos, algo leñosa. Alcanza una altura de 1,8–2 m. Se cultiva principalmente entre los 2000 y 3800 metros de altura, en climas templados y fríos. Las semillas de este vegetal da lugar a infinidad de preparaciones en la gastronomía peruana, especialmente como sancochado o cremas. Inclusive desde mucho antes del siglo XVI era parte importante de la dieta como fuente de proteínas. Se encontraron semillas en tumbas de la cultura Nazca.
La harina de tarwi se usa también hasta en 15% en la panificación, por la ventaja de mejorar considerablemente el valor proteico y calórico el producto.
Además, en estado de floración, la planta se incorpora a la tierra como abono verde, con buenos resultados mejorando la cantidad de materia orgánica, estructura y retención de humedad del suelo en los huertos.
Por si fuera poco los residuos de la cosecha (tallos secos) se usan como combustible por su gran cantidad de celulosa que proporciona un buen poder calorífico.
Ahora a conseguir semilla y probar con su cultivo. Este otoño los pondré como abono verde en mis bancales.

¿Que necesitan tus plantas?

Para un mejor aprovechamiento de los nutrientes en nuestros bancales,deberemos utilizar las rotaciones y la asociación de cultivos. En la imagen podemos ver que es lo que más consumen nuestras hortalizas según la parte que recolectamos.
Tengamos esto en cuenta a la hora de aportar nutrientes y no agotar el suelo.

Recursos propios

El cultivar en bancales, a pesar de sus ventajas, en ocasiones nos hace plantearnos una serie de dudas a la hora de su construcción. Una de ellas es que materiales utilizar, que ademas queremos que sean estéticos y económicos, cosas que no tiene por que estar reñidas.
Para evitar costes nada mejor que utilizar los recursos locales. Y uno de los recursos más económicos y del que podemos disponer en las proximidades de nuestro huerto es la madera procedente de talas o podas de los alrededores. Además de barata es ecológico y decorativa.
Podemos construirlo con troncos, como en la imagen. Aunque no siempre dispondremos de cantidad abundante para este menester, sobre manera si necesitamos leña para calentarnos.
 Otra opción es construir nuestros bancales con varas entrelazadas, procedentes de podas en avellanos y sauces. Método practico y no muy complicado.
Para  comenzar trazaremos un espacio  de 1,20 m de ancho,en una zona de nuestra finca bien orientado y sin sombras de edificaciones o árboles. Delimitandola clavaremos unas estacas que sobresalgan del terreno unos 30 cm, y separadas entre si entre 45 y 50 cm. También podemos hacerlas circulares, pero entonces las estacas irían a unos 25 o 30 cm
Después iremos trenzando entre ellas varas flexibles de unos 2m de largo y de unos 20 o 30 cm de diámetro, empezando por la parte más gruesa. Para que las varas sean lo suficientemente flexibles habrá que ir tranzandolas recién cortadas o sumergirlas en agua unos días, si no se romperán al intentar entrelazarlas.
Con paciencia y poco a poco, vamos subiendo hileras hasta alcanzar los 30 cm de altura. Ya solo nos quedaría cubrir  los laterales del interior con un plástico negro para proteger la madera,  con cuidado de no cubrir el suelo. Luego rellenamos con tierra  compost y a plantar.
Al principio cuesta, yo me puse a hacer uno circular para poner las calabazas y se rompían algunas cañas. pero la cosa mejora con al practica.
La duración de estas camas elevadas es de unos 5 años, pero el material para renovarlas es gratis.
Las opciones son múltiples, pero como podéis ver no hay por que gastar un duro si aprovechamos los recursos autóctonos de nuestra zona o los procedentes del reciclaje.



Bueno y esto es lo que debería quedar, aunque al principio no esperéis milagros, pero tampoco os desesperéis que  su función la cumplirán igual. Seguro que los de la foto empezaron igual...