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WASSILISSA LA SABIA




Había una vez y no había una vez una joven madre que yacía en su lecho de muerte con el rostro tan pálido como las blancas rosas de cera de la sacristía de la cercana iglesia. Su hijita y su marido permanecían sentados a los pies de la vieja cama de madera, rezando para que Dios la condujera sana y salva al otro mundo.
La madre moribunda llamó a Vasalisa y la niña se arrodilló al lado de ella con sus botas rojas y su delantalito blanco.

—Toma esta muñeca, amor mío —dijo la madre en un susurro, sacando de la colcha de lana una muñequita que, como la propia Vasalisa, llevaba unas botas rojas, un delantal blanco, una falda negra y un chaleco bordado con hilos de colores.

—Presta atención a mis últimas palabras, querida —dijo la madre—. Si alguna vez te extraviaras o necesitaras ayuda, pregúntale a esta muñeca lo que tienes que hacer. Recibirás ayuda. Guarda siempre la muñeca. No le hables a nadie de ella. Dale de comer cuando esté hambrienta. Ésta es mi promesa de madre y mi bendición, querida hija.

Dicho lo cual, el aliento de la madre se hundió en las profundidades de su cuerpo donde recogió su alma y, cuando salió a través de sus labios, la madre murió.

La niña y su padre la lloraron durante mucho tiempo. Pero, como un campo cruelmente arado por la guerra, la vida del padre reverdeció una vez más en los surcos y éste se casó con una viuda que tenía dos hijas. Aunque la madrastra y sus hijas siempre hablaban con cortesía y sonreían como unas señoras, había en sus sonrisas una punta de sarcasmo que el padre de Vasalisa no percibía.

Sin embargo, cuando las tres mujeres se quedaban solas con Vasalisa, la atormentaban, la obligaban a servirlas y la enviaban a cortar leña para que se le estropeara la preciosa piel. La odiaban porque poseía una dulzura que no parecía de este mundo. Y porque era muy guapa. Sus pechos brincaban mientras que los suyos menguaban a causa de su maldad. Vasalisa era servicial y jamás se quejaba mientras que la madrastra y sus hermanastras se peleaban entre sí como las ratas entre los montones de basura por la noche.
Un día la madrastra y las hermanastras ya no pudieron aguantar por más tiempo a Vasalisa.

—Vamos... a... hacer que el fuego se apague y entonces enviaremos a Vasalisa al bosque para que vaya a ver a la bruja Baba Yagá* y le suplique fuego para nuestro hogar. Y, cuando llegue al lugar donde está Baba Yagá, la vieja bruja la matará y se la comerá.

Todas batieron palmas y soltaron unos chillidos semejantes a los de los seres que habitan en las tinieblas.

Así pues aquella tarde, cuando regresó de recoger leña, Vasalisa vio que toda la casa estaba a oscuras. Se preocupó y le preguntó a su madrastra:

— ¿Qué ha ocurrido? ¿Con qué guisaremos? ¿Qué haremos para iluminar la oscuridad?

—Qué estúpida eres —le contestó la madrastra—. Está claro que no tenemos fuego. Y yo no puedo salir al bosque porque soy vieja. Mis hijas tampoco pueden ir porque tienen miedo. Por consiguiente, tú eres la única que puede ir al bosque a ver a Baba Yagá y pedirle carbón para volver a encender la chimenea.
—Muy bien pues, así lo haré —dijo inocentemente Vasalisa.

Y se puso en camino. El bosque estaba cada vez más oscuro y las ramitas que crujían bajo sus pies la asustaban. Introdujo la mano en el profundo bolsillo de su delantal donde guardaba la muñeca que su madre moribunda le había entregado.

Le dio unas palmadas a la muñeca que guardaba en el interior del bolsillo y se dijo:

—Es verdad, el simple hecho de tocar esta muñeca me tranquiliza.

A cada encrucijada del camino, Vasalisa introducía la mano en el bolsillo y consultaba con la muñeca.

—Dime, ¿tengo que ir a la derecha o a la izquierda?

La muñeca le contestaba, "Sí", "No", "Por aquí" o "Por allá". Vasalisa le dio a la muñeca un poco de pan que llevaba y siguió el camino que parecía indicarle la muñeca.

De repente, un hombre vestido de blanco pasó al galope por su lado montado en un caballo blanco e inmediatamente se hizo de día. Más adelante, pasó un hombre vestido de rojo montado en un caballo rojo y salió el sol. Vasalisa prosiguió su camino y, en el momento en que llegaba a la choza de Baba Yagá, pasó un jinete vestido de negro trotando a lomos de un caballo negro y entró en la cabaña de Baba Yagá. Enseguida se hizo de noche. La valla hecha con calaveras y huesos que rodeaba la choza empezó a brillar con un fuego interior, Iluminando todo el claro del bosque con su siniestra luz.

La tal Baba Yagá era una criatura espantosa. Viajaba no en un carruaje o un coche sino en una caldera en forma de almirez que volaba sola. Ella impulsaba el vehículo con un remo en forma de mano de almirez y se pasaba el rato barriendo las huellas que dejaba a su paso con una escoba hecha con el cabello de una persona muerta mucho tiempo atrás.

Y la caldera volaba por el cielo mientras el grasiento cabello de Baba Yagá revoloteaba a su espalda. Su larga barbilla curvada hacia arriba y su larga nariz curvada hacía abajo se juntaban en el centro. Tenía una minúscula perilla blanca y la piel cubierta de verrugas a causa de su trato con los sapos. Sus uñas orladas de negro eran muy gruesas, tenían caballetes como los tejados y estaban tan curvadas que no le permitían cerrar las manos en un puño.

La casa de Baba Yagá era todavía más extraña. Se levantaba sobre unas enormes y escamosas patas de gallina de color amarillo, caminaba sola y a veces daba vueltas y más vueltas como un bailarín extasiado. Los goznes de las puertas y las ventanas estaban hechos con dedos de manos y pies humanos y la cerradura de la puerta de entrada era un hocico de animal lleno de afilados dientes.

Vasalisa consultó con su muñeca y le preguntó:
— ¿Es ésta la casa que buscamos?

Y la muñeca le contestó a su manera:
—Sí, ésta es la casa que buscas.

Antes de que pudiera dar otro paso, Baba Yagá bajó con su caldera y le preguntó a gritos:

— ¿Qué quieres?
La niña se puso a temblar.
—Abuela, vengo por fuego. En mi casa hace mucho frío... mi familia morirá... necesito fuego.

Baba Yagá le replicó:
—Ah, sí, ya te conozco y conozco a tu familia. Eres una niña muy negligente… has dejado que se apagara el fuego. Y eso es una imprudencia. Y, además, ¿qué te hace pensar que yo te daré la llama?

Vasalisa consultó con la muñeca y se apresuró a contestar:
—Porque yo te lo pido.

Baba Yagá ronroneó.
—Tienes mucha suerte porque ésta es la respuesta correcta.

Y Vasalisa pensó que había tenido mucha suerte porque había dado la respuesta correcta.

Baba Yagá la amenazó:

—No te puedo dar el fuego hasta que hayas trabajado para mí. Si me haces estos trabajos, tendrás el fuego. De lo contrario…

—Aquí Vasalisa vio que los ojos de Baba Yagá se convertían de repente en unas rojas brasas—.

De lo contrario, hija mía, morirás.

Baba Yagá entró ruidosamente en su choza, se tendió en la cama y ordenó a Vasalisa que le trajera lo que se estaba cociendo en el horno.
En el horno había comida suficiente para diez personas y la Yagá se la comió toda, dejando tan sólo un pequeño cuscurro y un dedal de sopa para Vasalisa.

—Lávame la ropa, barre el patio, limpia la casa, prepárame la comida, separa el maíz aflublado del maíz bueno y cuida de que todo esté en orden. Regresaré más tarde para inspeccionar tu trabajo. Si no está listo, tú serás mi festín.

Dicho lo cual, Baba Yagá se alejó volando en su caldera, usando la nariz a modo de cataviento y el cabello a modo de vela. Y cayó de nuevo la noche.

Vasalisa recurrió a su muñeca en cuanto la Yagá se hubo ido.

— ¿Qué voy a hacer? ¿Podré cumplir todas estas tareas a tiempo?

La muñeca le aseguró que sí y le dijo que comiera un poco y se fuera a dormir. Vasalisa le dio también un poco de comida a la muñeca y se fue a dormir.

A la mañana siguiente, la muñeca había hecho todo el trabajo y lo único que quedaba por hacer era cocinar la comida. La Yagá regresó por la noche y vio que todo estaba hecho. Satisfecha en cierto modo aunque no del todo porque no podía encontrar ningún fallo, Baba Yagá dijo en tono despectivo:

—Eres una niña muy afortunada.

Después llamó a sus fieles sirvientes para que molieran el maíz e inmediatamente aparecieron tres pares de manos en el aire y empezaron a raspar y triturar el maíz. La paja voló por la casa como una nieve dorada. Al final, se terminó la tarea y Baba Yagá se sentó a comer. Se pasó varias horas comiendo y por la mañana le volvió a ordenar a Vasalisa que limpiara la casa, barriera el patio y lavara la ropa.

Después le mostró un gran montón de tierra que había en el patio.

—En este montón de tierra hay muchas semillas de adormidera, millones de semillas de adormidera. Quiero que por la mañana haya un montón de semillas de adormidera y un montón de tierra separados. ¿Me has entendido?

Vasalisa estuvo casi a punto de desmayarse.

— ¿Cómo voy a poder hacerlo?

Introdujo la mano en el bolsillo y la muñeca le contestó en un susurro: —No te preocupes, yo me encargaré de eso.

Aquella noche Baba Yagá empezó a roncar y se quedó dormida y entonces Vasalisa intentó separar las semillas de adormidera de la tierra. Al cabo de un rato la muñeca le dijo:
—Vete a dormir. Todo irá bien.

Una vez más la muñeca desempeñó todas las tareas y, cuando la vieja regresó a casa, todo estaba hecho. Baba Yagá habló en tono sarcástico con su voz nasal:
— ¡Vaya! Qué suerte has tenido de poder hacer todas estas cosas. Llamó a sus fieles sirvientes y les ordenó que extrajeran aceite de las semillas de adormidera e inmediatamente aparecieron tres pares de manos y lo hicieron.
Mientras la Yagá se manchaba los labios con la grasa del estofado, Vasalisa permaneció de pie en silencio.

— ¿Qué miras? —le espetó Baba Yagá.

— ¿Te puedo hacer unas preguntas, abuela? —dijo Vasalisa.

—Pregunta —replicó la Yagá—, pero recuerda que un exceso de conocimientos puede hacer envejecer prematuramente a una persona.

Vasalisa le preguntó quién era el hombre blanco del caballo blanco.

—Ah —contestó la Yagá con afecto—, el primero es mi Día.

— ¿Y el hombre rojo del caballo rojo?

—Ah, ése es mi Sol Naciente.

— ¿Y el hombre negro del caballo negro?

—Ah, sí, el tercero es mi Noche.

—Comprendo —dijo Vasalisa.

—Vamos niña, ¿no quieres hacerme más preguntas? —dijo la Yagá en tono zalamero.

Vasalisa estaba a punto de preguntarle qué eran los pares de manos que aparecían y desaparecían, pero la muñeca empezó a saltar arriba y abajo en su bolsillo y entonces dijo en su lugar:
—No, abuela. Tal como tú misma has dicho, el saber demasiado puede hacer envejecer prematuramente a una persona.

—Ah —dijo la Yagá, ladeando la cabeza como un pájaro—, tienes una sabiduría impropia de tus años, hija mía. ¿Y cómo es posible que seas así?

—Gracias a la bendición de mi madre —contestó Vasalisa sonriendo.

— ¡¿La bendición?! —Chilló Baba Yagá—. ¡¿La bendición has dicho?!

En esta casa no necesitamos bendiciones. Será mejor que te vayas, hija mía —dijo empujando a Vasalisa hacia la puerta y sacándola a la oscuridad de la noche—.

Mira, hija mía. ¡Toma! —Baba Yagá tornó una de las calaveras de ardientes ojos que formaban la valla de su choza y la colocó en lo alto de un palo—. ¡Toma! Llévate a casa esta calavera con el palo. Eso es el fuego. No digas ni una sola palabra más.

Vete de aquí.

Vasalisa iba a darle las gracias a la Yagá, pero la muñequita de su bolsillo empezó a saltar arriba y abajo y entonces Vasalisa comprendió que tenía que tomar el fuego y emprender su camino.

Corrió a casa a través del oscuro bosque, siguiendo las curvas y las revueltas del camino que le iba indicando la muñeca.

Vasalisa salió del bosque, llevando la calavera que arrojaba fuego a través de los orificios de las orejas, los ojos, la nariz y la boca. De repente, se asustó de su peso y de su siniestra luz y estuvo a punto de arrojarla lejos de sí. Pero la calavera le habló y le dijo que se tranquilizara y siguiera adelante hasta llegar a la casa de su madrastra y sus hermanastras. Y ella así lo hizo.

Mientras Vasalisa se iba acercando a la casa, la madrastra y las hermanastras miraron por la ventana y vieron un extraño resplandor danzando en el bosque.

El resplandor estaba cada vez más cerca y ellas no acertaban a imaginar qué podía ser. La prolongada ausencia de Vasalisa las había inducido a pensar que ésta había muerto y que las alimañas se habían llevado sus huesos y en buena hora.

Vasalisa ya estaba muy cerca de su casa. Cuando la madrastra y las hermanastras vieron que era ella, corrieron a su encuentro, diciéndole que llevaban sin fuego desde que ella se había ido y que, a pesar de que habían intentado repetidamente encender otro, éste siempre se les apagaba.

Vasalisa entró triunfalmente en la casa, pues había sobrevivido al peligroso viaje y había traído el fuego a su hogar. Pero la calavera que estaba contemplando todos los movimientos de las hermanastras y de la madrastra desde lo alto del palo las abrasó y, a la mañana siguiente, el malvado trío se había convertido en unas pavesas.

* En ruso, literalmente, Mujer Hechicera. (N. de la T.)

Clarissa Pinkola Estés
Mujeres Que Corren Con Los Lobos

Rusia, Rumania, los países de la antigua Yugoslavia, Polonia y países bálticos

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LA RAÍZ INDIA DE LIMA

Valle del río Rímac

LA RAÍZ INDIA DE LIMA
Parte III



La extensión del cacicazgo de Lima era, sin embargo, muy corta. No alcanzaba a Carabayllo ni a Surco, que tenían jefes propios, ni al santuario de Pachacamac. Se concentraba al valle de Lima desde el puerto de mar de Maranga, llamado Pitipiti, antecesor del Callao, por el norte, hasta que el camino del Inca entra en el valle de Chillán; por el sur hasta Armendáriz, en que partiría términos con el cacique de Surco, llamado Trianchumbi; y, por el interior, abarcaría, acaso, hasta los caseríos menores de Late, Puruchuco, Pariache y Guamchiguaylas, que ascienden a la sierra.

El área de atracción y de influencia de la aldea india de Lima era, pues, pequeñísima. Su cacique, uno de los más ínfimos régulos del Tahuantinsuyo, y aun el asiento de Lima, era parte de "la provincia de Pachacamac" como lo dice Pizarro en el auto para elegir el sitio de la ciudad. Hernando Pizarro y su hueste de jinetes, que pasaron en enero de 1533 hacia Pachacamac, no hubieran reparado en el cacique rimense si, en ese pueblo cuyo nombre no recordaba el cronista Estete, y en el que acamparon una noche, antes de llegar a Pachacamac, no les saludara, como Epifanía de la ciudad futura, un típico temblor de tierra. "Acaeciános –dice el cronista– una cosa muy donosa antes que llegásemos a él, en un pueblo junto a la mar: que nos tembló la tierra de un recio temblor y los indios que llevábamos, que muchos de ellos se iban tras nosotros a vernos, huyeron aquella noche, de miedo, diciendo que Pachacamac se enojaba, porque íbamos allí y todos habíamos de ser destruídos".

El mito del dios costeño y limeño se aclara así a despecho de antropólogos y lingüistas, como el símbolo de una cosmología popular que diviniza el mayor fenómeno telúrico y lo personifica en Pachacamac –el dios-temblor– como, más tarde, buscaría en el seno de la fe cristiana el auxilio divino, en Taitacha Temblores o en el Señor de los Milagros.

La raíz india de Lima está, pues, en el caserío de Limatambo y Maranga, regido por el Curaca Taulichusco. De él recibe la ciudad hispánica la lección geográfica del valle yunga, el paisaje de la huaca destacando sobre el horizonte marino; la experiencia vital india, expresada en las acequias, triunfo de una técnica agrícola avezada a luchar contra el desierto; el cuadro doméstico de plantas y animales, que el aluvión español modificará sustancialmente; algunas formas de edificación que podrían normar una arquitectura del arenal peruano y el nombre de Lima que tiene "sabor de mujer y de fruta", según Marañón, y que venció con su entraña quechua intrincable, a la denominación barroca de Ciudad de los Reyes.

Es el río Rímac, torrentoso, voluble y desigual, innavegable y huérfano de transportes, desconocedor del papel unificador de los cursos fluviales, camino frustrado, carente de paisaje y de alma, pero obrero silencioso en la fecundación de la tierra y creador oculto de fuerza motriz, el que impone su nombre a la capital indo-hispánica del Sur. Y hay, en la permanencia del nombre, acaso un sino espiritual.

"Rímac –dice el padre Cobo– es participio y significa el que habla, nombre que conviene al río por el ruido que hace con su raudal". Rimani significa en quechua hablar, pero no sencillamente hablar, sino hablar de cierta manera. El habla natural o lenguaje se dice Simi y Runa simi es el lenguaje del hombre. Pero Rimani y sus derivados tienen un significado especial, como rimapayani que significa "hablar mucho, con presteza" o rimacarini, "hablar disparates", o rimacuni, "murmurar" y rima-chipuni, cierta forma de celestinaje. Con lo que el nombre de Rímac encarnaría el destino parlero y murmurador de Lima, la tendencia a la hablilla y a la cháchara y también al ético placer de la conversación.

Lima, ciudad brumosa y desértica, de temblores, de dueñas y doctores, es un don del Rímac y de su dios hablador.


Por Raúl Porras Barrenechea

Fuente:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibVirtual/libros/linguistica/legado_quechua/la_raiz.htm

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/01/la-raiz-india-de-lima.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/01/la-raiz-india-de-lima_12.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/03/pachacamac.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/09/el-milagro-de-salta.html

María Elena Walsh - El Reino del Revés



El Reino del Revés

Letra María Elena Walsh

Me dijeron que en el reino del revés
nada el pájaro y vuela el pez
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.

[Estribillo]

Vamos a ver como es el reino del revés
vamos a ver como es el reino del revés

Me dijeron que en el reino del revés
nadie baila con los pies
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que uno y dos son tres.

[Estribillo]

Me dijeron que en el reino del revés
cabe un oso en una nuez
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.

[Estribillo]

Me dijeron que en el reino del revés
hay un perro pequinés
que se cae para arriba y una vez
no pudo bajar después.

[Estribillo]

Me dijeron que en el reino del revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.

[Estribillo]

Me dijeron que en el reino del revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del marqués
en caballos de ajedrez.

[Estribillo]

El Reino del Revés Maria Elena Walsh

Nuestro tributo a una desafiadora de las limitaciones, compositora, escritora, amiga de los niños, autora, intérprete, nació un 1 de febrero de 1930 en Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, hoy 10 de Enero de 2011 pasó a acompañarnos a todos los que seguimos teniendo un corazón de niños.

Reseña extraída de Página/12

La artista María Elena Walsh falleció "luego de una prolongada internación y como epílogo de padecimientos crónicos que la aquejaban", según indica el parte emitido desde la Dirección Médica del Sanatorio de la Trinidad.

Los restos de esta figura de la cultura argentina serán velados entre las 17 y las 24 en Lavalle 1547, sede de la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), y serán inhumados mañana desde las 11 en el Panteón que la entidad posee en el Cementerio de la Chacarita.

Nacida en Ramos Mejía en 1930, Walsh publicó su primer poema a los 15 años y su primer libro, "Otoño Imperdonable", con 17. Escribió más de 40 libros infantiles y compuso temas que fueron interpretados por algunos de los más populares cantantes iberoamericanos, como Mercedes Sosa o Joan Manuel Serrat.

En la década del '50 se exilió en París con su compatriota Leda Valladares, con quien formó el dúo "Leda y María" y grabó el disco "Le Chant du Monde" ("El canto del mundo"). Durante sus cuatro años en la capital francesa, comenzó a escribir poemas y cuentos para niños, un trabajo que la convirtió en una reconocida figura de las letras infantiles en América Latina.

Entre las décadas de 1960 y 1970 publicó el grueso de su producción infantil, como "El reino del revés" (1965), "Cuentopos de Gulubú" (1966) y "Versos tradicionales para cebollitas" (1967), "Pocopán" (1977), "Manuelita ¿Dónde vas?" (1997) y "Canciones para Mirar" (2000).

En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. En 1991 fue galardonada con el Highly Commended del Premio Hans Christian Andersen de la IBBY (International Board on Books for Young People).

LA BRUJA BABA YAGA Y LA HUÉRFANA







Vivía en otros tiempos un comerciante con su mujer; un día ésta se murió, dejándole una hija. Al poco tiempo el viudo se casó con otra mujer, que, envidiosa de su hijastra, la maltrataba y buscaba el modo de librarse de ella.

Aprovechando la ocasión de que el padre tuvo que hacer un viaje, la madrastra le dijo a la muchacha:

—Ve a ver a mi hermana y pídele que te dé una aguja y un poco de hilo para que te cosa una camisa.

La hermana de la madrastra era una bruja, y como la muchacha era lista, decidió ir primero a pedir consejo a otra tía suya, hermana de su padre.

—Buenos días, tiíta.

—Muy buenos, sobrina querida. ¿A qué vienes?

—Mi madrastra me ha dicho que vaya a pedir a su hermana una aguja e hilo, para que me cosa una camisa.

—Acuérdate bien —le dijo entonces la tía— de que un álamo blanco querrá arañarte la cara: tú átale las ramas con una cinta. Las puertas de una cancela rechinarán y se cerrarán con estrépito para no dejarte pasar; tú úntale los goznes con aceite. Los perros te querrán despedazar; tírales un poco de pan. Un gato feroz estará encargado de arañarte y sacarte los ojos; dale un pedazo de jamón.

La chica se despidió, cogió un poco de pan, aceite y jamón y una cinta, se puso a andar en busca de la bruja y finalmente llegó.

Entró en la cabaña, en la cual estaba sentada la bruja Baba Yaga sobre sus piernas huesosas, ocupada en tejer.

—Buenos días, tía.

—¿A qué vienes, sobrina?

—Mi madre me ha mandado que venga a pedirte una aguja e hilo para coserme una camisa.

—Está bien. En tanto que lo busco, siéntate y ponte a tejer.

Mientras la sobrina estaba tejiendo, la bruja salió de la habitación, llamó a su criada y le dijo:

—Date prisa, calienta el baño y lava bien a mi sobrina, porque me la voy a comer.

La pobre muchacha se quedó medio muerta de miedo, y cuando la bruja se marchó, dijo a la criada:

—No quemes mucha leña, querida; mejor es que eches agua al fuego y lleves el agua al baño con un colador.

Y diciéndole esto, le regaló un pañuelo.

Baba Yaga, impaciente, se acercó a la ventana donde trabajaba la chica y le preguntó a ésta:

—¿Estás tejiendo, sobrinita?

—Sí, tiíta, estoy trabajando.

La bruja se alejó de la cabaña, y la muchacha, aprovechando aquel momento, le dio al gato un pedazo de jamón y le preguntó cómo podría escaparse de allí. El gato le dijo:

—Sobre la mesa hay una toalla y un peine: cógelos y echa a correr lo más de prisa que puedas, porque la bruja Baba Yaga correrá tras de ti para cogerte; de cuando en cuando échate al suelo y arrima a él tu oreja; cuando oigas que está ya cerca, tira al suelo la toalla, que se transformará en un río muy ancho. Si la bruja se tira al agua y lo pasa a nado, tú habrás ganado delantera. Cuando oigas en el suelo que no está lejos de ti, tira el peine, que se transformará en un espeso bosque, a través del cual la bruja no podrá pasar.

La muchacha cogió la toalla y el peine y se puso a correr. Los perros quisieron despedazarla, pero les tiró un trozo de pan; las puertas de una cancela rechinaron y se cerraron de golpe, pero la muchacha untó los goznes con aceite, y las puertas se abrieron de par en par. Más allá, un álamo blanco quiso arañarle la cara; entonces ató las ramas con una cinta y pudo pasar.

El gato se sentó al telar y quiso tejer; pero no hacía más que enredar los hilos. La bruja, acercándose a la ventana, preguntó:

—¿Estás tejiendo, sobrinita? ¿Estás tejiendo, querida?

—Sí, tía, estoy tejiendo —respondió con voz ronca el gato.

Baba yaga entró en la cabaña, y viendo que la chica no estaba y que el gato la había engañado, se puso a pegarle, diciéndole:

—¡Ah viejo goloso! ¿Por qué has dejado escapar a mi sobrina? ¡Tu obligación era quitarle los ojos y arañarle la cara!

—Llevo mucho tiempo a tu servicio —dijo el gato— y todavía no me has dado ni siquiera un huesecito, y ella me ha dado un pedazo de jamón.

Baba Yaga se enfadó con los perros, con la cancela, con el álamo y con la criada y se puso a pegarles a todos.

Los perros le dijeron:

—Te hemos servido muchos años sin que tú nos hayas dado ni siquiera una corteza dura de pan quemado, y ella nos ha regalado con pan fresco.

La cancela dijo:

—Te he servido mucho tiempo sin que a pesar de mis chirridos me hayas engrasado con sebo, y ella me ha untado los goznes con aceite.

El álamo dijo:

—Te he servido mucho tiempo, sin que me hayas regalado ni siquiera un hilo, y ella me ha engalanado con una cinta.

La criada exclamó:

—Te he servido mucho tiempo, sin que me hayas dado ni siquiera un trapo, y ella me ha regalado un pañuelo.

Baba Yaga se apresuró a sentarse en el mortero; arreándole con el mazo y barriendo con la escoba sus huellas, salió en persecución de la muchacha. Ésta arrimó su oído al suelo para escuchar y oyó acercarse a la bruja. Entonces tiró al suelo la toalla, y al instante se formó un río muy ancho.

Baba Yaga llegó a la orilla, y viendo el obstáculo que se le interponía en su camino, rechinó los dientes de rabia, volvió a su cabaña, reunió a todos sus bueyes y los llevó al río: los animales bebieron toda el agua y la bruja continuó la persecución de la muchacha.

Ésta arrimó otra vez su oído al suelo y oyó que Baba Yaga estaba ya muy cerca: tiró al suelo el peine y se transformó en un bosque espesísimo y frondoso.

La bruja se puso a roer los troncos de los árboles para abrirse paso; pero a pesar de todos sus esfuerzos no lo consiguió, y tuvo que volverse furiosa a su cabaña.

Entretanto, el comerciante volvió a casa y preguntó a su mujer.

— ¿Dónde está mi hijita querida?

—Ha ido a ver a su tía —contestó la madrastra.

Al poco rato, con gran sorpresa de la madrastra, regresó la niña.

— ¿Dónde has estado? —le preguntó el padre.

— ¡Oh padre mío! Mi madre me ha mandado a casa de su hermana a pedirle una aguja con hilo para coserme una camisa, y resulta que la tía es la mismísima bruja Baba Yaga, que quiso comerme.

— ¿Cómo has podido escapar de ella, hijita?

Entonces la niña le contó todo lo sucedido.

Cuando el comerciante se enteró de la maldad de su mujer, la echó de su casa y se quedó con su hija.

Los dos vivieron en paz muchos años felices.

FIN

Alekandr Nikoalevich Afanasiev
Cuento folclórico ruso

Cancela = Reja pequeña que se pone en el umbral de algunas viviendas

Imagen
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"Los Reyes Magos" - Mercedes Sosa



"Los Reyes Magos"
(Mercedes Sosa)
{Felix Luna / Ariel Ramirez}

Llegaron ya los reyes y eran tres,
Melchor, Gaspar y el negro Baltasar
arrope y miel le llevarán
y un poncho blanco de alpaca real.

Changos y chinitas duermansé
que ya Melchor, Gaspar y Baltasar
todos los regalos les darán
para jugar mañana al despertar.

El Niño Dios muy bien lo agradeció
comió la miel y el poncho lo abrigó
y fue después que sonrió
y a medianoche el sol relumbró.

Letra: Felix Luna
Música: Ariel Ramírez


¡FELIZ DÍA DE REYES A TODOS LOS NIÑ@S!

Belén, Nacho, Toby, Emita, León, Iván, Almita, Victoria, Gastón, Miriam, Lucas, Sabrina, Lucía...

ZORRO GRIS




En lengua Tehuelche: Patnk

Zorro Gris Patagónico
Lycalopex griseus


Mide 75 cm de largo entre cabeza y cuello y 33 cm la cola.

El peso promedio es de 3 kg. Pelaje de color amarillento y negro grisáceo. Patas color bayo pálido y la parte interior blanca.

Es de hábitos nocturnos y sus hábitos alimentarios son amplios, tanto comen aves como roedores, liebres y frutos.

A veces se juntan para cazar presas grandes, como ovejas, aunque lo hacen en momentos de gran escasez alimenticia.

A menudo cavan galerías grandes de 3 a 5 m de largo, con varias cámaras (de cría, de reserva) y con una entrada principal y otras para casos de peligro.


Se cuenta que: "Un zorro desafió a correr a una piedra; ésta se excusó, - Soy muy pesada-.

-Corremos cuesta debajo de este cerro- insistió el zorro.

Soy muy pesada, pero… guardaos de mí.

- ¿Alcanzarme? ¡Qué locura!

- Dijo el zorro- Yo corro como el viento -.

- En fin corramos- respondió la piedra.

Y el zorro partió como una flecha, se echó a rodar la piedra entonces, y de tumbo en tumbo fué a herir de muerte a su rival que ya llegaba al pie del cerro.


Fuente:
http://www.turismo.riogallegos.gov.ar/contenidos/fauna.htm

Imagen

herramientas.educa.madrid.org

Virgen de la Candelaria en Campana. 2006


Nuestra Señora de la Candelaria

Patrona de Canarias en el municipio tinerfeño homónimo.
Venerada en Iglesia católica
Templo Basílica de la Candelaria
Festividad 2 de febrero y 15 de agosto
Simbología La Candela

Fecha de la imagen 1827, la imagen primitiva era del siglo XIV.
La actual obra es de Fernando Estévez.
Estilo Neoclásico, la primitiva imagen era de estilo gótico.







La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen María. Su fiesta litúrgica se celebra en toda la Iglesia católica el 2 de febrero y su fiesta mayor se celebra el 15 de agosto en las Islas Canarias (España).

La imagen es venerada en el Archipiélago Canario, especialmente en la isla de Tenerife (lugar de su aparición), donde es conocida popularmente como La Morenita, es la Patrona de Canarias siendo una de las siete Patronas de las Comunidades Autónomas de España. Su imagen se encuentra en el camarín de la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, en el municipio de Candelaria en Tenerife.

El relato canónico de la aparición a los aborígenes guanches de la imagen de la Virgen de Candelaria en las Islas Canarias fue escrito en 1594 por el religioso e historiador español Fray Alonso de Espinosa, dicho relato aparece contenido en dos libros, siendo de hecho los libros impresos más antiguos que tratan sobre las Islas Canarias.

Igualmente la Virgen de la Candelaria es la patrona de varias ciudades del Nuevo Mundo como: Medellín y Cartagena de Indias (Colombia) Sabana Grande de Boyá, Prov. Monte Plata y Barrio San Carlos, Santo Domingo (República Dominicana) y Mayagüez (Puerto Rico). La Virgen tiene mucho arraigo y veneración en Oruro (Bolivia) y en general en el altiplano andino y demás naciones del continente americano. Además es venerada en lugares con una importante colonia de canarios donde suele usarse para representar al Archipiélago Canario.


La iconografía de la Virgen de Candelaria se basa en el episodio bíblico de la Presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lucas 2,22-40). La virgen sostiene la candela o vela de la que toma nombre y el niño Jesús por su parte sostiene en sus manos un pequeño pájaro. Según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. Como era costumbre, la Virgen María, se sometió a la vez al rito de la purificación (Cf. Lev. 12, 6-8).[6]

Historia de la aparición

La historia de esta advocación está unida íntimamente a la historia de las Islas Canarias, especialmente de la isla de su aparición, Tenerife. No hay acuerdo sobre el año de la aparición, pero la opinión mayoritaria es que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, en el municipio canario de Güímar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, es decir aparecería del 1400 al 1401. Es por tanto la primera aparición mariana de Canarias. Fray Alonso de Espinosa describió la historia en 1594.
Escenificación de la aparición de la virgen en la Playa de El Socorro, Güímar.

Según la leyenda relatada por Fray Alonso de Espinosa, iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar. Buscando la causa miraron hacia la desembocadura del Barranco de Chimisay y vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, la figura de una mujer que creyeron animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo. Pero en lugar de herirla, quedó herido el mismo. Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguaro, la cueva-palacio del mencey Acaymo, para referirle lo acontecido. El mencey acudió con sus consejeros. Ella no respondía pero nadie se atrevía a tocarla. El mencey decidió que fuesen los mismos dos pastores ya heridos quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron sanados. El mencey comprendió que aquella mujer con un niño en brazos era cosa sobrenatural. El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro. Es así que en lugar de la aparición hay hoy día una cruz y en el lugar donde el mencey pidió socorro, un santuario a Nra. Señora del Socorro.

La llevaron a una cueva cerca del palacio del rey hoy convertida en capilla. Más tarde un joven llamado Antón, que había sido tomado como esclavo por los castellanos y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María. Él, habiendo sido bautizado le relató al mencey y a su corte la fe cristiana que él sostenía. Así llegaron a conocer a la Virgen María como "La Madre del sustentador del cielo y tierra" (Guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la Cueva de Achbinico (detrás de la actual Basílica de Candelaria) para veneración pública.


NIU-KUA

En algunas interpretaciones de la leyenda, Niu-kua aparece al mismo tiempo como la hermana y la esposa de Fu-hi, el legendario gobernante que enseñó al ser humano a domesticar a los animales y el que le mostró el matrimonio. Niu-kua y Fu-hi fueron pintados como con colas de serpiente entrelazadas y con un niño entre ellos, en un mural de la Dinastía Han del Este (25-220 d. C.) en el templo de Wu-liang en el pueblo de Jiaxiang (provincia de Shadong).



En la mitología china Niu-kua (a veces Nv-Kua) es una de las divinidades femeninas más antiguas. Niu-kua es definida en el más antiguo diccionario chino por el filólogo Xu Shen como “la encargada de la reproducción de todos los seres vivos”, por lo cual, muy posiblemente su origen está asociado con la fertilidad. Hay varios relatos que nos hablan de esta diosa y según cuenta una leyenda ella es quien creó al ser humano

Según se relata la tierra era muy bonita, en ella crecían las flores, los árboles y estaba llena de animales, pájaros, peces y muchas otras criaturas. Pero, a pesar de ello Niu-kua sentía soledad. Ella descendió y cogió un pedazo de tierra, la mezcló con agua y la moldeó hasta formar una figura a su semejanza. A medida que la iba amasando, la figura cobraba vida, hasta que se convirtió en el primer ser humano. Niu-kua estaba tan complacida con su creación que continuó elaborando más figuras, tanto de hombres, como de mujeres. Ellos danzaron alrededor de Niu-kua llenos de gozo y agradecimiento y dejó de sentir soledad.




Bibliografía
MIRCEA ELIADE
Historia de las creencias y de las ideas religiosas/ Mircea Eliade.-1978.- Madrid, Ediciones Cristiandad. (4 vol.)
http://www.cervantesvirtual.com/historia/th/cosmogonia_china.shtml
Cosmogonía China

Sitio de la imagen
bromero161162.blogspot.com

TRASLACION DE SANTIAGO APOSTOL

Codex Calixtinus Libro III, La traslación de Santiago

De hecho, por los breves apostólicos de dos papas, Gregorio XIII y Sixto V, se celebra en Santiago y en España la fiesta de la Traslación.

El rey Herodes mandó decapitar a Santiago Apóstol. Fue el protomártir de los Apóstoles; luego le seguirían todos los demás y sucedió en la ciudad Santa de Jerusalén. Este es el dato histórico y punto de partida de una leyenda que parece ser un inverosímil juego imaginativo pero, como tantas veces sucede, la fantasía mejor intencionada cubre los espacios en blanco que la historia no puede rellenar con datos comprobables.

Y la leyenda se expone así resumiendo:

Una vez muerto Santiago, los siete discípulos que había llevado consigo cuando estuvo en España robaron por la noche el cuerpo que Herodes prohibió enterrar y dejó expuesto a las aves, perros y alimañas.

Ocultamente lo llevaron hasta el puerto de Jaffa donde milagrosamente encontraron una nave sin remeros ni piloto, pero con todo lo necesario para una larga travesía. Ayudados por un viento favorable y sin escollos ni tempestad arriban a Iria Flavia —hoy Padrón— cerca de Finisterre. Con esto cumplen el deseo que les había encargado el propio Santiago previendo el acontecimiento de su muerte.

Tierra adentro encuentran una gruta. Les parece sitio apto para depositar los restos mortales. Manos a la obra, destruyen un ídolo de piedra de los paganos del país y excavan en la piedra un sepulcro donde depositan el cuerpo con su cabeza que habían transportado. Luego levantan una casa que será capilla. Teodoro y Atanasio se quedarán custodiando la reliquia, mientras que los otros cinco compañeros saldrán por los campos y poblados a predicar el Evangelio. Cuando mueren los dos custodios reciben sepultura junto a los restos de Santiago.

Las invasiones y guerras que se suceden en el lugar son factores determinantes para que, junto con el mismo paso de los años, se relegue al olvido transitoriamente tanto el lugar ya tapado por los matorrales como el tesoro que contiene.

Cuando reina Alfonso el Casto se descubren los antiguos sepulcros y el rey manda edificar un templo. Y otros monarcas le siguen. Es Compostela.

Los papas conceden privilegios, Urbano II desliga el obispado de la jurisdicción de Braga y con Calixto II comienza a ser arzobispado.

Los milagros y las maravillas se producen en el tiempo para españoles y extranjeros. Se señala de modo muy especial la protección en la larga lucha de reconquista llegando a aplicársele el alias de "Matamoros" por haberlo visto con todas las armas precediendo al ejército cristiano.

Las rutas del peregrinaje de Europa comienzan a tener otro camino para culminar el perdón de los pecados con arrepentimiento.

Fuente: archimadrid.es
Santopedia

Imagen

liberediciones.com

Codex Calixtinus Libro III, La traslación de Santiago




Se trata del libro más breve de todos los que componen el Codex.

Pese a su brevedad, está integrado por dos textos de suma importancia en la tradición jacobea. Uno del siglo XII, en el que combina la tradición compostelana recogida en la Epístola del papa León con la leyenda de los siglos VII y VIII relativa a los Siete Varones Apostólicos, cómo éstos trasladan el cuerpo martirizado del Apóstol desde las playas palestinas hasta el “puerto de Iria, que está en Galicia”.

El otro texto es una narración en forma de epístola, atribuida a un papa León y dirigida a los reyes de Francos, Romanos, Godos y Vándalos, en un intento de expresar los países de los cuatro puntos cardinales. En él se narra el traslado del Apóstol desde Jafa hasta el puerto de Iria, en una barca de vela, guiada “por un ángel del Señor”.

Además de estas dos narraciones, el libro contiene una descripción de las tres solemnidades en honor a Santiago en la basílica compostelana.

Nota a la edición a cargo del Dr. Isidro García Tato, Secretario de Publicaciones del Instituto de Estudios Gallegos “Padre Sarmiento” del CSIC de Santiago de Compostela.

El libro termina con un breve capítulo dedicado a cantar las virtudes de las caracolas marinas, que suelen llevar consigo de recuerdo los peregrinos en su viaje de regreso, y cuya melodía aumenta la devoción de la fe, es un antídoto contra las asechanzas del enemigo y protege de las granizadas, borrascas, tempestades y vientos.

SAN ESTEBAN



(?-junto a Jeusalén, entre 32 y 37) Diácono y protomártir. Fue uno de los primeros siete diáconos de la Iglesia. Acusado de blasfemar contra Moisés, fue llevado ante el sanedrín de Jerusalén y fue lapidado. Tras su muerte, consentida por Saulo, se desencadenó la primera persecución contra los cristianos de Jerusalén (Hechos 8). Fiesta el 26 de diciembre.



San Esteban



Celebración anual en Sumamao y Maco, Santiago del Estero

Desde temprano los santiagueños fueron llegando a Sumamao para venerar a San Esteban.

San Esteban se fue poblando en medio del calor y el polvo.

Los participantes festejaron la llegada de los indios y los vivas de los alféreces. El gobernador Zamora también asistió al festejo que ya había asistido varias veces. Agregó “siempre tratamos de estar” y agregó que esto es “una manifestación de fe”. Y asintió cuando le preguntaron si era devoto del santo.

¿En que consiste la fiesta?

Esta expresión cristiano-pagana, es característica de los Deptos. Capital y Silípica, y se lleva a cabo por Maco y Sumamao (Santiago del Estero). Su devoción fue entronizada en esas tierras por familias españolas allá por el siglo XVIII y los documentos señalan el hogar de Doña Mercedes Chapa de Zurita, como una de las primeras devotas.

La fiesta se celebra regularmente el 26 de diciembre según el santoral católico.El santo es venerado en una rústica capilla de la campaña, en Maco, propiedad de la familia de don Francisco Juárez, síndico desaparecido hace algunos años, descendiente de doña Mercedes. Una semana antes del día indicado se efectúan preparativos par el culto y traslado del Santo en peregrinación a Sumamao, localidad distante a unos 40 kms al sur de Maco y cercana al río.

En víspera de cumplir con este paso ceremonial, se observan reuniones animadas con bailes, música, libaciones y rogativas; de ahí que se dice que San Esteban es un "Santo farristo".

Durante la peregrinación, los promesantes, vívamente vestidos, cantan, gritan, "chupan" y hacen sonar bombos, erkes, cornetas o cohetes. El santo llega el 25 de diciembre y es recibido por el Síndico en una casa preparada para el evento (notemos que a pesar de existir capilla la imagen no llega allí).

Las personas brindan su veneración besando la imagen, era una imagen difícil de observar pues a la multitud se la mantenía alejada y solo en fila se permitía "tomar gracia".

En algunas ocasiones, a la "toma de gracia" se la cumplía haciéndose pisar por el Santo, que permanece bajo techo, cubierto por flores naturales y artificiales y custodiado por el Síndico y sus familiares que organizan la veneración del Santo.

El 26, alrededor del mediodía, culmina la celebración de Sumamao con disparos de bombas y las carreras de los indios y los vivas de los alféreces. Los "vivas de los alféreces" se cumplirán junto a la casa, en una avenida de árboles o "arcos" como le llaman. Estos son grandes ramajes plantados allí previamente por los promesantes que han nombrado al Santo "encargado" de sus hijos. Los arcos (ichas) sostienen roscas y golosinas y a la seña del Síndico, la gente se arrojará para disputarse las ristras de roscas; la confusión y el desorden son mayúsculos y los árboles en su mayoría son derribados en medio de una gran polvareda.

A continuación, prosiguen las "carreras de los indios". Allí los corredores se preparan con plumas, camisetas rojas y poca ropa y salen, seguido por público a caballo, durante el recorrido los indios simulan golpearse las piernas con ramas o varejones de albahaca, jarillas o tuscas. La carrera culmina en la imagen de San Esteban. Al llegar los indios se arrojan a los pies de la imagen y luego son "sajados", es decir, el Síndico procede a hacer un corte con la navaja en las venas de las piernas para que sangre el corredor y no sufra, se dice, de empalizamiento o de calambres. Este es uno de tantos motivos por el cual la Iglesia Católica no avala esta celebración. La fiesta termina, pero la gente continúa en su frenesí y "toma", grita, canta, baila, etc.

Fuente: folkloredelnorte.com.ar

Diario Panorama: Edición 2008
http://www.diariopanorama.com/diario/edicionant/2008/12/27/a-32261.html

VILLANCICO NORTEÑO



Villancico tradicional chileno


CAMPANAS DE BELÉN






Campana Sobre Campana | Campanas De Bélen - Villancicos - Musica Navideña

Villancicos navideños de siempre.
Los niños cantores de la navidad.


Villancico: Campanas de Belén


Campana sobre campana,
y sobre campana una,
asomate a la ventana,
veras al niño en la cuna.

Belén, campanas de Belén,
que los ángeles tocan
¿qué nuevas nos traéis?

Recogido tu rebaño
¿adónde vas, pastorcillo?
Voy a llevar al Portal
requesón, manteca y vino.
Belén, campanas de Belén..

Campana sobre campana,
y sobre campana dos,
asómate a la ventana,
porque está naciendo Dios.

Belén, campanas de Belén...

Campana sobre campana,
y sobre campana tres,
en una cruz a esta hora
el Niño va a padecer.

Belén, campanas de Belén...

Caminando, a media noche,
dónde camina el pastor
le llevo al niño que nace
como a Dios mi corazón.

Belén, campanas de Belén...


Botticelli

La Virgen con el Niño y San Juan
o Madona del Rosal
Museo de Louvre
1472


El Niño Dios continúa bendiciendo nuestras vidas



¡¡FELIZ NAVIDAD!!


LA ANUNCIACION



LA ANUNCIACIÓN

Ariel Ramirez

LA ANUNCIACION, primer tema de la "Navidad Nuestra" de Ariel Ramírez,en ritmo de chamamé,que ALTURAS interpreta con el coro francés ENSEMBLE VOCAL DE CASTANET-TOLOSAN (EVCT) en diversos escenarios de Francia, España y Perú ail igual que la MISA CRIOLLA y su nuevo programa conjunto TAKISUN.

Concierto realizado en la Sala Atlántida, en el marco del MERCAT DE VIC - Barcelona (España). 16.09.2001

En el video:

ALTURAS: LUCHO MEDINA PAJARES, EDGAR GARCIA COSSIO, MANUEL GARCIA REATEGUI, ALFONSO PIHUAYCHO. Actualnmente participa en el grupo SEBI BLANCO.

Acordeón: JEAN MARI RUEDA

CORO: ENSEMBLE VOCAL DE CASTANET-TOLOSAN (EVCT)

DIRECTOR: MICHEL TOUTON

Sitio Oficial del Grupo ALTURAS:
http://www.grupoalturas.com
Categoría: Música

PASTORELAS, NACIMIENTOS Y PIÑATAS



Por José Félix Zavala

PASTORELAS

Origen.

Durante la Colonia, los misioneros españoles aprovecharon la fuerte tradición teatral de la cultura náhuatl para propagar de forma didáctica la evangelización. Los jesuitas, llegados a la Nueva España en 1572, ejercieron una amplia influencia en la educación del pueblo, fueron los principales impulsores de las pastorelas.
La primera representación que se recuerda se ubica en Zapotitlán Jalisco, donde se presencia la primera batalla entre San Miguel Arcángel y Lucifer, en lengua indígena. Eran entonces, las pastorelas, importantes elementos de comunicación y participación social. Pronto salieron de los atrios de las iglesias para escenificarse en las plazas y calles de los distintos pueblos, donde recogen las costumbres y prácticas de cada región. Así, para fines del siglo XVI, se encuentran referencias de una pastorela propiamente mexicana, con adaptaciones de esta cultura.
Definición. Las Pastorelas son recreaciones de las peripecias que enfrentan los pastores para llegar a adorar al Niño Jesús, que ha nacido en Belén. En el camino tienen que luchar con los demonios, que representando los siete pecados capitales, les imponen todo tipo de trampas, obstáculos y tentaciones para hacerlos desistir. El Arcángel San Miguel libra una intensa batalla con Lucifer y finalmente triunfa sobre él. Se trata de una confrontación entre el bien y el mal de la que se desprenden ciertas lecciones. Se caracterizan por su lenguaje rudo y esencial propio de pastores; están impregnadas de cierto humorismo involuntario y son ingenuas y picarescas.

Significado.

Hoy, las pastorelas conservan su contenido y estructura más o menos permanente, cuyo tema central sigue siendo el nacimiento y la adoración del Niño Jesús, e incorporando algunos personajes y situaciones nuevos. Son muy útiles para hacer reflexionar de manera amena a cerca de cuáles son los obstáculos que tiene el hombre para adorar a Jesús Niño, para aceptar su mensaje y vivir de acuerdo a su voluntad.

NACIMIENTO

Origen. Se atribuye a San Francisco de Asís, quien, en 1223 en vísperas de la Navidad, montó en el bosque de Greccio, el primer nacimiento de que se tenga noticia, con hombres y animales vivos. Su deseo era celebrar una hermosa Nochebuena de Navidad, para vivir el recuerdo del Niño Jesús que nació en Belén en un establo. Una vez montada la escena, reunidos los habitantes de la aldea, se celebró la Eucaristía con algunos cánticos de la Natividad del Señor. Los asistentes llevaban antorchas y velas a fin de “iluminar aquella noche que debería de alumbrar a los siglos como una estrella refulgente”. Al año siguiente repitió la representación con éxito y desde entonces la costumbre se extendió a todos los pueblos cercanos. Con el paso del tiempo la falta de espacio obligó a sustituir a las personas y animales por figuras de madera o de barro.
En México, los nacimientos hicieron su aparición en Acolman, en el siglo XVI, como producto de las representaciones que se hacían de la Navidad, hasta la fecha, en la mayoría de los hogares católicos mexicanos, hay un nacimiento durante el tiempo de Adviento y las fiestas de Navidad.
Significado.
Colocar un nacimiento en la casa es para recordar el escenario en el que Dios se hizo hombre en Belén. En los hogares en donde se acostumbra poner adornos navideños, éste debe ser el más importante, el que está al centro de todo, pues lo que celebramos en Navidad es precisamente el Nacimiento de Jesús. Es una forma muy atractiva para hablar a los niños de la Historia de la Salvación. Es un medio didáctico visual que difícilmente pasará desapercibido. En la celebración familiar de la Nochebuena, la reunión es en torno al Nacimiento de Jesús y si éste puede ser representado de algún modo, la celebración será más emotiva, disponiendo a los asistentes a recibir en su interior a Jesús que nos trae la Salvación.


ÁRBOL DE NAVIDAD

Origen.

La costumbre de adornar árboles o ramas en los últimos días de diciembre tuvo su origen en el norte de Europa, muchos siglos antes de Cristo. El follaje verde y las luces que los adornaban estaban asociados con el solsticio de invierno, cuando la naturaleza parece muerta. Se pedía entonces al dios-sol que volviera revistiendo de luz y color los campos. Los escandinavos consideraban al árbol como símbolo de duración y renovación de vida. Los egipcios usaban hojas de palma con 12 brotes como expresión sagrada de la terminación del año y del triunfo sobre la muerte. Los romanos celebraban sus fiestas decorando las casas con follaje verde, signo de fertilidad. Los judíos celebraban en invierno la Fiesta de las Luces, encendiendo durante 8 días velas que ardían constantemente.

El cristianismo conocía todas estas tradiciones, pues muchos cristianos eran paganos convertidos. Comprendieron que era imposible arrancar las tradiciones y prefirieron darles un sentido cristiano. Así el árbol y las luces se utilizaron para evocar a Jesús, Árbol de la Vida, Luz del Mundo. Se cree que las primeras veces que se utilizó el árbol adornado con luces para celebrar la Navidad fue al norte de Europa, quizá en Alemania. A cada elemento se le dio un significado cristiano que hasta la fecha conservamos.

Significado.

El árbol con sus ramas verdes, simboliza la vida eterna que trajo Cristo al mundo, la perpetua primavera de esperanza. Las velas encendidas –ahora focos de colores- y los objetos brillantes colgados, simbolizan el advenimiento de la luz y la gloria de Dios que se refleja a todas partes. La estrella que se pone en la cúspide, es recuerdo de la Estrella de Belén que atrajo a los hombres desde lejos. Los regalos que se colocan debajo de él, simbolizan la cantidad de dones que Dios nos trae con su Encarnación y que hemos de compartir unos con otros.


LA PIÑATA

Origen.

La piñata tiene su origen en China. A México llegó por medio de los españoles, que a su vez la conocieron por los italianos. Al principio en Europa la piñata se adoptó para las festividades de Cuaresma, ya en México, los misioneros agustinos la utilizaron para divertir, instruir y evangelizar a los indígenas y se proponía sobre todo para las fiestas de Navidad.

Significado.

La piñata vestida de oropeles, representa al mundo con sus engaños y vanidades. La venda con que se tapa lo ojos de quien le va a pegar, significa la fe; el palo, significa la fuerza de la virtud que rompe la falsedad del mundo; el romperse la piñata, significa que se rompe con el pecado y la seducción del mundo; los dulces o frutas que caen de ella, significan la verdad y los dones que se derraman sobre el hombre que rompe con el pecado, significan también el premio a la fe y a la perseverancia y la gracia de Dios derramada sobre el hombre.

Fuente:
El oficio de historiar

Posted: 20 Dec 2010 07:21 AM PST
http://eloficiodehistoriar.com.mx/2010/12/20/las-pastorelas-el-nacimiento-y-las-pinatas/
José Félix Zavala

Imagen
filmmania.ru

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/el-pesebre.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/el-arbol-de-navidad.html

EL QAPAQ INTI RAYMI




Por Mario Alberto Tabra Guerrero


Las cosmovisiones o concepciones del mundo son diversas cada una según el lugar donde les ha tocado vivir, así en el hemisferio sur se acerca más el sol y se asocia con la vida. Mientras que desde el hemisferio norte, veían que en diciembre el sol se les alejaba más y lo asociaban con la muerte.

17 de diciembre, 2010.- El 21 de diciembre se inicia el solsticio de verano para el hemisferio sur, tiempo en el cual el Sol se aproxima más a nosotros, tornándose vecino a la Chakana (Cruz del Sur). Con esto empieza nuestra estación de verano, por la cual los rayos solares llegan perpendicularmente al trópico de Capricornio llegando con mayor intensidad, evaporando las aguas y superficies húmedas que al llegar a cierta altitud se condensan para precipitarse y complementar la faena agrícola.

Nuestros pueblos andino amazónicos festejaban ancestralmente a este fenómeno como el Qapaq Inti Raymi o Gran Fiesta del Sol.

Según el cronista Waman Poma de Ayala en su “Nueva crónica y buen gobierno”: “…en este mes de diciembre Qapaq Inti Raymi -mes de fiesta del sol es el mes de sembrar papas, uqas, quinua, trigo. También quchqa sara (temporal), con lluvia. Si pasa este mes, se pierde la sementera porque llueve hasta marzo, no se anda en el reino. No andan los mercachifles de vino, coca, ají, sal, harina, maíz ni ropa. Aparecen las frutas: melones, lúcumas, paltas, durazno en el reino…” a la que había que agregar la floración de las orquídeas y la aparición de las moras.

Todas estas actividades se realizan acompañadas de ritos, cantos, danzas y a nivel social se celebraba el Warachiku que era la fiesta de iniciación de los jóvenes Incas. Otras actividades, como el corte de cabello, el cambio de vestimentas, la presentación de los jóvenes a las autoridades estatales, los ejercicios de resistencia física (carreras), las ofrendas a las Wakas, los cantos aleccionadores, etc., eran tan importantes como el Warachiku.


Todos los que buscamos armonizar la vida, empezamos a caminar por el reencuentro y armonía con nuestra Pachamama y a celebrar el Gran Qapaq Raymi el 21 de diciembre. Caminamos por un día completo, siempre acompañados por estrellas brillantes, la Mama Killa (madre luna) -que en este año ha tocado luna llena el mismo día-, el Wayra (viento), el Llullu tamya (lluvia tierna), el Inti Yaya (padre sol) y por runas (seres humanos) que moran de lo más simple y complejo y maravilloso suelo andino, a lo largo del camino, hasta las Wakas sagradas.

Al llegar el día 21, algunos contemplan desde sus lugares los primeros rayos del Yaya Inti (Padre Sol). Lo más importante de la fiesta es recibir al majestuoso Padre Sol con los ojos despiertos.

Todas estas celebraciones tienen que ver con la veneración y el respeto sagrado que los andinos mantienen hasta nuestros días, al sol, la Pachamama, la luna, las estrellas y todo lo que conforma el cosmos.

¡Feliz año nuevo andino!

Ver más
Servindi
Fuente e Imagen
http://www.servindi.org/actualidad/


http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/06/el-inti-raymi.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/01/warachicuy.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/02/mama-quilla.html

NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANZA

Un frontal pintado que se encuentra en el Museo Episcopal de Vich.

En él vemos a la Virgen expectante, sentada en un trono y rodeada de siete palomas que convergen hacia su seno, símbolos de los siete dones del Espíritu Santo. A su lado, y sentado también en un trono, aparece San Juan Evangelista, que con un grito de antífona de Adviento la identifica concretamente con la mujer de su visión apocalíptica.


En esta tercera semana de Adviento, es imposible preparar la Navidad prescindiendo de la contemplación del indecible gozo esperanzado que poseyó Santa María por el futuro próximo inmediato de su parto.

Eso es lo que se quiere expresar con "La Expectación del Parto", o "El día de Santa María" como se le llamó también en otro tiempo, o "Nuestra Señora de la O" como popularmente también se le denomina hoy.

Fue en España, concretamente en Toledo, en el décimo concilio que se celebró en el año 656, siendo San Eugenio III el obispo de aquella sede y que posteriormente un muy devoto de la Virgen María —San Ildefonso- se tomó bastante en serio propagar.

La intuición del pueblo denominando a la expectante Doncella joven "Virgen de la O" está basada en la directa contemplación de las obras pictóricas o esculturales que presentan piadosamente la natural redondez abultada de la Virgen grávida.

El origen del título es no obstante más espiritual, más fino, más litúrgico y menos somático. Tiene su origen en que las antífonas marianas del rezo de vísperas comienzan con la O: O Sapientia, O Adonai, O Enmanuel... veni!

Las antífonas de Adviento, también conocidas como antífonas mayores, o antífonas O (por la letra con la que comienzan) son antífonas utilizadas en la oración diaria en las tardes de los últimos días del Adviento en varias tradiciones litúrgicas cristianas.

Cada antífona es uno de los nombres de Cristo, uno de sus atributos mencionados en las Escrituras.

Son:

* 17 de diciembre: O Sapientia (O Sabiduría)
* 18 de diciembre: O Adonai (O Adonai)
* 19 de diciembre: O Radix Jesse (O Raíz de Jesé)
* 20 de diciembre: O Clavis David (O Llave de David)
* 21 de diciembre: O Oriens (O Amanecer)
* 22 de diciembre: O Rex Gentium (O Rey de las naciones)
* 23 de diciembre: O Emmanuel (O Emmanuel)

En la tradición católica romana, las antífonas de Adviento se cantan o se recitan en las Vísperas desde el 17 de diciembre hasta el 23 de diciembre.


Fuentes:
http://www.santopedia.com
http://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADfonas_de_Adviento
Imagen
http://historiarte.net/iconografia/expectacion.html

EL CAMPESINO DEMYAN






En cierta aldea, ignoro si hace poco o mucho tiempo, vivía un campesino testarudo y violento, llamado Demyan. Era duro, bronco y colérico y siempre buscaba la ocasión de disgustarse con cualquiera. Imponía su voluntad a puñetazos cuando no bastaban las palabras. Invitaba a un vecino a su casa, y le obligaba a comer, y si el vecino rehusaba un bocado por vergüenza o cortesía, el campesino se disgustaba y le gritaba: "¡En casa ajena obedece al dueño!"

Y un día sucedió que un mocetón entró como convidado a casa de Demyan, y el campesino le puso una mesa llena de exquisitos manjares y de los mejores vinos. El joven comía a dos carrillos y despachaba plato tras plato. El campesino estaba admirado y cuando vio la mesa limpia y las botellas vacías, se quitó la levita y le dijo:

- ¡Quítate la blusa y ponte mi levita! -porque pensaba: "Rehusará y entonces sabrá para qué tengo los puños".

Pero el joven se puso la levita, se la ciñó bien y haciendo una reverencia, dijo:

- ¡Y bien, padrecito! Gracias por el regalo. No me niego a aceptarlo, porque en casa ajena hay que obedecer al dueño.

El campesino estaba furioso. Deseaba provocar una pendencia a toda costa y con tal objeto condujo al mozo al establo y le dijo:

- Nada es poco para ti. ¡Ea, monta en mi caballo y llévaselo como si fuera tuyo! -porque pensaba: "Rehusará y habrá llegado el momento de darle una lección".

Pero el joven volvió a decir:

- ¡En casa ajena hay que obedecer siempre al dueño!

Y cuando estuvo bien montado, se volvió al campesino Demyan y gritó:
- ¡Hasta la vista, amigo! ¡Nadie te ha obligado, pero has caído en tu misma trampa! -Y dicho esto, salió galopando.

El campesino se quedó moviendo la cabeza y dijo: "La guadaña ha dado contra una piedra", con lo que quería decir que había hallado por fin la horma de su zapato.

Alekandr Nikoalevich Afanasiev, folclorista ruso del siglo XIX.
Fuente: http://jk-cuentos-populares.blogspot.com/2010/05/verlioka-cuento-ruso.html

Imagen
http://www.claseshistoria.com/

LAS ZAPATILLAS ROJAS




Hace mucho, mucho tiempo, vivía una hermosa niña que se llamaba Karen. Su familia era muy pobre, así que no podía comprarle aquello que ella deseaba por encima de todas las cosas: unas zapatillas de baile de color rojo. Porque lo que más le gustaba a Karen era bailar, cosa que hacía continuamente. A menudo se imaginaba a sí misma como una estrella del baile, recibiendo felicitaciones y admiración de todo el mundo.

Al morir su madre, una atesorada señora acogió a la niña y la cuidó como si fuera hija suya. Cuando llegó el momento de su puesta de largo, la llamó a su presencia:

- Ve y cómprate calzado adecuado para la ocasión – Le dijo su benefactora alargándole el dinero.

Pero Karen, desobedeciendo, y aprovechando que la vieja dama no veía muy bien, encargó a la zapatera un par de zapatos rojos de baile.

El día de la celebración, todo el mundo miraba los zapatos rojos de Karen. Incluso alguien hizo notar a la anciana mujer que no estaba bien visto que una muchachita empleara ese tono en el calzado.

La mujer, enfadada con Karen por haber desobedecido, la reprendió allí mismo:

- Eso es coquetería y vanidad, Karen, y ninguna de esas cualidades te ayudará nunca.

Sin embargo, la niña aprovechaba cualquier ocasión para lucirlos.

La pobre señora murió al poco tiempo y se organizó el funeral. Como había sido una persona muy buena, llegó gente de todas partes para celebrar el funeral. Cuando Karen se vestía para acudir, vio los zapatos rojos con su charol brillando en la oscuridad. Sabía que no debía hacerlo, pero, sin pensárselo dos veces, cogió las zapatillas encantadas y metió dentro sus piececitos:

-¡Estaré mucho más elegante delante de todo el mundo!- se dijo.

Al entrar en la iglesia, un viejo horrible y barbudo se dirigió a ella:

-¡Qué bonitos zapatos rojos de baile! ¿Quieres que te los limpie?- le dijo.

Karen pensó que así los zapatos brillarían más y no hizo caso de lo que la señora siempre le había recomendado sobre el recato en el vestir. El hombre miró fijamente las zapatillas, y con un susurro y un golpe en las suelas les ordenó:

-¡Ajustaos bien cuando bailéis!

Al salir de la iglesia, ¡Cuál sería la sorpresa de Karen al sentir un cosquilleo en los pies! Las zapatillas rojas se pusieron a bailar como poseídas por su propia música. Las gentes del pueblo, extrañadas, vieron como Karen se alejaba bailando por las plazas, los prados y los pastos. Por más que lo intentara, no había forma de soltarse los zapatos: estaban soldados a sus pies, ¡y ya no había manera de saber qué era pie y qué era zapato!

Pasaron los días y Karen seguía bailando y bailando. ¡Estaba tan cansada…! y nunca se había sentido tan sola y triste. Lloraba y lloraba mientras bailaba, pensando en lo tonta y vanidosa que había sido, en lo ingrata que era su actitud hacia la buena señora y la gente del pueblo que la había ayudado tanto.

- ¡No puedo más!- gimió desesperada -¡Tengo que quitarme estos zapatos aunque para ello sea necesario que me corten los pies!

Karen se dirigió bailando hacia un pueblo cercano donde vivía un verdugo muy famoso por su pericia con el hacha. Cuando llegó, sin dejar de bailar y con lágrimas en los ojos gritó desde la puerta:

-¡Sal! ¡Sal! No puedo entrar porque estoy bailando.

-¿Es que no sabes quién soy? ¡Yo corto cabezas!, y ahora siento cómo mi hacha se estremece.- dijo el verdugo.

-¡No me cortes la cabeza -dijo Karen-, porque entonces no podré arrepentirme de mi vanidad! Pero por favor, córtame los pies con los zapatos rojos para que pueda dejar de bailar. Pero cuando la puerta se abrió, la sorpresa de Karen fue mayúscula. El terrible verdugo no era otro que el mendigo limpiabotas que había encantado sus zapatillas rojas.

-¡Qué bonitos zapatos rojos de baile!- exclamó -¡Seguro que se ajustan muy bien al bailar!- dijo guiñando un ojo a la pobre Karen -Déjame verlos más de cerca….

Pero nada más tocar el mendigo los zapatos con sus dedos esqueléticos, las zapatillas rojas se detuvieron y Karen dejó de bailar.

Aprendió la lección, las guardó en una urna de cristal y no pasó un solo día en el que no agradeciera que ya no tuviera que seguir bailando dentro de sus zapatillas rojas.

H. C. Andersen

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LA VIRGEN DE GUADALUPE Y QUERÉTARO

Templo de La Congregación de Clérigos de Nuestra Señora de Guadalupe


El Cerrito de Don Diego.
El Culto Guadalupano en Querétaro.
El Templo de La Congregación de Clérigos de Nuestra Señora de Guadalupe.

Por José Félix Zavala
El Oficio de Historiar

El primer santuario erigido en honor de la Virgen de Guadalupe, fue la ermita levantada en el cerro del Tepeyac, el mismo año de las apariciones, en 1531.

La segunda, fue otra ermita, edificada por Francisco de Castro y Mampaso en 1625, en Tierra Blanca, a las afueras de la ciudad de San Luis Potosí.

La tercera fue la primitiva capilla levantada en el país fue en la ciudad de Querétaro en 1674, en un predio agreste y peñascoso, llamado “el Cerrito de Don Diego”, propiedad del cura de Xichú, Alonso de Ayora y Guzmán y donde se encuentra ahora el magnífico santuario.

A 127 años de aparecida la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, en Querétaro, no se veneraba a la Virgen Guadalupana.

Después del milagro concedido al Padre Lucas Guerrero en 1659, dio comienzo esta devoción, que para finales del siglo XIX había en la ciudad más de 30 mil imágenes de la Virgen de Guadalupe.

Efemérides:

El P. Lucas Guerrero Rodea en 1659, le consagró el tercio de los frutos de una pequeña siembra de trigo, le fueron 15 pesos

A petición de Juez eclesiástico y Vicario de Querétaro, Francisco de Lepe, sugiere que con ese dinero se adquiera se adquiera una copia del original de la Virgen de Guadalupe y traerla para su culto.

Se Acordó establecer una Congregación a instancias del Bachiller Lucas Guerrero y Diego Barrios Pimentel.

Se obtuvo la confirmación de las constituciones y licencia para esta Congregación de Clérigos de María Santísima de Guadalupe, por autos del 9 de febrero de 1669, por el Arzobispado de México.

Los primero 18 integrantes de esta Congregación firmaron ante el notario Diego de Arias Uzeda y eligieron como primer prefecto al P. Diego de Barrientos y fue confirmado por el Provisto de México el día 18 del mismo mes de 1669.

Juan Caballero de Medina, otorga tres mil pesos a esta Congregación para sostener una capellanía y pagar la función anual a la Virgen.

El Cura del Mineral de Xichú Juan de Ayora les vende en 250 pesos el terreno llamado la “Loma de Don Diego”, donde se construye la capilla y posteriormente se construirá el templo y anexos.

Autorizado de Roma el Arzobispo de México Fray Payo de Rivera Enriquez y por Cédula real de 19 de octubre de 1671, firmada por la reina Mariana de Austria, puede levantarse el templo.

Para levantar la primera capilla se recibió de Juan Caballero Medina, la cantidad de 500 pesos y otro tanto de su hijo Juan Caballero y Osio.

En 1674 queda instalada la primera capilla y bendecida el 3 de mayo de ese año.

Enseguida se procedió a abrir los cimientos del nuevo templo, bajo la dirección del arquitecto José de Rayas Delgado y a instancias de los sacerdotes Cárdenas y Guerrero.

El primero de junio de 1675 se colocó solemnemente la primera piedra del nuevo y futuro Templo y el hermano de Juan Caballero y Osio, Nicolás, levantó con su dinero, los muros para sentar las bases del edificio.

Juan Caballero y Osio determina ser sacerdote y pagar la construcción del actual Santuario a La Virgen de Guadalupe, que conocemos familiarmente como La Congregación.

En Abril de 1680 estuvo terminado y fue dedicado el 12 de mayo de ese año, por el ya sacerdote Juan Caballero y Osio.

Las reglas de La Congregación de Clérigos de Nuestra Señora de Guadalupe fueron reformadas en 1679, después en 1691 y en 1721.

En 1691 los Congregantes se hicieron cargo del Hospital Real, mientras que duró el juicio a los Hermanos Hipólitos, a quienes se los devolvieron al ser absueltos de las acusaciones.

El 7 de diciembre de 1737 se juró patrona de Querétaro a la Virgen de Guadalupe por el Alférez Real José de Urtiaga y recibió el juramento el Vicario y Juez eclesiástico de Querétaro Juan de Izaguirre.

En 1736 se hizo de nuevo el cimborrio de la cúpula por el indio José Guadalupe.

En 1742 se renovó el altar mayor.

En 1747 se fundó La Cofradía de Seglares Congregantes

En 1753 se estrenó el órgano del templo, realizado por Mariano de Las Casas.

Un hermoso frontis barroco del esplendor del siglo XVIII.

En 1754 se recibió la confirmación del juramento como patrona de Querétaro, por el Papa Benedicto XlV.

En 1758 el Ayuntamiento de la ciudad empezó con una cooperación anual de cincuenta pesos para las fiestas de la Virgen.

De 1759 a 1761 fue sede de la Parroquia de Santiago, ya secularizada.

En 1780 se celebra solemnemente el primer centenario de este templo.

En 1864, con motivo de la erección de la diócesis de Querétaro, volvió a ser temporalmente sede de la parroquia de Santiago, hasta que la Catedral fue trasladada del templo de La Compañía de Jesús a San Francisco.

En 1804 fue renovado nuevamente el Altar mayor.

En 1852 y después en 1888 fue renovado el decorado y piso del templo.

Debido a las leyes de reforma fue disuelta la Congregación de Clérigos y restaurada, junto con las malas condiciones del templo, por el obispo de Querétaro en 1884, Don Rafael S. Camacho.

Entre los piadosos sacerdotes que florecieron en la ciudad de Querétaro, a mitad del siglo XVII, contamos con el Padre Lucas Guerrero Rodea, nacido en esta ciudad en 1624 y quien fuera el promotor de la devoción a la Virgen de Guadalupe y el creador de La Congregación de sacerdotes Seculares, dedicados a obras pías y a la difusión de este culto.

El milagro lo narran así: Cuentan que el Padre Lucas Guerrero Gordea sembró trigo en un terreno muy agreste, donde era casi imposible obtener alguna cosecha y este sacerdote, con fe le encomendó a la virgen de Guadalupe, que sí le concedía el milagro de levantar cosecha, le entregaría, fuera de diezmos e impuestos, un cuarto de las ganancias y al serle concedido el milagro, la cantidad alcanzada para la Virgen, fue de 15 pesos.

A propuesta del cura de Querétaro, Francisco de Lepe, le sugirió adquiriera una imagen de la Virgen de Guadalupe, que el P. Lucas Guerrero compró en la ciudad de México y la colocó para su veneración en la capilla del hospital de los Hermanos Hipólitos, que hoy conocemos como el templo de San José de Gracia.

Los primeros en adherirse a esta veneración Guadalupana fueron 16 sacerdotes del clero secular y un numeroso grupo de indios, residentes de la ciudad de Querétaro, de quienes salió la idea de crearle una ermita expresa para su culto.

La primera capilla erigida canónicamente a Nuestra Sra. de Guadalupe en Querétaro, fue en el predio llamado “Cerro de don Diego”, se dio a instancias del Padre Lucas y a la recomendación del Provisor Cárdenas y Salazar ante el Arzobispo de México, Fray Payo de Rivera Enriques, quien a su vez solicitó el permiso a la reina gobernadora de España, Doña Mariana de Austria.

La soberana expidió la cédula real, para ser posible la edificación de la capilla, con fecha de 10 de octubre de 1671 y se colocó la primera piedra, en febrero de 1674 y bendecida dicha ermita, el 3 de mayo del mismo año.

Al año siguiente a instancias del P. Lucas Guerrero, se dio comienzo a la construcción de la iglesia actual, con el brillante proyecto del arquitecto José de Bayas Delgado y el apoyo económico de Juan Caballero de Medina y su hijo el P. Juan Caballero y Osio, colocándose la primera piedra, el primero de junio de 1675, siendo brillantemente terminada en 1680.

Las imágenes que este templo ha tenido de la Virgen de Guadalupe han sido tres, la primera fue la traída por el P. Lucas Guerrero en su viaje primero, a la ciudad de México, la segunda fue la que pintara Baltazar de Echave, colocada en la inauguración del templo de la Congregación erigido a expensas de Juan Caballero y Osio y la tercera y actual es la del famoso pintor, Miguel Cabrera.

La Virgen de Guadalupe, pintada por Miguel Cabrera y que se venera actualmente en el templo de la Congregación, fue primero propiedad del Arzobispo de México, Manuel Rubio y Linas, quien a su muerte, la obtuvo el queretano, Bernardo Pardo, teniéndola en su poder hasta 1778, en que a instancias del P. Antonio Lamas, Prefecto de los Congregantes, la intercambió por la pintura de Baltazar de Echave, que en ese entonces presidía el retablo principal del templo.

“El viento de la muerte”, una gran epidemia, aparecida en el pueblo de Tacuba, por el año de 1736 y que asoló al territorio nacional, fue el motivo para que juntos los cabildos civil y eclesiástico de la ciudad de México, propusieran a todos los cabildos del país, fuera declarada patrona de la Nueva España, la Virgen de Guadalupe.

El 4 de diciembre de 1748, y reunidas todas las formalidades, en el palacio arzobispal de la ciudad de México, fue jurada por todos los Ayuntamientos de la Nueva España y ante la presencia del Arzobispo Juan Antonio de Vizarrón y Eguiarreta y ordenado como día festivo, el 12 de diciembre de cada año.

Fue confirmado este patronazgo nacional Guadalupano, por el Papa Benedicto XlV, por Bula del 25 de mayo de 1754.

De esta devoción Guadalupana nacieron tres organizaciones dedicadas a promover su culto y a la caridad cristiana, la primera y principal la formaron sacerdotes del clero secular y se llamó “ilustre y Venerable Congregación de Clérigos de Nuestra Señora de Guadalupe”, Aprobada por el Papa Inocencio Xll, por Bula, llamada “Pietatis et charitatis opera…”

Otra organización fue de españoles, llamada “Cofradía del Señor San José” y la otra de indios, que se nombró “Hermandad de pobres de Nuestra Señora de Guadalupe”, aprobada por el Papa Benedicto XIV, en el año de 1747.

El Templo de la Congregación ha recibido diferentes reformas después de que fuera terminado e inaugurado en 1680.

En 1736 el indio alarife José de Guadalupe sustituyó la antigua cúpula, por otra nueva, logrando un tambor circular pasando de cuatro ventanas a ocho ventanales y dándole más altura a dicha cúpula.

Pero para principios del siglo XIX, allá por 1804 se sustituyó el retablo mayor, por un neoclásico, tal como esta ahora y durante los siguientes años se destruyeron los demás retablos barrocos, sustituyéndose por los actuales.

En 1886 el obispo Rafael S. Camacho, pinto la bóveda de la cúpula con los colores nacionales, agrandó las ventanas del cuerpo de la nave, sustituyó el piso por madera de mezquite y construyó la escalinata de acceso al templo.

En 1888 la antigua antesacristía fue convertida en la Capilla de La Purísima Concepción, comunicándola al templo con un arco de entrada.

El 30 de noviembre de 1888 el Obispo Rafael S. Camacho, a las 3 de la mañana realizó en presencia, solamente del presbiterio, como lo ordenaba el derecho canónico, la consagración ritual del altar y del templo, siendo el primer santuario guadalupano en el país, de ser consagrado ritualmente.

En 1891 se enrejó el atrio y se construyó de cantera la parte que va de la escalinata al enrejado. En 1921 se construyó con granito artificial el comulgatorio.

La primera peregrinación a pie al Tepeyac la realiza Fray Francisco Frutos, quién al ser curado de grave enfermedad por intercesión de la Virgen de Guadalupe, en acto de acción de gracias camina del Santuario de La Congregación a La Villa a pie.

En 1942 La imagen de la Virgen de Guadalupe se colocó en un pabellón de mármol, como en la antigua Basílica de Guadalupe en México y desprendido del conjunto del retablo en 1980.

El Templo

Esta ordenado de oriente a poniente, es de orden dórico, así está desde las bases de las formas y pilastras, la coronación de la cúpula, el muro, cuya arquitrabe, frisos y cornisas, comienzan el juego de las bóvedas que son de arista, lo mismo que los arcos engarzados de la nave hasta los torales.

Las naves, el cuerpo de la iglesia, los brazos del crucero, la capilla mayor y presbiterio, cuyo cerramiento es en cercha.

La cúpula de media naranja que cubre la capilla mayor y corona el templo, con ocho pilastras, más el presbiterio. La bóveda inferior del coro se compone de un arco escarzano de tres puntos, guarnecido de dos pechinas ochavadas, nos permite notar lo que fue una loma, donde se levantó este hermoso templo.

Se levantan los cuatro arcos torales con hermoso vuelo, que balancea con las bóvedas, los arcos, son de medio punto y las pechinas están cubiertas con cuatro óleos de sumos Pontífices, del clero secular y fueron elevados a los altares, su arquitrabe, frisos y cornisas nos llevan a la cúpula de media naranja, perfectamente esférica, está adornada por astrías y remata con una linternilla que la ilumina.

Tiene dos capillas al principio del templo que son las bases de sus dos torres gemelas. Su fachada consta de dos cuerpos de orden corintio y remate. Tiene otras dos puertas una del lado del panteón y otra que da acceso al Colegio.

El primer retablo mayor de este templo está narrado pormenorizadamente por Carlos de Sigüenza y Góngora, el segundo fue realizado por José de Bayas Delgado, estos dos primeros fueron barrocos sobredorados y el tercero fue neo clásico de acuerdo a las normas de acuerdo a la real academia de San Carlos de México…

Se habla de tres retablos iniciales dedicados uno Santa Ana, otro a San José y otro a San Pedro. Los neoclásicos que se encuentran ahora son a San Pedro, San José, San Juan Bautista y San Antonio.

La sacristía conserva el único retablo barroco, conservado en un templo, fuera de los de santa Rosa y santa Clara en Querétaro. De 1765, donde destaca un lienzo de Cristo pintando a la Virgen, también se encuentra otro lienzo del siglo XVII, de valor y belleza que deben verse.

Las apariciones de la Virgen, están pintadas sobre las pechinas y son de Roldán, sustituyen a los Papas que estuvieron inicialmente en ese lugar.

La herrería del coro y del atrio son de hierro forjado del más alto grado artístico y en el Salón de juntas existe una bella colección de oleos de los mejores pintores de la época.

El Retablo de la Sacristía:

Esta trabajado a manera de petatillo y adornado con vegetales, con guirnaldas que adornan las pinturas. Son siete pinturas de óleo sobre tela, dos dedicadas a la virgen de Guadalupe, una de ellas en la forma tradicional y la otra a Jesucristo pintando a la Guadalupana, contemplando la escena está en la parte superior El Padre Eterno y El Espíritu Santo. Sosteniendo el lienzo están un par de angelillos.

Destacan los lienzos de San Joaquín y San Juan Bautista, entre los lienzos Guadalupanos se encuentra un San José con el niño y a los lados Señora Santa Ana y San Juan Evangelista.

La Guadalupana del altar mayor es obra de Miguel Cabrera, que en 1778 fuera donada a este templo por el Arzobispo de México Manuel Rubio y Salinas a instancias del P. Antonio Lamas.

Existe un Cristo de marfil en la sacristía de este templo, de tres cuartas de largo, sin policromado, donde resaltan las heridas del costado y no tiene policromía.


Fuente
http://eloficiodehistoriar.com.mx/2010/12/11/la-virgen-de-guadalupe-y-queretaro/

Imagen
lealtanza.com.mx

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JUAN DIEGO




Después de la conquista espiritual que se inició en la Conquista y continuó en la Colonia, aparecieron pronto las primeras familias indígenas cristianas en las cercanías de la ciudad de la Nueva España. Juan Diego pertenecía a una de estas familias y nació en Tolpetlac, aldea al norte de la Villa de Guadalupe en 1548.

Su nombre indígena era Cuauhtlatóhuac, "el que habla como águila". Su oficio era la manufactura de petates que vendía en Tlatelolco.

Según la leyenda, a los 53 años de edad tuvo la aparición milagrosa que daría inicio a la adoración de la Virgen de Guadalupe en México.

La historia fue así: Juan Diego vivía con su mujer y su tío Juan Bernardino en Tulpetac, lugar donde no había iglesias por lo cual tenían que ir a misa hasta Santa Cruz de Tlatelolco.

El sábado 9 de diciembre de 1531 Juan Diego se encaminaba hacia ahí y al pasar por el cerro del Tepeyac oyó un canto que no era de esta tierra. Se detuvo a gozar de él y cuando miró arriba vio un sol resplandeciente y en medio a una señora en actitud de oración, él fue a saludarla y ella le dijo que era su deseo que le labrase un templo en ese llano y le encomendó también que le comunicara ese deseo al señor obispo.

El obispo no lo tomó en serio y le pidió que volviese otra vez al lugar a ver si sus ojos no lo habían traicionado. Regresó desconsolado Juan Diego y la Santísima Virgen se le apareció otra vez para decirle que volviera el domingo a ver al señor obispo.

Así lo hizo Juan Diego, pero el obispo le pidió una señal comprobatoria de la voluntad de la Virgen.

La señora se le apareció de nuevo y le pidió que volviera al día siguiente.

El lunes, día de la cita, se enfermó de cuidado el tío Juan Bernardino y recién el martes pudo salir Juan Diego que se dirigió la ciudad a buscar a un sacerdote para que le administrara los últimos sacramentos.

Iba por ahí, ese día 12 de diciembre, cuando al pasar de nuevo por el Tepeyac se le volvió a parecer la Virgen y le preguntó qué le pasaba.

El le contó lo de la enfermedad de su tío y ella le dijo que no se preocupara porque su tío ya estaba sano, después le pidió que subiera al cerro a recoger unas flores.

Fue Juan Diego y en efecto encontró muy bellas rosas de las que no era temporada y que nunca se habían dado allí. Ya con ellas en su ayate, la Santísima Virgen dijo que las llevara donde el señor obispo pero que no desplegase su ayate ni lo mostrara a nadie más. Así lo hizo Juan Diego.

Después de conseguir entrar en el obispado, le dijo a Zumárraga, el obispo, que ahí le llevaba la prueba que le había pedido. En ese momento soltó su ayate y apareció en él pintada como por los ángeles, la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Juan Diego ha sido propuesto como santo a la iglesia católica y durante mucho tiempo su templo fue venerado por los indígenas.

La leyenda al pie de la estatua con su imagen que se encuentra en la plaza de la Basílica dice lo siguiente: "Personificación de nuestro pueblo, a quien la excelsa Madre de Dios tituló: hijo predilecto de su corazón y le mandó pedir al obispo un templo donde mostrar su misericordia. Al entregar las flores recibidas como señal, apareció estampada en su tilma la maravillosa imagen de la Virgen de Guadalupe, el 12 de diciembre de 1531, añometlactli omey actal, 13 caña, fecha inmortal para todos los mexicanos."

Nota:

Petate: La palabra petate se utiliza en América Central y México para referirse a un tipo de alfombra tejida, y cuyo nombre proviene del vocablo náhuatl petatl. El petate se elabora a base de fibras de la planta llamada Palma de Petate Thrinax Morrissi. La RAE lo define como estera. Generalmente son tejidos en forma rectangular y pueden encontrarse en diferentes tamaños.

Ayate: En México, el ayate era una como capa o cobija con la que se cubrían en tiempo de frío y era hecha de algodón o de fibras vegetales trenzadas artesanalmente.

Imagen: mensajerosdemaria.blogspot.com

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