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PAYAK




El Payak es una especie de genio coordinador de los espíritus del Mal.

Cuenta Lázaro Flury que para los Tobas y Pilagás no existe la muerte natural, y que todos los decesos (a excepción de los que tienen lugar en luchas guerreras) son obra de los Payaks.

Este espíritu se deleita absorbiendo la sangre de los enfermos, por si mismo o convocado por un hechicero. En este último caso el espíritu se ausenta del cuerpo del enfermo y se refugia en un árbol (especialmente el YUCHAN) hasta que el hechizo abandone el cuerpo.

"Cuando muere algún indio hechizado -que lo son casi todos- se le quema la ropa y se le entierra al estilo de los matacos, siendo por lo tanto muy común la sepultura aérea.

Cada muerto -agrega Flury- reencarna en otro ser: tigre, perro, cabra, planta, etc. según haya sido su comportamiento en vida."


Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA
http://www.cuco.com.ar/

Imagen
taringa.net
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/06/el-gran-yuchan-palo-borracho-blanco.html

WIPHALA



WIPHALA

Como comprensión del mundo y expresión de una comunidad

Símbolo de hermandad y sabiduría


Debemos destacar que la patria ancestral de los Quechuas - Aymaras cuenta entre sus emblemas más importantes como es la sagrada WIPHALA, compuesto de siete colores del arco iris y las de cuatro colores correspondientes a los cuatro SUYU, y podemos definir desde la óptica andina, los aymara-quechuas conocemos históricamente a la WIPHALA, como emblema nacional del Pusintsuyu o Tawantinsuyu.

La Wiphala está compuesta de 49 espacios con los siete colores del arco iris.

En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas y Suyus, es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes.

Esta franja representa también al principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa.

Los cuatro lados de la Whipala conmemoran tanto a los Cuatro Hermanos Míticos; Ayar-kachi, Ayar-uchu, Ayar-laq'a y Ayar-k'allku, quienes fueron los precursores de los Cuatro Estados originales del Tawantinsuyu; así como simbolizan al calendario Cósmico de los Aymará Quishwa; las cuatro épocas del año divididas por las cuatro festividades que las conmemoran:

JUYPHI-PACHA o estación fría,
LAPAKA-PACHA, estación del calor,
JALLU-PACHA, estación de la lluvia, y finalmente,
AWTI-PACHA o estación seca.

Por eso la WIPHALA es el símbolo de identificación Nacional y Cultural de los Andes Amazónicos y altiplánicos, es el emblema de la Nación colectivista y armónico.

Es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio.

Uno de los tantos investigadores de la cultura Aymara-Qechua como Carlos Urquizo S. confirma que la WIPHALA fué el emblema Nacional de la civilización andina, antes y durante el periodo de los INKA.

Sobre la existencia y el uso de este emblema probablemente sea desde la misma creación de TIWANAKU hace más de 2000 años.

De acuerdo a las investigaciones y excavaciones arqueológicas fueron encontradas restos de tejidos en diferentes regiones del Tawantinsuyu, que hoy comprende desde el Ecuador, Perú y Bolivia.

Entonces se supone que la WIPHALA fue utilizada desde hace muchos siglos, en los trabajos agrícolas, en fiestas solemnes, en actos ceremoniales y culturales y en todo acontecimiento social del hombre andino.

Según Germán Ch. Wanka: fué encontrado un objeto parecido a un estandarte en una tumba, de hace 800 años de antigüedad en la región de Chanqay, situado en la costa central del Perú.

Un objeto como banderín, denominado Walqanka, anterior a los Inkas, en un gráfico de Ph. Waman Puma de A. del año 1612.

Una WIPHALA pintada en una roca, que se encuentra en el lugar denominado Wantirani, en Qppakati Provincia Manko Kapaj del Departamento de La Paz.

Dos WIPHALAS pintadas en qheru ó vaso, que se encuentra en el Museo de Tiwanaku del Departamento de La Paz.

Así mismo una WIPHALA junto a los tejidos en Koroma, que datan de época precolonial, en la Provincia Quijarro del Departamento de Potosi.

En 1534 durante la invasión y ocupación de la ciudad de Qusqu hoy Cusco, los españoles encontraron la primera resistencia de los quechua-ayrnaras y vieron entre la multitud, objetos parecidos a la bandera de franjas y cuadros de siete colores del arco iris.

Creemos que con las investigaciones posteriores se podrán conocer más datos sobre la existencia de la WIPHALA.

Tenemos como tarea, para encontrar mucho más de los que todavía no hemos llegado a saber de las virtudes y conocimientos que tenían nuestros antepasados los AJAYUS y ACHACHILAS.

Probablemente la palabra WIPHALA viene del antiguo idioma (Jhaqi-aru) (idioma del ser humano) posteriormente denominado por el cronista Polo de Ondegardo en 1554 como AYMARA, que se deriva de las palabras jaya-mara (años lejanos ó tiempo inmemorial).

Entonces desciframos de la siguiente manera, primero (Wiphay) es voz de triunfo, usada hasta hoy en las fiestas solemnes y en actos ceremoniales.

Segundo, el (lapx-lapx) producido por el efecto del viento, lo que origina la palabra (laphaqi) que se entiende, fluir de un objeto flexible.

Juntando los dos sonidos (WIPHAY-LAPX) tenemos la WIPHALA, y la (px) se perdió por un pronunciamiento fácil de la palabra


Fuente
Ser Indígena

Imagen
alltheflags.us

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/02/la-anata-carnaval-andino.html

EL ALGARROBO

Estudiantes de primaria bajo la sombra de un viejo Algarrobo
(Prosopis alba)
Tacko


La leyenda cuenta que en épocas remotas los quechuas vivían felices, cultivando sus tierras, las cuales daban abundantes riquezas. Ellos estaban sanos y vigorosos.

Un día, los hombres fueron dejando de trabajar la tierra y de cuidar los árboles; habían olvidado las tareas cotidianas, mareados con las excesivas riquezas. Ya no rendían honores a sus dioses ni levantaban altares para recordarlos siquiera. Se dedicaban a los festejos y diversiones permanentemente.

El cacique entendió lo que sucedería y les habló a los hombres, pero nadie lo escuchó. Pasaba el tiempo y nada cambiaba hasta que un día el dios Inti, enojado, arrojó sus rayos quemando la tierra, deshojando los árboles y convirtiendo las reservas de granos en polvo.

La desolación amenazaba con extinguir al pueblo que había olvidado sus deberes.

Tuca, hija del cacique, que había pasado los días junto a su padre ya enfermo y tratando de que la gente entendiera que debía volver al trabajo, desesperada, rezó a la Pachamama (Madre Tierra) para pedirle que no permitiera la muerte de su gente, que la ayudara a salvarlos. Luego se quedó dormida de tanto llorar. Soñó entonces que la gran diosa le decía que recogiera los frutos del árbol que la cobijaba, que eran la salvación de su pueblo. Tuca despertó y vio que un árbol enorme le hacía sombra. De sus ramas pendían vainas marrones.

Sin perder un momento, la muchacha recogió los frutos y corrió a llevárselos a su gente. Y así fue que se salvó la tribu.

El árbol, venerado como sagrado, los alimentó y llevó el nombre de la indiecita que, con su perseverancia, lo había merecido.

Tacko, vocablo quechua del que deriva Tuca, es algarrobo para nosotros y con ese nombre recordamos la salvación de un pueblo que se equivocó hace mucho pero mucho tiempo.

Imagen
estanciayucat.org.ar

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/11/el-algarrobo.html

MUSICA MAPUCHE-Pewen sagrado pewen-1er lugar Festival La Union 2000



Canción mapuche de CECIL GONZALEZ ganadora del Primer Festival Nacional de La Union, interpretada por Susana Abgélica y Los Peñis. PEWÉN SAGRADO PEWÉN
Letra y Música: Cecil Gonzalez


En la inapire mapu, Wenumapu te creó,
pa alimentar al pewenche, que por ti un día nació.
Allí estás madre araucaria, nuestro sagrado pewén,
bella, altiva, milenaria, como mi Dios Ngenechén.
Pewén, pewén.

A mi pueblo das la vida, fósil viviente ejemplar,
y en la más alta mawida nos das esperanza y paz.
Compañera indisoluble, con mis peñis noble y leal,
eres savia del pewenche, que por siglos te va a honrar.
Pewén, pewén.

Estribillo:
Pewén sagrado pewén
del pewenche el aliwen.
Grande como Ngenechén.

A la entrada del otoño hay que irse a cosechar
pues los menu ya están listos pa bajarlos con aupal,
habrá que hacer una ruca pa pasar la temporá,
irán con sus pichi wentru, que también van a ayudar.
Pewén,pewén.

Después de largas semanas ya están listos pa bajar
con sus carretas cargadas de piñones pal hogar;
tendrán para hacer su harina, sus catutos y su muday;
y habrá que esperar otro año pa volver a cosechar.
Pewén, Pewén.

Estribillo: Pewén sagrado...

GLOSARIO:

Inapire Mapu: Precordillera, hábitat de la araucaria.
Wenumapu: Creador de la tierra
Pewenche: Gente del pewen
Pewen: Araucaria
Mawida: Area boscosa cordillerana
Aliwen: El gran árbol
Menu: Cabezas que contienen el piñón
Aupal: Garrochas para coschar piñones
Pichi wentru: Niños pewenches
Piñón: Fruto de la araucaria. Gran fuente proteica.
Catuto: Masa de piñón cocido
Muday: Bebida de piñón fermentado.



ÁRBOLES SAGRADOS
PILLÁN MAMUL MO

Allá en el principio de los tiempos, cuando los hombres peleaban su lugar y su predominio sobre las otras criaturas en su mundo recién salido de las manos sagradas de futa chao, el Dios Padre resolvió darles un guía... Ese guía saldría de ellos mismos, sería llamado Chamán y encaminaría su pueblo por la vida…

La antigua historia no se detiene, y cuenta también el viaje al más allá del "elegido". Así sabemos del vuelo mágico hacia el Centro del Mundo, donde hunde sus raíces el legendario Árbol Cósmico. Allí el que será chamán deberá subir los tapty (peldaños del árbol chamánico) y se detendrá para venerar en su camino a la Luna y Sol...y también dormirá un largo sueño en sus ramas, como huevo empollando por el Ave sagrada, hasta que esté formado y listo para la misión Divina.

Muchas culturas del Tierra hablan del Árbol Divino. ¿Una misteriosa coincidencia más?... Lo diferente es la especie, aunque se mantiene la constante sagrada.
Entre los yakutes es un abeto gigante, en cambio una hermosa leyenda urankhaia, la de los trágicos amores de bo-khan, el primer chamán, y una doncella celeste, cuenta que el fruto del amor humano- divino fué un niño que su madre despechada abandonó bajo un árbol para que éste lo nutriera con su savia. Ese árbol era un álamo, y de él se dice que desciende la raza de los chamanes...

Seguramente este sea el origen del porqué el chamán asiático sube los siete peldaños simbólicos en un altar hecho con madera de álamo...

Sin embargo entre los Araucanos y Mapuches de la Patagonia el árbol sagrado por excelencia es el folle o canelo, en el que cuentan se siente Nguenechen, el dios de las raza indígena...

Los indios respetuosos del mito milenario saben que bajo su sombra no se puede mentir o hacer promesas vanas... porque la amenaza de castigo es terrible para el transgresor, y también han aprendido que con el run run (giro en círculos), y una varita de canelo anuda un hilo se ahuyenta a huecuvú, el maligno.

Más todavía: en el sur de Chile el cultrún propiciador y también el rehue (o altar ceremonial), con sus siete escalones por donde sube la machi, están hechos con las madera del canelo sagrado para que la hechicera logre el máximo de inspiración divina.

Los mapuches de la argentina austral, en cambio, quizás porque el canelo allí no es especie arbórea sino arbustiva, lo han desplazado como madera para el altar de las ceremonia; en su lugar emplean doce cañas de colihue, que sólo por esta razón adquieren un toque mágico… el que se extiende inclusive a las cañas cuando llevan en alto las banderas de cada lonco (tribu) en las fiestas rituales.

Dicen que en la flora austral cada especie tiene un espíritu guardián que reside en ella y la protege… Por eso el aborigen, antes de cortar la más pequeña rama o recoger un fruto, deberá pedir permiso a su invisible "señor".

Los dueños de los árboles más venerados y propiciados con ofrendas materiales son los del canelo, del maitén, del boldo, y… del pehuén. Cada uno tiene su rango divino, y el aura mítica lo envuelve a los ojos azorados del indígena…

Su antigua creencia le explica que el Dios vive en el maitén, y que por eso su porte elegante y su follaje brillante. Al mismo tiempo se siente protegido por él… sino ¿cómo abría, sin el maitén, para contrarrestar los efectos de las plantas demoníacas o malignas?

La tradición le ha enseñado que el sagrado boldo es una del las apariencias del Am o "alma externada" de los que han ido poco tiempo, y por eso los respeta y cuida… Si el árbol crece sano y en abundancia: ¿qué mejor garantía para la abundancia en las cosechas y en los ganados? Es más, la leyenda afirma que quien consuma su fruto vivirá larga vida, sobre todo si recoge el medio de una noche obscura y tormentosa… Eso sí: luego de permiso al "dueño" y de obsequiarlo con el consabido tributo.

El pehuén, en especial, recibe el cariño y la veneración de los antiguos habitantes del sur, sobre todo en Neuquén. Lo sienten tan profundamente propio que lo han elegido como un emblema, y se llaman así mismo los "pehuenches". E incluso como los hijos suyos buscan para el casamiento la bendición del mítico pehuén, la que les asegurará una unión buena y fecunda. Y es forma que lo consigue… si el primer encuentro ente los esposos se realizan bajo las ramas protectoras de la especie sagrada.

Entre todos los pehuénes el Picún Chao del cajón del manzano es el pino santo por excelencia… ¿Cómo no homenajearlo y congregarse en trono a él si el milagro lo ha marcado visiblemente? Es que una tormenta perdida en el tiempo del Hachadel temible Pillán araucano, el rayo lo abatió… pero resurgió de sus cenizas en un retoño vigoroso, símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte. Por eso, en las festividades principales, promesantes de distintos puntos de la Patagonia peregrinan hasta el Picún Chao y no le dejan su ofrenda incompleto silencio, respetuosos del portento de este misterio de la naturaleza.

En la memoria colectiva de las comunidades aborígenes vive el recuerdo de las sacralidad del coíhue, o el alerce… o del seco y retorcido algarrobo del gualicho. Muchos ya han olvidado los porqué o las causas primera del mito, pero de generación en generación los patagonienses han cuidado celosamente la preservación del culto a los árboles y su presencia mágica.

Para el blanco una planta es… una planta. De ella podrá obtener utilidades varias, pero seguirá siendo sólo un vegetal. Para el indio, en cambio, una planta es vida espiritual también, y le reconocen no sólo usos sino sobre todo virtudes. Por eso hablarán de plantas divinas, diabólicas o mágicas... y con cada una trabarán relaciones especiales.

Los viejos muy viejos han enseñado a los jóvenes a distinguir a las plantas diabólicas como el litre y el latué en Chile, o el parasitario quintral, el que busca el trueno, en las laderas y largos cordilleranos de la argentina austral. A ellas le quemarán como leña para extirpar al demonio, pero se persignarán al tocarla, y escaparán del humo maléfico que suele traer erupciones y conjuntivitis a los incautos. Y si solamente pasarán a su lado durante un viaje si no deberán olvidar el conjuro: "-yo soy el litre y tú Juan (dice el indio Juan)" de modo que el árbol se equivoque y descargue su veneno sobre sí mismo. Claro que otras culturas de la región son más expeditivas: prefieren el método directo del azote… y castigan al maligno con las ramas divinas del maqui, del natre o del maitén.

Verdaderos especialistas en plantas mágicas son los dunguves, los adivinos y curanderos del amor, los que dominan los secretos estimulantes, propiciadores y afrodisíacos del pailahua, el llaquén o paramel, el mellico lahuén... y otras plantas hueñan hue para el deseo. ¿Cómo no recurrir al pailahue si se quiere recuperar el amor del hombre infiel? ¿O al nüume lahuén para obtener el amor? ¿O al latué que debita o a nula la personalidad… con cuidado en no excederse en las dósis por que la muerte puede llevarse a la persona deseada?

El conocimiento del reino vegetal no puede descuidar los usos y peligros de plantas venenosas de probada eficacia como los hongos, el pichoga, el chamico y el colliguay, aprenden la historia de caiquenito distraído, el que se quedó, en las tierras templadas del norte cuando su tribu retornaba a los pagos sureños. Dicen que su madre lo fué a buscar y lo entregó a un genio de la naturaleza para que le diera el correctivo más eficaz… Y el indiecito se convirtió en calafate, la planta del fruto penitente que si se come atrae irresistiblemente al sur.

Y así coinciden la leyenda del origen de la violeta amarilla o pilún dewu, la creación del Gran Pillán araucano, que empezó con el otro viviente bello y resistente de esta flores, el otro oro mineral que ambicionaba para su ruca divina y que tan generosamente le entegará Lil, el rico sin alegría…

O la leyenda de la ñaculahuén, la hierba sagrada que cura las úlceras… y que recuerda el entrañable amor del bravo Cacique Loncopán y de Pilmaiquén, la enamorada esposa que diera su vida y sus fuerzas para que Loncopán sanara el terrible mal que lo llevaba a la muerte…

O la leyenda de la mutisia, o la leyenda del pehuén… ¡Y de tantas otras leyendas y mitos!

Los indios de las tierras patagónicas saben que un mismo hilo sagrado une a Ngen Lemú, a los árboles sagrados, las plantas mágicas o diabólicas, o las hierbas medicinales o alucinógenas y a la flora de leyendas y tradiciones… Y lo preservan y lo respetan, enseñando a sus descendientes hacerlo también. Porque en el más austral rincón del planeta la llama divina no se apagado…

Quizás se deba a que las culturas aborígenes no han echado al olvido la única gran verdad, el misterio de los misterios: la Vida. Y la celebran…

Fuente
Una Vieja Leyenda
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/02/uamenk-el-chaman.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/01/el-camaruco.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/05/los-caballos-blancos.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/08/el-pehuen.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/nquilli.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/trentrn-y-caicai.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/04/nanculahuen.html

LA APACHETA SAMAWI

Apu Kapia


Al sur de la cima del cerro Kapia, hay un camino antiguo que viene del sector de Pomata hacia la comunidad de Choquechaca, en la parte de la cima en el mismo camino existe una Apacheta o Huaca de los antiguos Aymaras, en su alrededor hay una pequeña explanada donde se llevaba y se lleva todavía actualmente el ritual del pago a la tierra, con restos de construcciones de pequeñas casitas de piedra.

Unos metros más allá, siempre sobre el mismo camino, cuyas huellas profundas cavadas por el trajín de la gente antigua, en piso de roca calcina o Ignimbrita del volcán Kapía, se nota con toda claridad. Este lugar se denomina Alma Samawi, Descanso del Muerto; en medio del camino hay una piedra grande, que tiene la forma de una mesa y en las inmediaciones hay varias pequeñas cuevas naturales o quizás trabajadas expresamente en la roca con este fin.

Esta tradición es parte de la historia de los grupos humanos pertenecientes a la cultura Tiahuanaco. Que se prologaba todavía en la Colonia con implantación de capillas cristianas; que hace muchos años atrás se practicaba esta costumbre de trasladar a sus muertos de un lugar a otro.

Cuenta la etnología de aquella época, que los pobladores de las comunidades de Pomata, cercanas al cerro Kapía, una vez fallecido un familiar, tenían la costumbre de traer al muerto hacía Yunguyo, pero era forzoso hacer descansar y velar al muerto toda la noche; en el mismo camino del cerro Kapía, depositaban el cadáver en esa mesa de piedra que tenía dimensiones de una persona, todos hacían la ceremonia del velatorio, sus familiares y sus acompañantes, masticando la coca en grandes cantidades y bebiendo licor para soportar el intenso frío de la altura y para no ser afectado por kaika.

Ratos sollozaban sus familiares más cercanos y ratos pronunciaban tristes cánticos fúnebres, al son de un tamboril, alabando las obras buenas realizadas en vida del finado, las lloronas o plañideras que para el caso no faltaban. Los acompañantes del cortejo fúnebre, se guarnecían en las pequeñas cuevas de las rocas que existían, sobre el camino, soportando las inclemencias del tiempo, ya sea en lluvia, en nevada, ventarrones o en fuertes heladas; al día siguiente continuaban con su marcha hacia Yunguyo por el camino de herradura hasta llegar al destino que ellos tenían para dar sepultura en algún lugar.

Fuente:
TRADICIONES MITOS Y LEYENDAS DEL LAGO TITICACA Y TIAHUANACO
http://historia_yunguyo.pe.tripod.com/historiadeyunguyo/id4.html

Imagen
pachamama.ciap.org

UÁMENK - EL CHAMÁN



EL CHAMÁN

PRIMERA PARTE: EL PRIMER SUEÑO...

En las altas cumbres de los Montos Altai, entre el Irtish y el lago Baiakal, nació en un tiempo sin tiempo el chamanismo. Así lo bautizaron en tungús y así ha perdurado en muchos pueblos…

Es arte y ciencia de brujos, o hechiceros, o magos, o inspirados. Consiste por excelencia en el dominio voluntario de las técnicas del éxtasis, o sea: del vuelo mágico con el alma… Esto le permite servir de puente entre el aquí y el más allá… y con tales características se a expandido por los cuatro puntos cardinales.

Andando, andando, penetra en América posiblemente por el helado estrecho de Bering y pronto se irradia por todo el continente… y quizás así llega un día a la Patagonia, hoy unos de los últimos reductos de los misterios chamánicos.

Hay Chamanes o machis de la cordillera andina, en las mesetas y en las costas australes. Saben su ciencia milenaria, y la ejercen con gestos burlón hacia los médicos blancos formados entre libros y aparatos: -¿Qué saben ellos de sacar afueras espíritus malignos, o de curar enfermedades del gualicho o del mal de ojo, o de brujerías, o de empachos...?

Debemos tener algo muy en claro: ser machi no es para cualquiera.

Existe culturas en las que se "hereda" esa condición de padres a hijos, y otras en las que el clan o la tribu designan al que será niño sagrado. Y hay también quienes buscan voluntariamente la condición chamánica… y estos son los menos considerados, ¡porque es elección de los dioses y no se aprende de los hombres!...

Pero en estas regiones en extremo sur de América "se nace" machi, aunque la persona lo ignore durante muchos soles y lunas… Lo sabrá cuando sea el tiempo, y porque Nguenechen lo quiere.

¿Algo "especial" marca que será después porta voz de los misterios?

En el epicentro asiático lo diferente solía ser afeminamiento, o la ambigüedad sexual. Sin embargo entre los araucanos lo es la constitución enfermiza o débil, el estómago delicado, la propensión a sufrir desvanecimientos, las formaciones, e incluso las reacciones epilépticas… aunque no excluye lo afeminado en los llamados berbaches… en realidad lo dominante es el espacio y el tiempo es la manifestación nerviosa morbosa… que es sólo "signo de la elección divina", porque los cierto es que el chamán, una vez consagrado, se cura a sí mismo y cura a los demás… ¿no es acaso un médico sagrado?

¡Claro que no basta con la "rareza" si no hay iluminación reveladora!: en algún momento el elegido pasa de la ignorancia al conocimiento… dicen que a acausa de un accidente, caída peligrosa, la mordedura de una serpiente, una enfermedad mortal… Entonces, la inconsciencia del cuerpo y la mente, entre las tinieblas florece el sueño revelador, el perimontum: un espíritu protector, o algún antepasado, o ¡hasta el propio Nguenechen, el gran dios de Araucanía!, informa que será chamán su condición de mediador mágico y le ordena: ¡hazte machi!

El despertar no será signo del conocimiento de un largo camino imposible de eludir… ¿acaso puede escaparse de los que todos lo saben y todo lo pueden?

Por eso, para formarse el elegido busca a un guía experimentado, al padre -chamán o a la madre- Machi… y con ellos se iniciará en la ciencia perdida en el tiempo que solo pasa de hechicero a hechicero.

En realidad, en la doble instrucción chamánica que recibe, tiene los mejores maestros.

¿No son espíritus superiores los que lo forman en orden extático, a través de sueños y trances hipnóticos "reveladores" del misterio, de las formas y nombres de las entendidas sobrenaturales, del secreto de las fuerzas cósmicas?

Dicen que si las iluminaciones proceden de espíritus del cielo será un chamán -blanco, y si lo instruyen criaturas del infierno, chamán- negro…

A su vez, los ancianos maestros chamánicos le transmitirán las disciplinas que guardan la tradición: las técnicas sagradas, mitologías y genealogía del clan, los cantos y leyendas, la obscura lengua del trance… y también las propiedades curativas del las plantas, animales y minerales.

La divina instrucción lo dá todo, pero exige "la prueba": aislamiento, soledad, largos ayunos agobiantes, torturas, mutilaciones reales o simbólicas… Soportará lo posible y lo imposible: que le horaden la lengua, que le claven espinas… ¡y aún mucho más! y así pasará meses, y quizás años… hasta que esté listo.

No obstante el sufrimiento solo no es suficiente… Porque la prueba máxima en el trance mágico es la experiencia del descuartizamiento y la muerte, el ascenso al Cielo y el descenso al los Infiernos…

Para darle "fuerza" y prepararlo es que han introducido en el cuerpo en trance, real o mágicamente, piedras de secreto poder, flechas espinas o cristales de roca… y aguarda…

La experiencia iniciática en la Patagonia tiene como ámbito la caverna, el reducto que adornan cabezas de animales, objetos rituales y pinturas chamánicas como el laberinto no son sino símbolos concretos del tránsito hacia el otro mundo, del descenso a las regiones de ultratumba. Allí, en ese círculo cerrado y secreto, de dolor, de misterio y de vuelo mágico, si soporta la reducción al esqueleto podrá renovar su cuerpo y resucitar a la vida…

¡O no será nada!

Finalmente, cuando la agonía se vuelve triunfo, toda la comunidad se viste de fiesta: hay nuevo guardián del equilibrio Tierra

- Cielo, ¡hay un chamán!

Ahora puede obtener lo que quiera de las fuerzas sobrenaturales invocadas, sean estas ánimas, espíritus tutelares de la Naturaleza,… o demonios…

Pero ¿es que acaso no lo pueden poseer y hacerle daño?

Los que saben afirman que un verdadero chamán es también un espíritu superior, y que por eso lo respeta el círculo de las sombras…

Al chamán lo distinguirá en adelante un importante atuendo ceremonial, que por lo general consiste en un gran tocado en su cabeza, pinturas corporales que reproducen signos mágicos y una vestimenta en la que no faltan el rayo que indica el origen celeste de sus poderes, ni las plumas represtativas de su vuelo, ni las bolsitas de cuero con sustancias, sagradas, ni el hacha o las placas consagratorias. Así se los ha visto en los rituales y así aparece en las pinturas rupestres…

La machi de la Patagonia, en cambio, es más sencilla en su atuendo: su túnica larga, el manto tradicional sujeto con el tupu de plata, y abalorios distintivos de su rango. Claro que mantiene su cabeza cubierta: dicen que para ocultar y preservar el anullo precioso ubicado en el centro craneano, por donde recibe la iluminadora energía cósmica…

Los colores sagrados que ponen su sello en todo portavoz del misterio son el azul, el blanco y el amarillo.

¿Por qué justamente los tres?
¿Que fuerzas simbolizan?
¿Representan acaso los grados de la prueba iniciática del trance?

Tal vez signifiquen, el cielo, la pureza, la tierra…

Lo extraño es que también se repiten en otras muchas culturas de Oriente Y occidente.

¿Hay aquí otra llave al misterio universal?

No lo sabemos. Pero en tanto la machi hechicera usa esa segunda y mágica piel cromática, bata su cultrún resonador y su canto profundo rebote en las aristas del recinto cerrado o se eleve en el aire, todo estará bien sobre la tierra y los hombres.

Y cuando la rogativa chamánica sea necesaria, cuando lo requieran los rituales curativos del machitún o ellahuentún, la machi volará alto hasta el sitio donde se baten las luces y las sombras, y allí peleará por los suyos. Cuando regrese volverá con el orden en las manos… y todo recomenzará.

Quizás sea por ella que no se extingue la raza del sur…

Este es otro de los misterios que silba el viento del Elëngasem.

Continúa...
Fuente
Una Vieja Leyenda


Imagen
dearpatagonia.com

LA LEYENDA DE LOS VOLCANES...

Popocatépetl – Altitud: 5,452 m (México, Morelos y Puebla).
Aún activo, se alza en la cordillera Neovolcánica, al sureste de la ciudad de México. Constituye la segunda mayor elevación del país.
En una de sus laderas, pobladas por bosques de coníferas, se encuentra un cráter adventicio, conocido como el pico del Ventorrillo.
Su cima, cubierta por nieves perpetuas, fue coronada por primera vez en 1520, por una expedición al mando de Diego de Ordás.

POPOCATÉPETL E IZTACCÍHUATL


Al morir Citlali, los sacerdotes deciden: “debe ser enterrada en las faldas del Iztaccíhuatl”.

“¿Por qué abuela?” Pregunta Xóchitl, la más pequeña de las hermanas de Citlali.

Brota la cascada respuesta; “Únicamente las doncellas que mueren de amor pueden aspirar a descansar en las orillas de la mujer dormida. Tu hermana al enterarse de la muerte de su prometido en la guerra, no soportó la vida, se marchitó ansiando reunirse con él, los dioses se apiadaron de ella. Es una honra a su fidelidad. Esta costumbre viene de una historia que sucedió hace muchos años”.

“Cuéntamela, en lo que preparan las exequias”.

Ya se sabe que las abuelas no se pueden resistir al pedimento de una nieta. Para no interrumpir la solemnidad de las ceremonias fúnebres, la anciana sale de la casa, en una banca desde donde se divisan los volcanes que custodian la laguna, comienza su historia.

Xochiquetzal juró amor eterno al guerrero más apuesto y orgulloso, flor del ejército mexica que partía rumbo a la guerra contra los zapotecas. Guerra sin tiempo ni final que los mexicanos debían enfrentar para el engrandecimiento del imperio. Xochiquetzal hermosa y desconsolada quedó en espera de la victoria y del regreso de su hombre.

No hubo noticia de la anhelada aniquilación del enemigo. La lejanía del señorío zapoteca. La fiereza de la defensa y la bravura de sus hombres sumían en gran mortificación a Xochiquétzal, que no obstante, recibía la adulación y el cortejo de aquéllos que no habían partido a luchar. Sobre todo de un tlaxcalteca que se había avecindado en la Ciudad cuando hicieron falta brazos masculinos para el trabajo cotidiano.

Fue este mismo pretendiente quien llevó la noticia de la muerte de su amado. Rotos los vínculos de amor que la ataban de por vida a su juramento. Xochiquétzal se sumió en desconsoladora tristeza que nada podía apaciguar. La indolencia se apoderó de ella. Todo le daba igual. La distraían de vez en cuando los floridos halagos, los continuos regalos de que era objeto por parte de su pretendido enamorado. Ante el pedimento de boda que frente a sus padres hizo el suplicante tlaxcalteca, aceptó a sabiendas de que era como enterrarse en vida. Después del anudamiento de las tilmas empezó su melancólica existencia al lado de su marido. No volvió a sonreír.

Los guerreros aztecas regresaron derrotados, avergonzados, tristes, vencidos. Excepto uno, que a pesar del fracaso conservaba la dignidad de su raza.

Las mujeres escondían a sus hijos para llorar, menos Xochiquétzal que miraba sin inmutarse al ejército rendido. Sin embargo, cuando la mirada del único guerrero que marchaba con orgullo por las calles de la Ciudad se posó sobre ella, sintió morir. Él era el hombre al que había jurado amor eterno.

Furiosa y llena de odio insultó al Tlaxcalteca con el que se había casado, lo acusó de vil y mentiroso por inventar la muerte del hombre al que amaba. Huyó por el borde del lago de Texcoco con su marido tras ella. El guerrero los siguió y enfrentó a su rival. Después de luchar, el tlaxcalteca herido se evadió a su país.

Después del enfrentamiento buscó a su amada, la halló muerta. No quiso seguir viva después de ser mujer de otro a quien no le había jurado fidelidad eterna. Él lloró, cortó flores, cubrió con ellas el cuerpo de Xochiquétzal, trajo un incensario en el que quemó copal. Lloró el Zenzontle (pájaro de cuatrocientas voces). Apareció Tlahuelpoch, mensajero de la muerte. La tierra se sacudió en temblores, las nubes llenaron de penumbra a los cielos, el miedo se apoderó de los habitantes del Anáhuac.

Al amanecer habían surgido en el valle dos montañas nevadas. Una, con la forma de una mujer recostada, cubierta de flores blancas. Otra, alta e impresionante, como un guerrero azteca hincado a sus pies.

Se dice que el Tlaxcalteca murió cerca de su tierra. Convertido en volcán le llamaron Poyautecatl, que quiere decir señor crepuscular, y después Citlatepetl o cerro de la estrella. Su obligación y penitencia es observar de lejos a los amantes, que nunca podrá separar.

“¿Abuela, si muero de amor, me enterrarán en las faldas de Iztaccíhuatl?”

La anciana recarga a la niña en su regazo pronunciando un conjuro que la aleje de la desgracia del amor que no se consuma.

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planetacurioso.com

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/05/popocatepetl-e-iztaccihuatl.html

LA RAÍZ INDIA DE LIMA


LA RAÍZ INDIA DE LIMA
Parte I

Por Raúl Porras Barrenechea


No es exacto que Lima sea exclusivamente española por su origen, por su formación biológica y social y por su expresión cultural. La fundación española, forjadora perenne de mestizaje, tuvo que contar con dos factores preexistentes; el marco geográfico y el estrato cultural indígena. Ambos influyeron decisivamente en aspectos y formas de la peculiaridad de nuestro desarrollo urbano.

Don Hipólito Unanue, vocero de la ilustración colonial y maestro de nuestra meteorología, definió ya el clima de Lima como el de una "eterna y continuada primavera". Los cronistas soldados del siglo XVI después de ambular por selvas y riscos y pantanos habían dicho ya su admiración al llegar a tierra de tanto sosiego y equilibrio atmosférico como la de Lima. Cieza de León en su crónica, hoy cuatro veces centenaria, publicada en 1553, expresó su contento viajero al decir: "Y cierto para pasar la vida humana cuando los escándalos y alborotos y no haciendo guerra, es una de las buenas tierras del mundo, pues vemos que en ella no hay hambre ni pestilencia, ni llueve, ni caen rayos, ni relámpagos, ni se oyen truenos; antes siempre está el cielo sereno y muy hermoso" . Y los poetas del siglo de hierro confirmaron el entusiasmo de los cronistas, entonando himnos a la benignidad del cielo de Lima y a la uniforme templanza de sus estaciones. Pedro de Oña el poeta de Arauco huésped limeño de los Virreyes dijo en su cántico a Montesclaros:

Soberbios montes de la regia Lima
que en el puro cristal de vuestro río
de las nevadas cumbres despeñado
arrogantes miráis la enhiesta cima,
tan extensa al rigor del almo estío
como a las iras del invierno helado.

Las constantes geográficas del clima limeño han sido señaladas precisamente por viajeros y geógrafos posteriores. Las preexistentes a la conquista fueron: la proximidad del mar, el suelo llano y desértico, los blancos arenales que conforman según el decir de Morand un paisaje lunar; el suelo de tierra arenisca delgada y fértil "que parece que la echó el Creador para hacerla habitable", la falta de lluvias que produce la esterilidad del suelo y el sistema de irrigación artificial por canales o acequias, el abono fácil en las islas vecinas, los sembríos de maíz, de yuca, de habas, de camotes, de frijoles, de maní y de algodón en los oasis verdeantes de los valles junto al curso rápido y torrentoso de los ríos, bordeados de arboledas frutales como los pacaes o huavas, las guayabas, paltas, chirimoyas, piñas, lúcumos y algarrobos; los bosquecillos de espinos, huarangos y algarrobos en las partes altas y en las bajas los sauces, chilcas y los juncales y aneas de los pantanos; la humedad ambiente condensada en la neblina y en la tenue garúa invernal; la fauna menuda y veloz, de gozquecillos, patos, palomas, cigüeñas, faisanes, perdices, venados y los clásicos gallinazos; sin animales temerosos como los lobos, salvo las águilas y astutas raposas, y los pumas sorpresivos. Los únicos fenómenos extraordinarios del ambiente costeño son el temblor cucuy y el hauyco o aluvión violento que desciende por las quebradas como un castigo de los cerros destrozando casas y sembríos.

La estructura geográfica original de suelo, clima, vegetación y vida animal, influye en primer término sobre el hombre y es reformada y definida por la acción de éste y por los recursos de su técnica. Del yunga costeño hablaban despectivamente los Incas, como lo comprobaron los cronistas primitivos Jerez, Sancho y Estete, que dicen de ellos ser "gente ruin y pobre", que no servía para guerra ni para gobierno. Esto, prescindiendo del alto nivel intelectual y artístico que revelan los vasos y dibujos estilizados de Nazca, las telas de Paracas y las esculturas chimúes. Coinciden en este desdén por el yunga u hombre de la costa, a través de los siglos, los amautas cuzqueños y los sociólogos marxistas de hogaño. Algunos geágrafos y viajeros han recogido también epidérmicamente, esa impresión deprimente del clima costeño sobre el hombre. Raimondi pensaba que el aire saturado de humedad hacía perder calor al cuerpo humano calentado por el sol. La tala de árboles suprimía las barreras a los vientos y favorecía el frío fisiológico. Middendorf creía que la falta de descargas eléctricas en el verano disminuía la capacidad de trabajo y el cielo plomizo cargado de nubes y la correspondiente falta de luz, más que la de calor, producían el decaimiento moral. En oposición a éstos, algunos científicos modernos afirman que el tiempo medio más favorable a la energía física e intelectual es el que va de 16º a 20ºC con 70% o 90% de humedad relativa y el de Lima oscila en 17º y 22º. El clima costeño, según Pedro Larrañaga, favorece en nuestros días, la vivienda y el taller baratos y ligeros, la suculencia de recursos alimenticios en que predominan las farináceas sobre las proteínas, permite el trabajo a la intemperie y ofrece reservas enormes de energía eléctrica proporcionada por los torrentes cisandinos.

Estas realidades geográficas básicas modelan las instituciones y las relaciones humanas. El yunga pescador y cazador obligado, se alimentó de carne y pescado crudo; se estacionó en los valles al borde de la fuente de agua única que recogió y distribuyó en canales para vivificar los sembríos de maíz y plantas alimenticias y construyó sus poblaciones agrícolas en las colinas o sitios encumbrados o cerros artificiales huyendo de la llanura o la tierra fértil por razones defensivas, económicas o mágicas. La huaca irguió su perfil en talud incorporándose a la visión del paisaje local.

La templanza del clima, la amenaza del temblor y la falta de madera y de piedra determinaron los materiales de construcción: paredes de adobes o torta de caña y barro y techos de troncos de árbol, paja, ramajes o totora. El vestido fue ligero y de algodón y los trabajadores los simplificaban en el trabajo que hacían semidesnudos. La benignidad del clima, la facilidad de recursos, el ahorro de energías, deciden, según Bennet, la placidez necesaria para la creación artística y el refinamiento de la técnica. El yunga descubrió sus calidades artísticas coloreando los muros con el ocre o granate de sus vasos y con los dibujos geométricos de sus tapicerías


Notas: Raúl Porras Barrenechea, (Pisco, Perú, 23 de marzo de 1897 - † Lima, 27 de septiembre de 1960) fue diplomático, historiador, catedrático, abogado, ensayista y senador. Datos de Wikipedia.

Fuente:
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibVirtual/libros/linguistica/legado_quechua/la_raiz.htm

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josephramsey.blogspot.com

LA CULEBRA


Vivia en el pueblo de Tepanyaco una doncella llamada Quiahualoxóchitl. Era tan linda que muchos príncipes y guerreros aspiraban a su amor, sin embargo, la joven, orgullosa y altiva, despreciaba y humillaba a todos sus adoradores.

Un día Quiahualoxóchitl, quien también era cruel y vanidosa, pensó que su hermosura bien merecía el homenaje del sacrificio sangriento de sus muchos admiradores, por lo que pregonó que sería muy de su agrado que muchos enamorados lucharan entre sí, para poder decidir a quien le otorgaría su corazón.

No tardaron en presentarse frente al palacio de la bella varios contendientes como el rey Aztecalli, señor de Tepeticpan; Papalotl, señor de Ocuetulco, así como Aztlahua, señor de Atizatlán. A todos ellos les faltó poco para perder la vida en los siniestros combates provocados por la coqueta Quiahualoxóchitl.

El pueblo presenciaba horrorizado cómo sus más valientes guerreros estaban expuestos a morir por los caprichos de la princesa, de tal modo que se encaminaron hacia el palacio del señor de Tlaxcala para pedirle que evitara que aquella mala mujer prosiguiera ejecutando sus maldades.

El señor Timalli escuchó atentamente sus peticiones y prometió castigar enérgicamente a la cruel princesa. No tardó el rey de Tlaxcala en ordenar que Quiahualoxóchitl quedara prisionera en el palacio de su padre, el venerable anciano Magicatzin, bajo la advertencia de que si osaba desobedecer el mandato real recibiría un cruel castigo.

En todo Tepanyaco causó gran agrado la orden real, pero a pesar del encierro de la princesa, los jóvenes guerreros y nobles seguían rondando sin descanso el palacio del anciano Magizcatzin, ansiosos de contemplar, aunque fuera a distancia, el bello rostro de la malvada Quiahualoxóchitl.

Al principio la princesa pareció resignarse a su encierro, pero no tardó en cansarse y sobornar a sus custodios, logrando llegar secretamente al palacio de Chechimical, señor de Zocotlán, a quien pidió que la vengara del supuesto ultraje recibido por su parte de su enamorado, el guerrero Azayactzin, quien según la había calumniado frente al rey.

Chechimical creyó todo lo dicho y retó a muerte al joven Azayactzin, hijo predilecto del sacerdote Iyac, quien aceptó valientemente el reto.

Días después tuvo lugar el encuentro, en donde murió Azayactzin; al enterarse Iyac de la muerte de su hijo, pidió justicia divina y el dios, convencido de que era justo castigo para la princesa, convirtió a Quiahualoxóchitl en culebra chirrionera.

Aún así los jóvenes seguían sin poder evitar la crueldad de la princesa, ya que en caminos y bosques les salía al paso para atormentarlos. El asustado pueblo pidió a su dios que descubriera el modo de defenderse de la princesa, y este les aconsejó que usaran contra ella un látigo y con pasos de danza la abatieran a golpes.

Y desde aquellos tiempos hasta nuestros días, se baila la danza de La Culebra, que conforma un bello exponente del folklore Tlaxcalteca.

Vocabulario

Quiahualoxóchitl: flor de lluvia.
Tepeticpan: sobre el cerro.
Papalotl: mariposa.
Ocotelulco: colina de los pinos.

Leyenda Tlaxcalteca

Fuente: Museo Nacional de Antropología

HUNAB KU

Hunab Ku, el dios único, el dios de dioses.



Hunab Ku, «dios uno», el dios creador, que no tiene representación.

Su hijo es Itzamná, dios del cielo, protector de los reyes y primer sacerdote. Se le representa en forma de dragón. Puede manifestarse como el Sol, tomando entonces el nombre de Kinich Ahau, «señor ojo solar».

Esta deidad suprema era el responsable de la creación del mundo y del ser humano.

Hunab construyó el mundo en tres ocasiones consecutivas.

El primer mundo que creó fue habitado por genios, los constructores de las ciudades; el segundo fue dominado por los dzolob, una raza oscura y siniestra; y el tercero y definitivo fue el que habitaron los mayas.