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SAN NICOLÁS DE BARI




Origen de la figura de Papá Noel o Santa Claus.

Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía
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San Nicolás de Mira (o Myra) o San Nicolás de Bari, obispo de Mira, en Licia, famoso por su santidad y por su intercesión ante el trono de la divina gracia (s. IV).

Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, y la gente conseguía por su intercesión favores admirables.

Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre. Como en alemán se llama "San Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus, y lo pintan como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños (entre nosotros lo llamaron Papá Noel).

De San Nicolás escribieron muy hermosamente San Juan Crisóstomo y otros grandes santos. Su biografía la escribió San Metodio, Arzobispo de Constantinopla, y de ella sacamos los siguientes datos curiosos.

Nació en Licia, Turquía, de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto".

Tenía un tío que era obispo y este lo consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio.

Después quiso visitar la Tierra Santa donde vivió y murió Jesús, y al volver de allá llegó a la ciudad de Mira (en Turquía) donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior se había muerto.

Al fin dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Y en ese momento sin saber esto, entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo. Por eso se le llama San Nicolás de Mira.

La especialidad de este santo fueron los milagros tan numerosos que logró conseguir de Dios. Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no lograba que se casaran por ser en tan extremo pobres. Entonces el santo por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.

Es Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.

Otro día iban a condenar injustamente a tres amigos suyos que estaban muy lejos. Ellos rezaron pidiendo a Dios que por la intercesión de Nicolás su obispo los protegiera. Y esa noche en sueños el santo se apareció al juez y le dijo que no podía condenar a esos tres inocentes. Y fueron absueltos.

El emperador Licino decretó una persecución contra los cristianos y Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión que se le presentaba, para enseñar la religión a cuantos trataban con él. Más tarde llegó el emperador Constantino y lo liberó a él junto con todos los demás prisioneros cristianos.

Luego apareció la herejía de Arrio que decía que Jesucristo no es Dios. San Nicolás se opuso con toda su sabiduría y con su gran ascendiente y no permitió que los arrianos entraran a su ciudad de Mira.

Dicen que el santo murió el 6 de diciembre del año 345.

En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los mahometanos invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa. Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor.

Nota:
Nicolás significa Protector y defensor de pueblos.


Fuente
http://www.santopedia.com/santos/san-nicolas-de-bari/

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/leyenda-de-las-tres-doncellas.html

Mensaje de Felix Diaz -parte 2 de 4




Conferencia de prensa que ofreció Félix Díaz, representante de la comunidad qom de Formosa, Argentina.

Fuente: http://comunidadlaprimavera.blogspot.com/2009/10/mensaje-de-felix-diaz-parte-2-de-4.html

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-158101-2010-12-05.html

SANTA BÁRBARA


La leyenda más conocida es la que dice que el siglo III una joven llamada Bárbara, hija de un tal Dióscoro, fue encerrada en una especie de torre de su casa, con todas las comodidades posibles, para alejarla del mundo y darle buenos estudios. La torre tenía dos ventanas y fue reformada por petición de la Santa, con una tercera que recordara la Santísima Trinidad. Allí vivió dedicada a la oración, en una época de persecuciones y martirios, hasta que un día el padre encontró en el baño de su hija una cruz inscrita.

Indignado le denunció y la entregó al Pretor Martiniano, que al no poder convencerla de que renuncie a su fe y se case, la condena a muerte.

Dióscoro cumple el mandato del Pretor, de buena gana y decapitándola personalmente. Cuando Dióscoro vuelve a casa, después de la ejecución, un rayo cae sobre él, produciéndole la muerte.

Fuente:

De Wikipedia, la enciclopedia libre
http://preguntasantoral.blogia.com/

KUZMA SKOROBOGATI

La Galería Tretiakov, Moscú, Rusia.
Obra de Alekséi Savrásov




Una vez vivía un matrimonio campesino que tenía un hijo, y éste, aunque buen chico, era tonto de capirote e inútil para los trabajos del campo.

- Marido mío -dijo un día la mujer,- no haremos nada bueno con este hijo y se nos comerá casa y hacienda; mándalo a paseo, que se gane la vida y se abra camino en el mundo.

Lo sacaron, pues, de casa, y le dieron un rocín, una cabaña destartalada del bosque y un gallo con cinco gallinas. Y el pequeño Kuzma vivía solo, completamente solo en medio del bosque.

La raposa olió las aves de corral que le ponían casi bajo las narices en el bosque y resolvió hacer una visita a la cabaña de Kuzma.

Un día el pequeño Kuzma salió a cazar y apenas se había alejado de la cabaña, la raposa (zorra) que estaba vigilando la ocasión, entró, mató una de las gallinas, la asó y se la comió.

Al volver el pequeño Kuzma quedó desagradablemente sorprendido al ver que faltaba una gallina, y pensó: "Se la habrá llevado un buitre".
Al día siguiente volvió a salir de caza, encontró por el camino a la raposa y ésta le preguntó:

- ¿Adónde se va, pequeño Kuzma?

- ¡Voy a ver que cazo, raposita!

- ¡Buena suerte!
E inmediatamente se deslizó hasta la cabaña, mató otra gallina, la coció y se la comió.

El pequeño Kuzma volvió a casa, contó las gallinas y vio que faltaba otra. Y se le ocurrió pensar: "¿No será la raposilla la que está probando mis gallinas?" Y al tercer día dejó bien cerradas la ventana y la puerta y salió como de costumbre. Se tropezó con la raposa, la cual le dijo:

- ¡Hola, pequeño Kuzma! ¿Dónde vamos?

- ¡A cazar, raposita!

- ¡Buena suerte!

Y corrió a la cabaña de Kuzma, pero éste se volvió tras ella. La reposa dio la vuelta a la casita y vio que la puerta y la ventana estaban, tan bien cerradas que no le era posible entrar. Entonces se encaramó hasta el tejado y entró dejándose caer por la chimenea.

Entonces entró Kuzma y cogió a la raposa.

- ¡Ah, ah! ¿Conque me honran las ladronas con sus visitas? Espera un poco, señorita, que no saldrás viva de mis manos.

Entonces la raposita empezó a rogar a Kuzma: - No me mates y te daré una novia muy rica en matrimonio. ¡Pero habrás de asarme otra gallinita, la más gorda, con unos chorritos del mejor aceite!

El pequeño Kuzma reflexionó y luego mató una gallina para la raposita.

- ¡Toma, raposita, come y que te aproveche!

La raposa comió, se lamió el hocico y dijo: - Detrás de este bosque se hallan los dominios del grande y terrible Zar Ogon (Fuego), su esposa es la Zarina Molnya (Relámpago), y tienen una hija, una bellísima Zarevna; con ella te casaré.

- ¿Quién va a querer a un pobre diablo como yo?

- Calla, eso no es cosa tuya.

La raposita fue a ver al Zar Ogon y la Zarina Molnya. Corrió sin parar hasta el palacio, entró, hizo una profunda reverencia y dijo:

- ¡Salud, poderoso Zar Ogon y terrible Zarina Molnya!

- ¡Salud, raposa! ¿Qué nuevas te traen por aquí?

- Vengo como agente de matrimonio. Vosotros tenéis la novia y yo tengo el novio, Kuzma Skorobogati.

- ¿Dónde está sepultado, que no viene él mismo?

- No puede abandonar su principado. Gobierna a los animales salvajes y se complace en vivir con ellos.

- ¿Y esa es la clase de novio que nos ofreces? Bueno, dile que nos mande cuarenta cuarentenas de lobos grises y lo aceptaremos como novio.

Entonces la raposita bajó corriendo a las praderas que se extienden por la falda del bosque y empezó a revolcarse por la hierba. Un lobo se le acercó corriendo y le dijo:

- Adivino que acabas de darte un gran atracón en alguna parte; de lo contrario no te revolcarías así.

- Ojalá no hubiera comido tanto. Me siento demasiado llena. He estado en un banquete con el Zar y la Zarina. ¿Quieres decir que no te han invitado a ti? ¡Imposible! Todos los animales salvajes estaban allí, y en cuanto a las martas y los armiños, eran incontables. ¡Los osos aun estaban sentados cuando me marché y comían como si tal cosa!

El lobo empezó a rogar a la raposa humildemente:

- Raposita, ¿podrías llevarme al banquete del Zar?

- ¿Por qué no? Escucha. Cuídate tú mismo de reunir para mañana a cuarenta cuarentenas de tus hermanos, los lobos grises, y yo os acompañaré a todos hasta allí.

Al día siguiente, los lobos se reunieron y la raposa los condujo al palacio de piedra blanca del Zar, los puso en filas, y anunció:

- Poderoso Zar Ogon y terrible Zarina Molnya, vuestro futuro yerno os envía un presente. Aquí tenéis toda una manada de lobos grises que vienen a rendiros homenaje, y su número es de cuarenta cuarentenas.

El Zar hizo pasar a todos los lobos a un encierro y dijo a la raposa:

- Si mi futuro yerno ha podido mandarme lobos como presente, que me traiga ahora otros tantos osos.

La raposa corrió al lado del pequeño Kuzma y le pidió que le asase otra gallina, la devoró en un instante y salió corriendo hacia las praderas del Zar. Junto al bosque empezó a revolcarse y no tardó en salir de la espesura un hirsuto oso, que, viendo a la raposa, se le acercó diciendo:

- ¡Hola, comadre! Bien se ve que te has hartado, de otra manera no te revolcarías tan contenta.

- ¡No lo sabes tú bien! Figúrate que vengo del banquete del Zar; había allí un sinfín de bestias y las martas y los armiños eran innumerables. Allí he dejado comiendo a los lobos, y que tienen una comida que hay para lamerse los dedos.

El oso empezó a rogar a la raposa que lo dejase ir allí:
- Raposita, ¿podrías llevarme al banquete del Zar?

- Con mucho gusto. Escucha. Reúne para mañana cuarenta cuarentenas de osos negros, y entonces os llevaré de mil amores; porque, de ti solo, el Zar no haría caso.

El oso recorrió todos los bosques pregonando la noticia y pronto pudo reunir el número de osos que la raposa exigía, y ésta los condujo al palacio de piedra blanca del Zar, los puso en filas y anunció:

- Poderoso Zar Ogon y terrible Zarina Molnya, vuestro futuro yerno os envía un presente de cuarenta cuarentenas de osos negros.

El Zar hizo pasar también a los osos al encierro y dijo a la raposa:

- Si mi futuro yerno puede mandarme tantos lobos y osos como presente, que me mande otras tantas martas y garduñas.

La raposa se apresuró a volver a lado de Kuzma, le mandó asar la última gallina y el gallo por añadidura, y cuando se los hubo comido en su honor, corrió a revolcarse por la hierba en las praderas del Zar.

Una marta y una garduña acertaron a pasar por allí y preguntaron:

- ¿Dónde has comido tan opíparamente, señora Raposa?

- ¿Cómo? ¿Vosotros vivís en el bosque y no sabéis que me veo honrada con la amistad del Zar? Hoy mismo le he llevado al banquete a los lobos y a los osos, y los muy tragones no saben cómo separarse de aquellos manjares tan exquisitos como en su vida habían probado.

Entonces la garduña y la marta empezaron también a suplicarle:

- ¡Queridita comadre! ¿Por qué no nos presentas también al Zar?

Nos contentaremos con mirar mientras los otros comen.

- Si queréis reunir cuarenta cuarentenas de garduñas y de martas, os prepararan un banquete para todas. Pero a un par sólo de vosotras os negarían la entrada en la corte.

Al día siguiente, las garduñas y las martas estaban reunidas sin faltar una, y la raposa las condujo a presencia del Zar Ogon; le ofreció los respetos en nombre de su futuro yerno y le hizo el presente de las cuarenta cuarentenas de garduñas y de martas.

El Zar aceptó el obsequio y dijo:

- ¡Gracias! Di a mi futuro yerno que venga en persona; deseamos verle y ya es hora de que conozca a su prometida.

Al día siguiente, la raposita se presentó de nuevo en la corte, y el Zar le preguntó:

- Y bien ¿dónde está nuestro futuro yerno?

A lo que contestó la raposa: - Me ha ordenado que os presente sus respetos y que os diga que hoy le será imposible de todo punto venir.

- ¿Cómo así?

- Está abrumado de trabajo, recogiendo todas sus cosas para venir, y ahora mismo acabo de dejarlo contando su tesoro. Precisamente os ruega que le prestéis un almud, porque ha de contar sus monedas de plata; sus almudes los tiene llenos de oro.

El Zar entregó a la raposa el almud sin comentario, pero dijo para sus adentros: "¡Magnífico, raposa! ¡Eso es caernos en suerte un buen yerno! ¡No todos pueden contar en almudes el oro y la plata, en estos tiempos que corremos!"

Al día siguiente, la raposa se presentó de nuevo en la corte y devolvió al Zar su almud (en cuyos ángulos había tenido la precaución de pegar unas moneditas de plata), y dijo:

- Vuestro futuro yerno, Kuzma Skorobogati, me ordena que os presente sus respetos y os diga que hoy estará entre vosotros con todas sus riquezas.
El Zar estaba encantado y ordenó que lo preparasen todo para la recepción de tan estimable huésped. Pero la raposa corrió a la cabaña de Kuzma, donde hacía dos días que el desgraciado estaba echado sobre la estufa, muerto de hambre y esperando. La raposa le dijo:

- ¿Por qué estás tan abatido? ¿No sabes que ya tengo para tu novia a la hija del Zar Ogon y de la Zarina Molnya? ¡Vamos a verlos en calidad de huéspedes y a celebrar la boda!

- Pero, raposa, ¿estás en tu sano juicio? ¿Cómo he de ir si no tengo ropa que ponerme?

- Haz lo que te digo. ¡Ensilla tu rocín y no te preocupes de nada!

Kuzma sacó el rocín del cobertizo, le echó encima una manta vieja, le puso las riendas, lo montó y siguió a la raposa a trote ligero. Ya llegaban cerca del castillo, cuando encontraron un puente que cruzaba un río.

- ¡Baja del caballo! -dijo la raposa a Kuzma.¬ ¡Sierra los pilares de este puente!

El pequeño Kuzma se puso a serrar con todas sus fuerzas los pilares, hasta que el puente se vino abajo con un crujido.

- ¡Ahora desnúdate, arroja el caballo y todas tus prendas al agua y revuélcate por la arena hasta que yo vuelva!

Dicho esto, la raposa echó a correr hacia el castillo donde esperaban el Zar y la Zarina, y se puso a gritar desde lejos:

- ¡Eh, padrecito! ¡Qué desgracia! ¡Socorro, socorro!

- ¿Qué sucede, raposita? -Preguntó el Zar.

- Que los puentes de vuestros dominios no son bastante fuertes.

¡Vuestro futuro yerno venía con todas sus riquezas y ese dichoso puente se hundió bajo el peso y toda la riqueza y toda la gente se ha ido al agua, y mi mismo amo yace junto al puente más muerto que vivo!

El Zar promovió un gran alboroto y chilló a los criados gritando:

- ¡Daos prisa, daos prisa, no perdáis tiempo; tomad de mi guardarropa lo necesario para Kuzma Skorobogati y preservadlo de todo mal!

Los criados del Zar corrieron cuanto les permitieron las piernas hacia el puente y vieron a Kuzma todo envuelto en arena. Lo levantaron, lo lavaron bien, lo vistieron con las ropas reales, le rizaron los cabellos, y lo condujeron con el mayor respeto a palacio. El Zar, lleno de gozo al ver a su futuro yerno libre de tan gran peligro, mandó tocar todas las campanas y disparar todos los cañones, y quiso que se celebrase la boda enseguida.

Coronaron a Kuzma como esposo de la Zarevna, y vivió en compañía de su suegro, cantando canciones todo el día. La raposa recibió los más altos honores de la corte y cuando la vida cortesana dejó de aburrirla, ya no sintió deseos de volver a los bosques.



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Imagen: foroxerbar.com