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SOBRE LA CREACIÓN TEHUELCHE

Región Araucanía
Chile-Argentina


En la antiquísima cosmogonía tehuelche se cuenta que "El que siempre existió" vivía rodeado por densas y oscuras neblinas allí donde se juntan el cielo y el mar, hasta que un día, pensando en su terrible soledad, lloró y lloró por un tiempo incontable... y así sus lagrimas formaron a Arrok, el mar primitivo...

El eterno Kóoch al advertirlo dejó de llorar, y suspiró...

Y su suspiro fue el principio del viento...

Entonces Kóoch quiso contemplar la creación: se alejó en el espacio, alzó su mano y de ella brotó una enorme chispa luminosa que rasgó las tinieblas. Había nacido el Sol.

Con él la sagrada creación tuvo la primera luz y el primer fuego, y con él nacieron las nubes...

Y los tres elementos del espacio armonizaron entonces sus fuerzas para admirar y proteger a la tierra de la vida perecedera que Kóoch había hecho surgir de las aguas primeras.

Andando el tiempo Elal, el héroe-dios, el nacido de la Nube cautiva y el cruel gigante Nóshtex, creó a los Chónek (hombres) de la raza tehuelche en las tierras del Chaltén... y fue su organizador, protector y guía.

Y entre otras muchas cosas, como Elal viera que sus criaturas tenían frío y oscuridad, cuando el Sol no estaba en el Cielo, les enseño a hacer fuego, el mismo que les permitiera vencer a la nieve y al frío en las laderas del Chaltén, el que brota cuando golpean ciertas piedras...

Dicen que a partir de entonces los tehuelches ya no temieron a la oscuridad ni a las heladas porque eran dueños del secreto del fuego, y el fuego era sagrado para ellos porque se los había dado su padre creador...

Este es un hermoso mito del ciclo de Elal, el progenitor de los tehuelches... Claro que las otras razas del cono sur de América han explicado a su modo el origen del fuego, el preciado elemento que aseguró la vida de las culturas aborígenes patagonienses...

Una antigua leyenda cuenta que los mapuches no conocían el fuego, pero que lo aprendieron de los niños, más exactamente de dos hermanitos que se desafiaron para quien hacías girar más rápidamente un palito en un nido de pasto seco...

¡Y el resultado fue que casi queman todo con su juego inocente!

Parece ser que el gran incendio devoró los bosques y corrió los animales hasta atraparlos...

De este modo los indios se quedaron sin caza.

¿Cómo harías para sobrevivir sin un alimento tan importante?... Pero los ancianos de la tribu dijeron que la carne de esos animales quemados no podía ser impura porque el fuego venía del Dios Padre... Y comieron así carne asada y la hallaron sabrosa... Tanto que, a partir de entonces, también los mapuches quisieron hacer fuego y conservarlo... porque les permitía no sólo cocinar sus alimentos sino disfrutar de su luz y su calor, todos reunidos en torno de la llama que era como el Sol.

Como todos los pueblos primitivos, los que habitaban las mágicas tierras de la Araucanía lograron encender el fuego por fricción de un palo sobre un lecho de yesca, o por percusión de piedras de pedernal hasta que el saltar de la chispa hace arder la hierba seca...

Y si resultaba laborioso encenderlo, aún más difícil era conservarlo...

¿Cómo lograr que no lo apagaran los vientos que trae y lleva Elëngansen?

¿Cómo protegerlo de enviado de Gualichú que intentaría robarlo?

¿Cómo entretenerlo para que no se cansara de arder y se fuera de nuevo...?

Por eso los tehuelches lo encerraban en vasijas de barro, y le prodigaron alimento y cuidados. Las mujeres eran las que se ocupaban del fuego, y cuando lo necesitaban secaban brasitas y con ellas encendían nuevos fuegos...

Pero, ¡ay si se apagaba el fuego! Muchos relatos cuentan de los terribles castigos para la mujer que se dormía o se olvidaba...

Es que fueron tiempos muy duros y los hombres no podían permitirse perder el sagrado tesoro.

Porque era un don de Dios, el fuego volvía a Dios a través de ceremonias donde ofrendaban al Supremo, en el pillan quitral, animales o frutos de la tierra, o bien objetos culturales de manufactura indígena.

También celebraron con homenajes y regalos el fuego de Pillán, el fuego de lo más hondo de la tierra que escupen las bocas enojadas o dolientes volcanes.

¿Acaso Pillán, el que vive arriba de las montañas, no comanda las terribles tormentas de fuego del Cielo y de la Tierra? ¿Sus rayos no destruyen y queman el corazón de la vida? Por eso lo respetan y veneran, para que no se enoje y traiga el fuego que devora...

Y sacralizaron el cherufe, el fuego celeste de los aerolitos que caen y que misteriosamente se vuelven piedra colorada y ya nunca más arden... Aunque: ¿qué habrá pasado con el fuego?, ¿estará sólo dormido o se habrá ido como los innombrables al más allá?

Y hasta honran mudamente a los fuegos fríos de las lejanas estrellas, porque los viejos de los loncos dicen que allí viven los espíritus de los antepasados, las almas de los que se fueron, y desde arriba contemplan sus parientes con el permiso del Elal...

Es creencia aborigen del Sur de América, que viven desde hace incontables lunas, entidades mágicas en relación con fuegos malditos... como los de Anchimallén araucano, el duende enano que sirve a los brujos del diablo, el que roba para "el daño", el que ciega con su presencia por que la lucen la que se transforma es maligna... cuando su radiación brillante y fugaz aparece en los campos o en las montañas o en las ramas de los árboles o en los techos de las rucas... el indio tiembla porque significa la muerte para alguien: ¿a quién se llevará esta vez la luz mala?

Dicen en voz baja que los anchimallenes son criaturas que los brujos alimentan con las míticas leche, sangre y miel, y que quién posea uno multiplicará su hacienda y tendrá protegidos sus ganados...

Hay quién paga mucho al brujo para tener un niño anchimallén, y también quien lo roba, y hasta quien lo seduce para sus propios huertos, observando bien cuál es el alimento que le gusta más y poniéndola su alcance en abundancia en determinados lugares del campo... y es fama entonces que "por goloso pierde la vida" el anchimallen, pues los astutos hechiceros, sus verdaderos dueños, siempre se enteran, ¡y lo castigan con la muerte por su negligencia!...

Claro que la memoria de los mapuches siempre ha tenido un lugar para el ideal luminoso de la mítica Antú Malguén. Es la joven, y bella amada de Antü (el sol), la que parece flotar, delicada y frágil, junto al estanque de las totoras, allá en la cumbre del Domuyo. Dicen que cantan melodías que son como suspiros de la brisa mientras peina sus largos cabellos rubios con peine de oro reluciente... ¿Por qué a veces su canto es un lamento y otra una risa feliz?

Nadie lo sabe, pero la fina voz que parece agua y que parece viento rueda ladera abajo por las rocas del volcán divino.

Sólo unos pocos osados que burlaron al toro y al potro del Domuyo han logrado ver Antü Malguén en la cima sagrada. Para unos huye disuelta en llama de cherufe al sentirse sorprendida, para otros se sumerge veloz en las aguas porque es la sirena Coñi Lafquén (hija del lago)... pero ni unos ni otros han podido olvidar el hechizo fascinador de la doncella de oro luz. Tal vez se deba a que Antü Malguén se funden el fuego de la creación: el Sol.

Por eso mientras viva en el gran volcán andino y peine sus fantásticos cabellos los fuegos de las tribus milenarias no se apagarán, y los viejos continuarán contando y recordando su historia y las historias de todos los mitos, nacidos al calor de la llama que un día les regalara Elal...

VOCABULARIO

ANCHIMALLÈN: Duende de la mitología mapuche. Es enano, no tiene tripas y exhibe una cola luminosa.
CHALTEN: Montaña azul.
CHERUFE: Nombre de un monstruo gigantesco y antropófago que habita en las montañas y es capaz de provocar terremotos y erupciones.
DOMUYO: El que rezonga y tiembla.
ELAL: Personaje central de la mitología tehuelche. Hijo del gigante Nóshtex y de una Nube, es el héroe creador y educador de los tehuelches.
KÒOCH: El creador, en la mitología tehuelche.
NÒSHTEX: En la mitología tehuelche, uno de los gigantes que habitaban en la isla creado por KÔOCH. Rapto a una Nube, en quien engendro a ELAL, luego la asesino y persiguió a ELAL hasta la Patagonia.
PILLÀN: Según los mapuches, espíritu protector o vengador que habita generalmente en un volcán.

Fuente:

LA LEYENDA
Editora/Redactora: Cintia Vanesa Días.
Revista de cultura y humanidades
Editada en Buenos Aires, Argentina Diseño web Zen|Soluciones - ©2001-2004
Todos los derechos reservados - Se agradece la difusión del material, citando la fuente

Imagen
temuco.olx.cl

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/03/kooch-el-creador-de-la-patagonia.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/02/elal-y-sus-inventos.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/trentrn-y-caicai.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/01/el-terrible-cherufe.html

WHIPALA



SIGNIFICADO DE LOS COLORES DE LA WHIPALA


COLOR ROJO
Representa al planeta tierra (aka-pacha), es la expresión del hombre andino, en el desarrollo intelectual, es la filosofía cósmica en el pensamiento y el conocimiento de los AMAWTAS.

COLOR NARANJA
Representa la sociedad y la cultura, es la expresión de la cultura, también expresa la preservación y procreación de la especie humana, considerada como la más preciada riqueza patrimonial de la nación, es la salud y la medicina, la formación y la educación, la práctica cultural de la juventud dinámica.

COLOR AMARILLO
Representa la energía y fuerza (ch'ama-pacha), es la expresión de los principios morales del hombre andino, es la doctrina del Pacha-kama y Pacha-mama: la dualidad (chacha-warmi) son las leyes y normas, la práctica colectivista de hermandad y solidaridad humana.

COLOR BLANCO
Representa al tiempo y a la dialéctica (jaya-pacha), es la expresión del desarrollo y la transformación permanente del QULLANA MARKA sobre los Andes, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, el arte, el trabajo intelectual y manual que genera la reciprocidad y armonía dentro la estructura comunitaria.

COLOR VERDE
Representa la economía y la producción andina, es el símbolo de las riquezas naturales, de la superficie y el subsuelo, representa, tierra y territorio, así mismo la producción agropecuaria, la flora y fauna, los yacimientos hidrológicos y mineralógicos.

COLOR AZUL
Representa al espacio cósmico, al infinito (araxa-pacha), es la expresión de los sistemas estelares del universo y los efectos naturales que se sienten sobre la tierra, es la astronomía y la física, la organización socio económica, político y cultural, es la ley de la gravedad, de las dimensiones y fenómenos naturales.

COLOR VIOLETA
Representa a la política y la ideología andina, es la expresión del poder comunitario y armónico de los Andes, el Instrumento del estado, como una instancia superior, lo que es la estructura del poder; las organizaciones, sociales, económicas y culturales y la administración del pueblo y del país.

Los colores se originan en el rayo solar al descomponerse del arco iris blanco (kutukutu), en siete colores del arco iris (kurmi), tomado como referencia por nuestros antepasados, para fijar la composición y estructura de nuestros emblemas, así mismo organizar la sociedad comunitaria y armónica de los andes.

La Wiphala es de propiedad de la nación originaria, es decir de los Qhishwa-Aymaras, Guaraníes y de todo el pueblo.

Para los aymara-quechua, la Wiphala es la expresión del pensamiento filosófico andino, en su contenido manifiesta el desarrollo de la ciencia, la tecnología y el arte; es también la expresión dialéctica del Pacha-kama y Pacha-mama, es la imagen de organización y armonía de hermandad y reciprocidad en los andes.

Por eso la Wiphala es sagrada, y nos corresponde difundir y defender la imagen, el significado de nuestro emblema, en toda el área andina, tanto en el Ecuador, en el Perú como en Bolivia y parte de Argentina y Chile, mostrar a los pueblos del mundo, nuestra identidad territorial, nacional y cultural.

Su manejo y uso debe ser permanente y consecuente, como en el pasado glorioso de nuestros abuelos y nuestra cultura.

Debemos utilizar en los actos ceremoniales, en las fiestas, en las marchas, en los juegos y competencias, en actos de conmemoración, en los encuentros de comunidades de ayllus y markas, en los trabajos agrícolas, la Wiphala debe estar presente en todo acontecimiento social y cultural, particularmente en las fechas memorables del QULLANA MARKA, y del Tawantinsuyu, como los comunarios viven identificados con nuestra esencia cultural. Por lo que la Wiphala debe estar flameando en todo lugar y en todo acontecimiento del diario vivir del hombre andino.

En el momento de izar la Wiphala, todos deben guardar silencio y al terminar alguien debe dar la voz de triunfo y de victoria del

JALLALLA QULLANA marka, JALLALLA pusintsuyu ó TAWANTINSUYU.
JALLALLA JILATANAKAS Y KULLAKANAKAS

jilata eliass

Referencia Bibliográfica:

- Crónica del buen gobierno Ediciön 1612 por ph. Waman Puma de A.
- Historia de Bolivia Ed. 1920 por Froilån Giebel.
- Exhibición de la wiphala 1945 La Paz.
- Wiphala, trabajo de investigación por Germán Ch. Wanka, 1985.
- Seminario cultural realizado en Oruro, participaron Dirigentes Comunarios, 1986.
- Símbolos andinos aportes de Investigación V. Hugo Cárdenas 1987.
- Seminario taller en Oruro, Identidad cultural, 1989.
- Revista Chasqui Ed. junio 1990 Edit. Luciérnaga.
- Investigación CULTURAL por Carlos Urquiso S.
- La wiphala Ed. Presencia por Alejandro Guisber. 14 julio 1991.


Fuente
Ser Indígena
Por Elías 19 agosto 2007

Imagen
ninaquilla.blogspot.com

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/04/wiphala.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/04/wiphala_06.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/01/amautas.html

WIPHALA


LA WIPHALA EN LAS ACTIVIDADES DEL HOMBRE ANDINO

De acuerdo a las costumbres y tradiciones andinas, siempre está izada en todos los acontecimientos sociales y culturales, por ejemplo, en los encuentros de comunarios del Ayllu, en los matrimonios de la comunidad, cuando nace un niño en la comunidad, cuando se realiza el corte de cabello de un niño (bautismo Andino), en los entierros, etc.

La WIPHALA también flamea en las fiestas solemnes, en los actos ceremoniales de la comunidad, en los actos cívicos de la MARKA (pueblo) en los juegos de WALLUNk’A (columbio) en los juegos de competencia ATIPASINA (ganarse), fechas históricas, en las K'ILLPA (día ceremonial del ganado), en la transmisión de mando de las autoridades en cada periodo.

También se utiliza en las danzas y bailes, como en la fiesta del ANATA ó PUJLLAY (juego): en los trabajos agrícolas sin ó con yuntas, a través del ayni, la mink'a, el chuqu y la mit'a.

Al concluir una obra, una construcción de una vivienda y en todo trabajo comunitario del Ayllu y Marka.

Fuente
Ser Indígena
Por Elías 19 agosto 2007

Imagen
enciclopedia.us.es

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/04/wiphala.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/10/chaya-y-pusllay.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/04/la-challa-y-el-principe-pujllay.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/05/la-chakana-inka.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/04/ayllu.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/05/ayni-minga-o-minka.

WIPHALA



WIPHALA

Como comprensión del mundo y expresión de una comunidad

Símbolo de hermandad y sabiduría


Debemos destacar que la patria ancestral de los Quechuas - Aymaras cuenta entre sus emblemas más importantes como es la sagrada WIPHALA, compuesto de siete colores del arco iris y las de cuatro colores correspondientes a los cuatro SUYU, y podemos definir desde la óptica andina, los aymara-quechuas conocemos históricamente a la WIPHALA, como emblema nacional del Pusintsuyu o Tawantinsuyu.

La Wiphala está compuesta de 49 espacios con los siete colores del arco iris.

En el centro está atravesada por una franja de siete cuadrados blancos que simbolizan las Markas y Suyus, es decir la colectividad y la unidad en la diversidad geográfica y étnica de los Andes.

Esta franja representa también al principio de la dualidad, así como la complementariedad de los opuestos, por lo tanto unión de los espacios; y así la oposición complementaria o fuerza de la dualidad, es decir: fertilidad, unión de los seres y, por consiguiente, la transformación de la naturaleza y los humanos que implica el camino vital, y la búsqueda a la que éste nos impulsa.

Los cuatro lados de la Whipala conmemoran tanto a los Cuatro Hermanos Míticos; Ayar-kachi, Ayar-uchu, Ayar-laq'a y Ayar-k'allku, quienes fueron los precursores de los Cuatro Estados originales del Tawantinsuyu; así como simbolizan al calendario Cósmico de los Aymará Quishwa; las cuatro épocas del año divididas por las cuatro festividades que las conmemoran:

JUYPHI-PACHA o estación fría,
LAPAKA-PACHA, estación del calor,
JALLU-PACHA, estación de la lluvia, y finalmente,
AWTI-PACHA o estación seca.

Por eso la WIPHALA es el símbolo de identificación Nacional y Cultural de los Andes Amazónicos y altiplánicos, es el emblema de la Nación colectivista y armónico.

Es la representación de las actividades diarias del hombre andino en el tiempo y en el espacio.

Uno de los tantos investigadores de la cultura Aymara-Qechua como Carlos Urquizo S. confirma que la WIPHALA fué el emblema Nacional de la civilización andina, antes y durante el periodo de los INKA.

Sobre la existencia y el uso de este emblema probablemente sea desde la misma creación de TIWANAKU hace más de 2000 años.

De acuerdo a las investigaciones y excavaciones arqueológicas fueron encontradas restos de tejidos en diferentes regiones del Tawantinsuyu, que hoy comprende desde el Ecuador, Perú y Bolivia.

Entonces se supone que la WIPHALA fue utilizada desde hace muchos siglos, en los trabajos agrícolas, en fiestas solemnes, en actos ceremoniales y culturales y en todo acontecimiento social del hombre andino.

Según Germán Ch. Wanka: fué encontrado un objeto parecido a un estandarte en una tumba, de hace 800 años de antigüedad en la región de Chanqay, situado en la costa central del Perú.

Un objeto como banderín, denominado Walqanka, anterior a los Inkas, en un gráfico de Ph. Waman Puma de A. del año 1612.

Una WIPHALA pintada en una roca, que se encuentra en el lugar denominado Wantirani, en Qppakati Provincia Manko Kapaj del Departamento de La Paz.

Dos WIPHALAS pintadas en qheru ó vaso, que se encuentra en el Museo de Tiwanaku del Departamento de La Paz.

Así mismo una WIPHALA junto a los tejidos en Koroma, que datan de época precolonial, en la Provincia Quijarro del Departamento de Potosi.

En 1534 durante la invasión y ocupación de la ciudad de Qusqu hoy Cusco, los españoles encontraron la primera resistencia de los quechua-ayrnaras y vieron entre la multitud, objetos parecidos a la bandera de franjas y cuadros de siete colores del arco iris.

Creemos que con las investigaciones posteriores se podrán conocer más datos sobre la existencia de la WIPHALA.

Tenemos como tarea, para encontrar mucho más de los que todavía no hemos llegado a saber de las virtudes y conocimientos que tenían nuestros antepasados los AJAYUS y ACHACHILAS.

Probablemente la palabra WIPHALA viene del antiguo idioma (Jhaqi-aru) (idioma del ser humano) posteriormente denominado por el cronista Polo de Ondegardo en 1554 como AYMARA, que se deriva de las palabras jaya-mara (años lejanos ó tiempo inmemorial).

Entonces desciframos de la siguiente manera, primero (Wiphay) es voz de triunfo, usada hasta hoy en las fiestas solemnes y en actos ceremoniales.

Segundo, el (lapx-lapx) producido por el efecto del viento, lo que origina la palabra (laphaqi) que se entiende, fluir de un objeto flexible.

Juntando los dos sonidos (WIPHAY-LAPX) tenemos la WIPHALA, y la (px) se perdió por un pronunciamiento fácil de la palabra


Fuente
Ser Indígena

Imagen
alltheflags.us

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/02/la-anata-carnaval-andino.html

CISNE DE CUELLO NEGRO





Cisne de Cuello Negro
Cygnus melancoryphus
En lengua Tehuelche: Kokn


Natural de América del Sur. Es muy grande, mide 80 cm. Es parecido al ganso, del cual se diferencia por la cabeza y el largo cuello negro, el resto es blanco.

Sobre el pico presenta una carúncula roja. Los juveniles presentan cabeza y cuello gris parduzco y el resto parduzco. Los polluelos son blancos.

Vive en ambientes de agua dulce.

Para los Tehuelches, los cisnes de cuello negro eran sagrados. Cuenta la leyenda que cuando Elal estaba en peligro de muerte en manos de su padre, un gigante, el cisne lo cargó sobre su lomo y lo llevó a tierra firme, a la cima del cerro Chaltén.

Fue también el cisne el que lo transportó cuando partió definitivamente.

Dicen los Tehuelches que el recuerdo del peso del héroe hace silbar al ave en vuelo.

Según la leyenda, partieron hacia el este, haciendo un alto cada vez que el cisne se cansaba, y en cada ocasión Elal sopló y una isla surgió del océano.

Fuente:
http://www.turismo.riogallegos.gov.ar/contenidos/fauna.htm

Imagen
conserva.cl
Mauricio López E.

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/03/elal-y-las-aves.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/02/elal-y-sus-inventos.html

MUSICA MAPUCHE-Pewen sagrado pewen-1er lugar Festival La Union 2000



Canción mapuche de CECIL GONZALEZ ganadora del Primer Festival Nacional de La Union, interpretada por Susana Abgélica y Los Peñis. PEWÉN SAGRADO PEWÉN
Letra y Música: Cecil Gonzalez


En la inapire mapu, Wenumapu te creó,
pa alimentar al pewenche, que por ti un día nació.
Allí estás madre araucaria, nuestro sagrado pewén,
bella, altiva, milenaria, como mi Dios Ngenechén.
Pewén, pewén.

A mi pueblo das la vida, fósil viviente ejemplar,
y en la más alta mawida nos das esperanza y paz.
Compañera indisoluble, con mis peñis noble y leal,
eres savia del pewenche, que por siglos te va a honrar.
Pewén, pewén.

Estribillo:
Pewén sagrado pewén
del pewenche el aliwen.
Grande como Ngenechén.

A la entrada del otoño hay que irse a cosechar
pues los menu ya están listos pa bajarlos con aupal,
habrá que hacer una ruca pa pasar la temporá,
irán con sus pichi wentru, que también van a ayudar.
Pewén,pewén.

Después de largas semanas ya están listos pa bajar
con sus carretas cargadas de piñones pal hogar;
tendrán para hacer su harina, sus catutos y su muday;
y habrá que esperar otro año pa volver a cosechar.
Pewén, Pewén.

Estribillo: Pewén sagrado...

GLOSARIO:

Inapire Mapu: Precordillera, hábitat de la araucaria.
Wenumapu: Creador de la tierra
Pewenche: Gente del pewen
Pewen: Araucaria
Mawida: Area boscosa cordillerana
Aliwen: El gran árbol
Menu: Cabezas que contienen el piñón
Aupal: Garrochas para coschar piñones
Pichi wentru: Niños pewenches
Piñón: Fruto de la araucaria. Gran fuente proteica.
Catuto: Masa de piñón cocido
Muday: Bebida de piñón fermentado.



ÁRBOLES SAGRADOS
PILLÁN MAMUL MO

Allá en el principio de los tiempos, cuando los hombres peleaban su lugar y su predominio sobre las otras criaturas en su mundo recién salido de las manos sagradas de futa chao, el Dios Padre resolvió darles un guía... Ese guía saldría de ellos mismos, sería llamado Chamán y encaminaría su pueblo por la vida…

La antigua historia no se detiene, y cuenta también el viaje al más allá del "elegido". Así sabemos del vuelo mágico hacia el Centro del Mundo, donde hunde sus raíces el legendario Árbol Cósmico. Allí el que será chamán deberá subir los tapty (peldaños del árbol chamánico) y se detendrá para venerar en su camino a la Luna y Sol...y también dormirá un largo sueño en sus ramas, como huevo empollando por el Ave sagrada, hasta que esté formado y listo para la misión Divina.

Muchas culturas del Tierra hablan del Árbol Divino. ¿Una misteriosa coincidencia más?... Lo diferente es la especie, aunque se mantiene la constante sagrada.
Entre los yakutes es un abeto gigante, en cambio una hermosa leyenda urankhaia, la de los trágicos amores de bo-khan, el primer chamán, y una doncella celeste, cuenta que el fruto del amor humano- divino fué un niño que su madre despechada abandonó bajo un árbol para que éste lo nutriera con su savia. Ese árbol era un álamo, y de él se dice que desciende la raza de los chamanes...

Seguramente este sea el origen del porqué el chamán asiático sube los siete peldaños simbólicos en un altar hecho con madera de álamo...

Sin embargo entre los Araucanos y Mapuches de la Patagonia el árbol sagrado por excelencia es el folle o canelo, en el que cuentan se siente Nguenechen, el dios de las raza indígena...

Los indios respetuosos del mito milenario saben que bajo su sombra no se puede mentir o hacer promesas vanas... porque la amenaza de castigo es terrible para el transgresor, y también han aprendido que con el run run (giro en círculos), y una varita de canelo anuda un hilo se ahuyenta a huecuvú, el maligno.

Más todavía: en el sur de Chile el cultrún propiciador y también el rehue (o altar ceremonial), con sus siete escalones por donde sube la machi, están hechos con las madera del canelo sagrado para que la hechicera logre el máximo de inspiración divina.

Los mapuches de la argentina austral, en cambio, quizás porque el canelo allí no es especie arbórea sino arbustiva, lo han desplazado como madera para el altar de las ceremonia; en su lugar emplean doce cañas de colihue, que sólo por esta razón adquieren un toque mágico… el que se extiende inclusive a las cañas cuando llevan en alto las banderas de cada lonco (tribu) en las fiestas rituales.

Dicen que en la flora austral cada especie tiene un espíritu guardián que reside en ella y la protege… Por eso el aborigen, antes de cortar la más pequeña rama o recoger un fruto, deberá pedir permiso a su invisible "señor".

Los dueños de los árboles más venerados y propiciados con ofrendas materiales son los del canelo, del maitén, del boldo, y… del pehuén. Cada uno tiene su rango divino, y el aura mítica lo envuelve a los ojos azorados del indígena…

Su antigua creencia le explica que el Dios vive en el maitén, y que por eso su porte elegante y su follaje brillante. Al mismo tiempo se siente protegido por él… sino ¿cómo abría, sin el maitén, para contrarrestar los efectos de las plantas demoníacas o malignas?

La tradición le ha enseñado que el sagrado boldo es una del las apariencias del Am o "alma externada" de los que han ido poco tiempo, y por eso los respeta y cuida… Si el árbol crece sano y en abundancia: ¿qué mejor garantía para la abundancia en las cosechas y en los ganados? Es más, la leyenda afirma que quien consuma su fruto vivirá larga vida, sobre todo si recoge el medio de una noche obscura y tormentosa… Eso sí: luego de permiso al "dueño" y de obsequiarlo con el consabido tributo.

El pehuén, en especial, recibe el cariño y la veneración de los antiguos habitantes del sur, sobre todo en Neuquén. Lo sienten tan profundamente propio que lo han elegido como un emblema, y se llaman así mismo los "pehuenches". E incluso como los hijos suyos buscan para el casamiento la bendición del mítico pehuén, la que les asegurará una unión buena y fecunda. Y es forma que lo consigue… si el primer encuentro ente los esposos se realizan bajo las ramas protectoras de la especie sagrada.

Entre todos los pehuénes el Picún Chao del cajón del manzano es el pino santo por excelencia… ¿Cómo no homenajearlo y congregarse en trono a él si el milagro lo ha marcado visiblemente? Es que una tormenta perdida en el tiempo del Hachadel temible Pillán araucano, el rayo lo abatió… pero resurgió de sus cenizas en un retoño vigoroso, símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte. Por eso, en las festividades principales, promesantes de distintos puntos de la Patagonia peregrinan hasta el Picún Chao y no le dejan su ofrenda incompleto silencio, respetuosos del portento de este misterio de la naturaleza.

En la memoria colectiva de las comunidades aborígenes vive el recuerdo de las sacralidad del coíhue, o el alerce… o del seco y retorcido algarrobo del gualicho. Muchos ya han olvidado los porqué o las causas primera del mito, pero de generación en generación los patagonienses han cuidado celosamente la preservación del culto a los árboles y su presencia mágica.

Para el blanco una planta es… una planta. De ella podrá obtener utilidades varias, pero seguirá siendo sólo un vegetal. Para el indio, en cambio, una planta es vida espiritual también, y le reconocen no sólo usos sino sobre todo virtudes. Por eso hablarán de plantas divinas, diabólicas o mágicas... y con cada una trabarán relaciones especiales.

Los viejos muy viejos han enseñado a los jóvenes a distinguir a las plantas diabólicas como el litre y el latué en Chile, o el parasitario quintral, el que busca el trueno, en las laderas y largos cordilleranos de la argentina austral. A ellas le quemarán como leña para extirpar al demonio, pero se persignarán al tocarla, y escaparán del humo maléfico que suele traer erupciones y conjuntivitis a los incautos. Y si solamente pasarán a su lado durante un viaje si no deberán olvidar el conjuro: "-yo soy el litre y tú Juan (dice el indio Juan)" de modo que el árbol se equivoque y descargue su veneno sobre sí mismo. Claro que otras culturas de la región son más expeditivas: prefieren el método directo del azote… y castigan al maligno con las ramas divinas del maqui, del natre o del maitén.

Verdaderos especialistas en plantas mágicas son los dunguves, los adivinos y curanderos del amor, los que dominan los secretos estimulantes, propiciadores y afrodisíacos del pailahua, el llaquén o paramel, el mellico lahuén... y otras plantas hueñan hue para el deseo. ¿Cómo no recurrir al pailahue si se quiere recuperar el amor del hombre infiel? ¿O al nüume lahuén para obtener el amor? ¿O al latué que debita o a nula la personalidad… con cuidado en no excederse en las dósis por que la muerte puede llevarse a la persona deseada?

El conocimiento del reino vegetal no puede descuidar los usos y peligros de plantas venenosas de probada eficacia como los hongos, el pichoga, el chamico y el colliguay, aprenden la historia de caiquenito distraído, el que se quedó, en las tierras templadas del norte cuando su tribu retornaba a los pagos sureños. Dicen que su madre lo fué a buscar y lo entregó a un genio de la naturaleza para que le diera el correctivo más eficaz… Y el indiecito se convirtió en calafate, la planta del fruto penitente que si se come atrae irresistiblemente al sur.

Y así coinciden la leyenda del origen de la violeta amarilla o pilún dewu, la creación del Gran Pillán araucano, que empezó con el otro viviente bello y resistente de esta flores, el otro oro mineral que ambicionaba para su ruca divina y que tan generosamente le entegará Lil, el rico sin alegría…

O la leyenda de la ñaculahuén, la hierba sagrada que cura las úlceras… y que recuerda el entrañable amor del bravo Cacique Loncopán y de Pilmaiquén, la enamorada esposa que diera su vida y sus fuerzas para que Loncopán sanara el terrible mal que lo llevaba a la muerte…

O la leyenda de la mutisia, o la leyenda del pehuén… ¡Y de tantas otras leyendas y mitos!

Los indios de las tierras patagónicas saben que un mismo hilo sagrado une a Ngen Lemú, a los árboles sagrados, las plantas mágicas o diabólicas, o las hierbas medicinales o alucinógenas y a la flora de leyendas y tradiciones… Y lo preservan y lo respetan, enseñando a sus descendientes hacerlo también. Porque en el más austral rincón del planeta la llama divina no se apagado…

Quizás se deba a que las culturas aborígenes no han echado al olvido la única gran verdad, el misterio de los misterios: la Vida. Y la celebran…

Fuente
Una Vieja Leyenda
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/02/uamenk-el-chaman.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2011/01/el-camaruco.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/05/los-caballos-blancos.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/08/el-pehuen.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/nquilli.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2008/08/trentrn-y-caicai.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/04/nanculahuen.html

UÁMENK - EL CHAMÁN

Machis hacia 1903.

Machi, persona que tiene la función de autoridad religiosa, consejera y protectora del pueblo mapuche.

Eogativa mapuche Lago Calafquen 1996 Angelita Huenuman Victor Jara


Rogativa mapuche, Lago Calafquen 1996, tomadas por Victor Calzadillas con autorizacion del Lonko convocante.


UÁMENK - EL CHAMÁN

Segunda parte: El vuelo sagrado…

En el enclave de América, allí donde los vientos tienen fuerza cósmica y cantan mitos y leyendas olvidadas huecuvú, el espíritu maligno que trae consigo la enfermedad y la muerte, devora en fiebres a su nueva víctima.

Superstición y sabiduría, el veredicto es el mismo: solo la machi puede enfrentarlo y vencerlo…

Con la hechicera sagrada llegan la esperanza de la salud y la vida. Ella sabe su oficio: primero diagnosticar, luego curar… en el peutucutrán inicial (diagnóstico) podrá en contacto el cuerpo del enfermo con el de un cordero o lechón, para que el mal se transfiera al animal. Así, cuando lo sacrifique y examine sus vísceras, ¡verá el daño y su diagnóstico no fallará!

De a cuerdo con tan preciosos datos optará por el lahuentrún o cura mágica a base de hierbas, raíces u otros remedios de la naturaleza, o por el machitún ceremonia curativa en la que compromete toda su ciencia y su ser mismo.

En el machitún, sea diurno o nocturno, superstición y magia se dan la mano y retroalimentan… ¿Acaso no existen por y para el otro?

Cuando la ceremonia es diurna participan muchos parientes, amigos y vecinos. Por eso tal vez es tan sonoro y dinámico el rito: la machi bate su sagrado cultrún y danza y canta su machi ül (canción de la machi), en tanto que dos pihuichenes o niños santos ejecuten un ahuín o vueltas a caballo, en círculos alrededor de la ruca donde yace el enfermo atormentado. El misterio atrapa a todos y cada uno de los presentes: la médica hechicera, casi en trance aspira y exhala el hálito del caballo blanco y del alazán, y se restriega contra los pechos sudorosos de los animales del rito, implora, corre… ¿es que ve a huecuvú y lo persigue?..., ¡¿cómo saberlo si solo ella puede penetrar en las sombras?!

Pero el machitún nocturno es todavía más solemne y misterioso.

Quizás por el encierro, por la hora, por la visión del enfermo que atrapó el maligno…

Todo se conjuga para que esta sea una experiencia única:

¡La del trance sagrado o alto vuelo!

El ritmo antiguo de su cultrún sagrado guía a la intermediaria entre el hombre y el Dios, y por la escala mágica haciende los peldaños de éxtasis: el perimontún, o aparición de visiones, el kuimínkelen o caída en trance, y el péuma o arrobamiento extático –místico…

Solo así brilla la revelación curativa y traba lucha sin cuartel con huecuvú o la enfermedad…

Su manifestación más palpable son las extrañas palabras y sonidos que brotan de la garganta de la machi… ¿que dice? ¿Porqué nos eriza la piel su lenguaje incoherente?...

Solamente el nguempin, el dueño de la palabra, puede interpretar la vieja lengua sagrada… y la acompaña, para que en el viaje de regreso la machi no olvide los mensajes de la "otra orilla".

Después, la espera… si triunfa la salud, la machi agiganta su prestigio… si triunfa la enfermedad y la muerte: ¡es que Nguenechen así lo quiso!... ¿será por esto que el circuito mágico sigue rondando por la Patagonia después de tantas lunas?

Como centro de la convocatoria sobrenatural la mujer chamán no sólo cura, sino que también acompaña a las almas de su pueblo al "Reino de la Sombra", para servir de mediadora entre ellas y sus dioses celestes o infernales, grandes o pequeños… por eso dicen que es la gran especialista de almas: vela por ellas, encarnada o desencarnada, y las ve, conoce su forma fantástica y accede a la visión de su destino…

Tan fuerte es el poder de las relaciones chamánicas con el más allá y tan vivo su reconocimiento en las sierras australes que en 1960, cuando terremotos y temibles maremotos azotaron el cordón meridional de Chile, en la costera reducción indígena de collileufú, al sur de Puerto Saavedra, ruego, ceremonia, rituales y sacrificios humanos propiciatorios a cargo de estos mágicos guardianes del equilibrio material y espiritual…

¡Y el orden volvió!

¿Fué por obra de la naturaleza misma o por la meditación de las machis? Es otra pregunta sin respuesta…

En sus prácticas el chamán o la machi acceden al trance extático por autosugestión, heterosugestión, y muy frecuentemente por el uso de plantas alucigénas que se considera sagradas. Así por medio del michay, o el peyote, o el molle entre otras, el chamán americano concentra su poder, visita el otro mundo, y adquiere un nuevo y quizás más verdadero sentido de lo real.

La ingestión de las sustancias alucinógenas es variada: puede fumarse, inhalarse, beberse, o masticarse. Lo seguro es el desencadenamiento natural dentro del estado misionario…

Bajo el efecto de las drogas alucinógenas la machi entra en estados alterados de su consciencia. ¿Que ve en su éxtasis? ¿Que se imprime en su cerebro durante el vuelo mítico? Seguramente revelaciones de sonidos, formas y colores, y corporizaciones no habituales… cuyos símbolos reproducirá luego en los extraños dibujos y pintura de las cuevas, ornamentos, y objetos del rito.

No olvidemos que el chamán es un verdadero artista del misterio… ¡y así están los elementos luminosos geométricos que desvela a los estudiosos: puntos, estrellas líneas paralelas o en zig zag espirales, triángulos, círculos concéntricos, enrejados, hexágonos...! ¡Y también las alucinaciones figurativas que hablan de su cultura la caza, las danzas, la vida doméstica…!

Vemos, si, pero no vemos, porque pese a nuestra ciencia y a los siglos de información que acumulamos, aún no sabemos el porqué de la reiteración de los motivos pintados en culturas y sociedades muy distintas unas de otras… Y sobre todo no alcanzamos "el desciframiento" de tales plasmaciones chamánicas. No todavía…

Creo desde muy atrás en el tiempo van al pasado prehistórico de los pueblos que habitaron el suelo americano, existió la relación de las manifestaciones artísticas indígenas con el chamanismo y con el uso de alucinógenos... ¿fuente de inspiración?

¿Aguzamiento vidente de la memoria colectiva de la raza que no quería morir?

¡Quien sabe!

Pero así están las evidencias en el arte rupestre pagoniense, con las magníficas huellas en el Alero del Chamán, en las cuevas de comayo, y también en el sagrado Cerro Yanquenao, el del círculo basáltico sagrado con la roca piramidal en el centro, el de la tumba revelada…

Mucho se ha dicho y se seguirá diciendo con códigos humanos y el chamán y su dominio de la naturaleza, de si mismo, y del vuelo sin fronteras de su mente… Pero el código chamánico o mágico de las cuevas, de sus tailes de su trance visionario aún es un secreto… que custodian y preservan celosamente los oficiantes de los sagrados…

EL AUN

Ritual funerario de los mapuches que se realizaba antes de la sepultura del cadáver. De acuerdo a la importancia del fallecido variaba la importancia del rito. Su objeto era el de alejar a los malos espíritus que pudieran llevarse el alma.

Según Aída Kurteff el ritual consistía en "realizar carreras a rienda suelta alrededor de la persona fallecida, danzar y entonar ciertas salmodias en prueba de la más alta distinción que podía brindársele al ser amado que dejaba esta vida".

"El AUN -continúa diciendo la Kurteff- también tenía el propósito de espantar la sombra de los CALCU o brujos que merodeaban por los cementerios para apoderarse del ALHUE, el fantasma del muerto, y poder utilizarlo en sus hechizos. Algunos hombres estaban a cargo de cubrir de lajas y mantas el fondo de la huesa donde se apoyaría el cadáver, y una vez colocado en su lugar, los deudos comían y bebían poniendo en la sepultura parte de los víveres para que el AM o alma participe del ritual."

"También se sepultaban junto al muerto todas sus pertenencias más preciadas, así como vasijas con granos de cereal que servirían al AM de alimento mientras no abandonase los despojos para dirigirse al RANGUIÑHUENU, el medio cielo, pues aseguraban que tras el firmamento visible había otro mundo, y esto que los humanos alcanzaban a ver es tan sólo la mitad del cielo, estando reservada la otra mitad al HUENU, cielo o más allá donde habría de ser recibido el ALHUE del difunto".

HUECUVÚ

Genio del mal que interviene en la vida del hombre destruyendo lo que este construye y enfermándolo para que no le sea posible trabajar.

Dicen que este genio supedita su acción al Pillañ y que a veces adopta la forma humana o de cualquier animal, procediendo a quemar la leña de canelo para que el hombre se vaya del lugar.

También llaman Huecuvú a ciertos valles donde proliferan hierbas dañinas, existiendo una enfermedad nerviosa y fatal en los equinos a la que denominan huecú, producida por la ingestión del coirón blanco, que a dado motivo a estudios especiales.

En los pasos cordilleranos se suele encontrar una gran cantidad de animales muertos y osamentas, lo que es atribuido por los indígenas exclusivamente a la obra del Huecuvú.

NGUILLATÚN

La ceremonia. El ritual religioso más importante de la cultura mapuche-huilliche que dejó de practicarse en Chiloé durante la Colonia. Fue restituido -casi como símbolo- por el movimiento de la mapuchería, en algunas comunidades isleñas.

(Se forma un círculo con estaquillas, en un sitio prominente. La entrada única de este patriarcal se orienta hacia el O. y es un arco ornamental similar a los que se entrecruzan al interior, con flores y ramas de laurel. En dirección al E. se plantan tres arbolitos.

El maestro de ceremonia, con un báculo, inicia una procesión por fuera del sitio sacro, acompañado de su escolta que porta una bandera de paz y dos ramos de laurel y seguido de todos los participantes, entonando una canción de paz. El recorrido continúa por dentro, sin zapatos ni objetos metálicos y cantando o rezando temas religiosos, en `idioma'.

En este recinto se inmolará también al animal; con su sangre se hacen cruces en la frente y se fleta a las personas enfermas. El cadáver del ternero de más de dos años es retirado para ser carneado; se regresará sólo las menudencias para ser quemadas. En todo momento se ofrenda a Chau-Dios y se le rocía chicha o se entrega alimentos al Abuelito Huentreao, a Blanca Flor y al Inca Atahualpa que están simbolizados por los tres arbolitos de laurel que fueron plantados al interior.

Una vez que se han consumido los animales sacrificados, fuera del patriarcal, se baila el circular. Luego viene la fiesta.)

(Versión de Carlos Lincomán, cacique general de Chiloé).
Una Vieja Leyenda

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Alineación al centro

UÁMENK - EL CHAMÁN



EL CHAMÁN

PRIMERA PARTE: EL PRIMER SUEÑO...

En las altas cumbres de los Montos Altai, entre el Irtish y el lago Baiakal, nació en un tiempo sin tiempo el chamanismo. Así lo bautizaron en tungús y así ha perdurado en muchos pueblos…

Es arte y ciencia de brujos, o hechiceros, o magos, o inspirados. Consiste por excelencia en el dominio voluntario de las técnicas del éxtasis, o sea: del vuelo mágico con el alma… Esto le permite servir de puente entre el aquí y el más allá… y con tales características se a expandido por los cuatro puntos cardinales.

Andando, andando, penetra en América posiblemente por el helado estrecho de Bering y pronto se irradia por todo el continente… y quizás así llega un día a la Patagonia, hoy unos de los últimos reductos de los misterios chamánicos.

Hay Chamanes o machis de la cordillera andina, en las mesetas y en las costas australes. Saben su ciencia milenaria, y la ejercen con gestos burlón hacia los médicos blancos formados entre libros y aparatos: -¿Qué saben ellos de sacar afueras espíritus malignos, o de curar enfermedades del gualicho o del mal de ojo, o de brujerías, o de empachos...?

Debemos tener algo muy en claro: ser machi no es para cualquiera.

Existe culturas en las que se "hereda" esa condición de padres a hijos, y otras en las que el clan o la tribu designan al que será niño sagrado. Y hay también quienes buscan voluntariamente la condición chamánica… y estos son los menos considerados, ¡porque es elección de los dioses y no se aprende de los hombres!...

Pero en estas regiones en extremo sur de América "se nace" machi, aunque la persona lo ignore durante muchos soles y lunas… Lo sabrá cuando sea el tiempo, y porque Nguenechen lo quiere.

¿Algo "especial" marca que será después porta voz de los misterios?

En el epicentro asiático lo diferente solía ser afeminamiento, o la ambigüedad sexual. Sin embargo entre los araucanos lo es la constitución enfermiza o débil, el estómago delicado, la propensión a sufrir desvanecimientos, las formaciones, e incluso las reacciones epilépticas… aunque no excluye lo afeminado en los llamados berbaches… en realidad lo dominante es el espacio y el tiempo es la manifestación nerviosa morbosa… que es sólo "signo de la elección divina", porque los cierto es que el chamán, una vez consagrado, se cura a sí mismo y cura a los demás… ¿no es acaso un médico sagrado?

¡Claro que no basta con la "rareza" si no hay iluminación reveladora!: en algún momento el elegido pasa de la ignorancia al conocimiento… dicen que a acausa de un accidente, caída peligrosa, la mordedura de una serpiente, una enfermedad mortal… Entonces, la inconsciencia del cuerpo y la mente, entre las tinieblas florece el sueño revelador, el perimontum: un espíritu protector, o algún antepasado, o ¡hasta el propio Nguenechen, el gran dios de Araucanía!, informa que será chamán su condición de mediador mágico y le ordena: ¡hazte machi!

El despertar no será signo del conocimiento de un largo camino imposible de eludir… ¿acaso puede escaparse de los que todos lo saben y todo lo pueden?

Por eso, para formarse el elegido busca a un guía experimentado, al padre -chamán o a la madre- Machi… y con ellos se iniciará en la ciencia perdida en el tiempo que solo pasa de hechicero a hechicero.

En realidad, en la doble instrucción chamánica que recibe, tiene los mejores maestros.

¿No son espíritus superiores los que lo forman en orden extático, a través de sueños y trances hipnóticos "reveladores" del misterio, de las formas y nombres de las entendidas sobrenaturales, del secreto de las fuerzas cósmicas?

Dicen que si las iluminaciones proceden de espíritus del cielo será un chamán -blanco, y si lo instruyen criaturas del infierno, chamán- negro…

A su vez, los ancianos maestros chamánicos le transmitirán las disciplinas que guardan la tradición: las técnicas sagradas, mitologías y genealogía del clan, los cantos y leyendas, la obscura lengua del trance… y también las propiedades curativas del las plantas, animales y minerales.

La divina instrucción lo dá todo, pero exige "la prueba": aislamiento, soledad, largos ayunos agobiantes, torturas, mutilaciones reales o simbólicas… Soportará lo posible y lo imposible: que le horaden la lengua, que le claven espinas… ¡y aún mucho más! y así pasará meses, y quizás años… hasta que esté listo.

No obstante el sufrimiento solo no es suficiente… Porque la prueba máxima en el trance mágico es la experiencia del descuartizamiento y la muerte, el ascenso al Cielo y el descenso al los Infiernos…

Para darle "fuerza" y prepararlo es que han introducido en el cuerpo en trance, real o mágicamente, piedras de secreto poder, flechas espinas o cristales de roca… y aguarda…

La experiencia iniciática en la Patagonia tiene como ámbito la caverna, el reducto que adornan cabezas de animales, objetos rituales y pinturas chamánicas como el laberinto no son sino símbolos concretos del tránsito hacia el otro mundo, del descenso a las regiones de ultratumba. Allí, en ese círculo cerrado y secreto, de dolor, de misterio y de vuelo mágico, si soporta la reducción al esqueleto podrá renovar su cuerpo y resucitar a la vida…

¡O no será nada!

Finalmente, cuando la agonía se vuelve triunfo, toda la comunidad se viste de fiesta: hay nuevo guardián del equilibrio Tierra

- Cielo, ¡hay un chamán!

Ahora puede obtener lo que quiera de las fuerzas sobrenaturales invocadas, sean estas ánimas, espíritus tutelares de la Naturaleza,… o demonios…

Pero ¿es que acaso no lo pueden poseer y hacerle daño?

Los que saben afirman que un verdadero chamán es también un espíritu superior, y que por eso lo respeta el círculo de las sombras…

Al chamán lo distinguirá en adelante un importante atuendo ceremonial, que por lo general consiste en un gran tocado en su cabeza, pinturas corporales que reproducen signos mágicos y una vestimenta en la que no faltan el rayo que indica el origen celeste de sus poderes, ni las plumas represtativas de su vuelo, ni las bolsitas de cuero con sustancias, sagradas, ni el hacha o las placas consagratorias. Así se los ha visto en los rituales y así aparece en las pinturas rupestres…

La machi de la Patagonia, en cambio, es más sencilla en su atuendo: su túnica larga, el manto tradicional sujeto con el tupu de plata, y abalorios distintivos de su rango. Claro que mantiene su cabeza cubierta: dicen que para ocultar y preservar el anullo precioso ubicado en el centro craneano, por donde recibe la iluminadora energía cósmica…

Los colores sagrados que ponen su sello en todo portavoz del misterio son el azul, el blanco y el amarillo.

¿Por qué justamente los tres?
¿Que fuerzas simbolizan?
¿Representan acaso los grados de la prueba iniciática del trance?

Tal vez signifiquen, el cielo, la pureza, la tierra…

Lo extraño es que también se repiten en otras muchas culturas de Oriente Y occidente.

¿Hay aquí otra llave al misterio universal?

No lo sabemos. Pero en tanto la machi hechicera usa esa segunda y mágica piel cromática, bata su cultrún resonador y su canto profundo rebote en las aristas del recinto cerrado o se eleve en el aire, todo estará bien sobre la tierra y los hombres.

Y cuando la rogativa chamánica sea necesaria, cuando lo requieran los rituales curativos del machitún o ellahuentún, la machi volará alto hasta el sitio donde se baten las luces y las sombras, y allí peleará por los suyos. Cuando regrese volverá con el orden en las manos… y todo recomenzará.

Quizás sea por ella que no se extingue la raza del sur…

Este es otro de los misterios que silba el viento del Elëngasem.

Continúa...
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Una Vieja Leyenda


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dearpatagonia.com

GUACOLDA

He aquí pincelazos de un cuadro imaginario, hecho para contar la historia mítica de Guacolda y Lautaro...


Para algunos historiadores la existencia de Guacolda solamente consta en el poema épico La Araucana, escrito por Alonso de Ercilla (1533-1594), y por eso es probable que sea un personaje creado por el poeta para ejemplificar las características de la mujer mapuche.

Profundamente enamorada de Lautaro, sentimiento que era correspondido, le habría acompañado en sus últimos momentos antes de ser derrotado por Francisco de Villagra.

Cuenta Ercilla que:

"Aquella noche el bárbaro dormía
con la bella Guacolda,
y ella por él no menos se abrasaba".

Según la tradición, Villagra, vencedor, la habría llevado consigo y la mujer habría muerto de pena al poco tiempo.

A pesar de que la existencia de Guacolda pueda ser discutida, ha llegado a formar parte de los elementos que constituyen la identidad nacional.

Una mujer de carne y hueso.

Para los cronistas coloniales, en cambio, se trata de un personaje de carne y hueso y no dudan de su existencia y explican su nombre a partir del mapudungun Wa-kelü, o Wa-koli, (choclo, maíz - colorado, rojo), deduciendo, por ello, que habría sido de cabellera rubia o rojiza.

Para los españoles, su nombre era Teresa y era una mujer hermosa.

Guacolda se habría unido a Lautaro cuando este tomó la ciudad de Concepción.

Fray Diego de Ocaña, la religiosa Imelda Cano, el padre Rosales, y posteriormente Benjamín Vicuña Mackenna, coinciden en describirla como una bella mujer que fue seducida por el valor y el talento de Lautaro y que decidió seguirlo con decisión y coraje.

Las crónicas también señalan que Guacolda y Lautaro sirvieron en casas de españoles. Se dice que Lautaro sirvió al mismo Pedro de Valdivia y que Guacolda se habría criado en la casa de Francisco de Villagra.

Si bien los mapuches tenían un miedo supersticioso a los españoles, pues les atemorizaba tanto su presencia como para considerarlos dioses malignos, se podría inferir que ni Guacolda ni Lautaro les temían: ambos habían vivido en sus casas, los habían visto dormidos, enfermos, quizá borrachos, los habían visto comer, llorar y reír, y hasta habían limpiado sus armas.

Para ambos los españoles no eran dioses sino seres humanos, hombres de la tierra, como ellos y, por lo tanto, susceptibles de ser derrotados.

Cuando Lautaro dio por finalizado su aprendizaje, partió a unirse a la sublevación de su pueblo. Guacolda se le habría unido y ya no se habría separado más.

Guacolda habría estado presente en la toma de Concepción, en la Batalla de Mataquito, (1 de abril de 1557), y en el asalto a Santiago.

También habrían muerto juntos, en una emboscada tendida una noche por Francisco de Villagra.

Alonso de Ercilla y Pedro Mariño de Lobera cuentan, en sus respectivas La Araucana e Historia de Chile, que Guacolda habría predicho a Lautaro el desastre y la muerte en la víspera de la batalla de Chilipirco (batalla de Peteroa, 1557), donde ambos habrían muerto.

Rol de la mujer mapuche

En la sociedad mapuche, la mujer cumplía un rol económico de importancia, al desarrollar en mayor parte las tareas del agro; incluso, antes de formalizarse alguna unión matrimonial, el novio debía recompensar a su futuro suegro con algunos animales. Su vida transcurría entre la crianza de los hijos y las labores económicas; formaba parte de un grupo de varias esposas, que vivían en la misma ruca o vivienda mapuche, junto a sus hijos.

Descripción de González de Néjera

Alonso González de Nájera, autor del Desengaño y Reparo de la Guerra del Reino de Chile, describe a la mujer mapuche así:

"...Aunque en general tienen las mujeres el color más castaño que moreno, tiénenlo muchas veces verdinegro y quebrado, y unas más blanco que otras, según los temples de las tierras donde nacen y se crían... Son comúnmente de mediana estatura, y en general tienen grandes y negros ojos, cejas bien señaladas, pestañas largas y cabello muy cumplido... Su vestir es honesto para bárbaras, pues usan de faldas largas, mostrando sólo los pies descalzos y los brazos desnudos. Sus ejercicios son hilar y tejer lana de que se visten... Tienen a cargo las mujeres la labranza de las tierras, y el hacer los vinos...".

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laspitucasnylon.blogspot.com

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EL TERRIBLE CHERUFE



Esta historia comienza con la desgracia de una joven mapuche, que fue vendida como esposa a un brujo viejo y sucio, cuya barba maloliente le colgaba sobre su vientre enorme. La muchacha lloraba desesperada, maldecía su suerte y rogaba a su familia que no la obligara a irse. Pero el trato estaba hecho, no había mas remedio que despedirse y seguir a tan repugnante marido por el camino que llevaba a las montañas.

Ya habían dejado atrás su ruca cuando la muchacha hizo el último intento por salvarse. Como caminaba detrás del brujo y era ágil como un huemul, no le fue difícil correr hasta un cañadón cercano y esconderse entre los matorrales. Temblando, oía las furiosas amenazas de su dueño, que gritaba buscándola por todas partes. Ella hubiera querido encogerse, hacerse chiquita como un escarabajo y desaparecer debajo de la tierra. Entonces se acurruco rodeándose las piernas con las manos, apoyo la cabeza sobre sus rodillas y se envolvió en su pobre mantón. Así la descubrió uno de sus hermanos, que en secreto la había seguido.

- No llores mas, hermanita, mira lo que te traje – le dijo en un susurro mientras le acariciaba la cabeza. Le entrego dieciocho plumas blancas de piuquén y agrego -: No son solo un recuerdo. Cuando me necesites, mándame una de estas plumas. Yo sabré reunirme con vos.

- Pero yo no quiero irme – contesto llorando la muchacha.

- A casa no podes volver – dijo el hermano- anda ahora con el brujo, llévate a Trewul y ten confianza en mí, no voy a abandonarte.

Y así fue como el brujo, la joven y el perro retomaron el camino hacia el oeste.

El brujo iba montado en una cabra y la muchacha lo seguía como podía, por una senda que se volvía cada vez mas empinada.

- ¿A donde vamos? – pregunto ella.

- A cazar un guanaco – contesto el brujo.

Pero la muchacha no sabia que estaban subiendo por la ladera de un volcán, en cuyo cráter vivía el espantoso Cherufe.

Tan cruel como poderoso, el Cherufe era el Señor de esa montaña.

Desde arriba dominaba cielo y tierra: amenazaba con relámpagos y truenos, lanzaba rayos que incendiaban los bosques o enviaba destructoras oleadas de lava. Había una sola y atroz manera de tenerlo conforme: entregarle periódicamente una muchacha, para que se comiera su carne tierna. Después se entretenía con un juego macabro: incendiaba las cabezas y las arrojaba por la pendiente. Así llegaban al pie de la montaña, donde la gente del valle recibía espantada esa confirmación terrible.

Cuando ya estaban muy alto, el brujo dijo a su esposa:

- Descansa un poco que ya vuelvo – y fue a entrevistarse con el Cherufe. Pero la muchacha lo siguió, silenciosa, y los escucho tramitar el nuevo acuerdo: el brujo recibiría enormes poderes a cambio de su joven y hermosa mujer.

Entonces la muchacha llamo a Trewul y le entrego una de las dieciocho plumas de piequén.

- ¡¡Rápido, rápido!! – le dijo susurrando – ¡¡que no sé si me salvo!!

Y el perro tomo delicadamente la pluma entre los dientes y se fue corriendo montaña abajo, como una pequeña piedra que rodara, como una mancha más en el paisaje.

Más rápido de lo que puede creerse, el hermano estuvo junto a la prisionera. Ella le contó precipitadamente lo que había oído y el joven decidió seguir al brujo.

Cuando se encaminaba seguido de su perro hacia la que supuso la cueva del Cherufe, vio que la custodiaba un nahuel, alerta. Pero Trewul supo tomar al puma por sorpresa y lo dejo fuera de combate.
Libre el paso, el muchacho pudo acercarse al lugar de la entrevista. Escondido detrás de unas rocas se asomo a la gruta, en donde negociaban los dos monstruos, sentados entre los restos de las muchachas muertas. Entonces el muchacho se retiro rápidamente, para sorprender al brujo, que ya se despedía. Dejó que, montado en su cabra, bajara unos metros en dirección a donde había dejado a su hermana, y cuando paso bajo su escondite empujo sobre el, enormes rocas que lo sepultaron.

Enseguida retrocedió para buscar al Cherufe y lo enfrento con su cuchillo.

Entonces el Señor del volcán ataco con sus armas: los relámpagos iluminaron el cielo, la montaña tembló y se partió en enormes grietas. Al borde de una de ellas gesticulaba enfurecido el Cherufe, cuando, en un instante, perdió el equilibrio y su cuerpo de gigante cayo al precipicio, hundiéndose para siempre entre las rocas.

Buscando un camino entre las grietas, las rocas partidas y el polvo, bajaron la montaña los dos hermanos y una corte de muchachas liberadas. Todos los mapuches del valle los esperaban y no hubo quien no vivara al salvador de las muchachas, al pacificador de la montaña, que llevaba en su vincha, como una corona nevada, las dieciocho plumas blancas de piuquén.

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fotolog.com

EL SACRIFICIO QUE APAGO EL LANIN

El Lanín es un Estratovolcán. De una altura de 3.776 metros sobre el nivel del mar, no registra actividad desde el siglo XVIII, no obstante este Estratovolcán se encuentra incluido en el cinturón de fuego del Pacífico.
Se encuentra en el límite entre Argentina y Chile.
Vista desde el Lago Huechulafquen (Argentina).



Dicen los mapuches que cada montaña tiene su dueño, su Pillan, un espíritu que guarda sus tesoros y la protege de los grandes abusos.

El Pillan vive en la cumbre desierta hasta donde nadie se aventura, pero baja para recorrer sus caminos, cuidar los animales del bosque y asomarse a la orilla de los lagos o a la puerta de los valles, donde termina su reino. Cuando el Pillan se enoja, un viento amenazante comienza a agitar las copas de los arboles, expulsando el silencio y reuniendo las nubes. Cuando castiga, provoca tormentas, derrumbes, erupciones... Y, calmar la ira de un Pillan a veces exige sacrificios inolvidables.

La tribu del cacique Huanquimil vivía hace mucho tiempo en el valle de Mamuil Malal, contra la ladera norte del Lanin, donde los pehuelches se levantan enhiestos y oscuros como centinelas, donde crecen los amankays como una sorpresa repetida y corren las maras entre la espesura.

Una vez, un grupo de muchachos recorría el bosque buscando caza, siguiendo las huellas de un huemul. Decididos, con el carcaj y el cuchillo bajo el manto de lana y seguidos por los perros, iban subiendo la ladera.

- Seguro que se fue para el torrente – dijo uno – allí lo atraparemos–
Y sin mas palabras marcharon, optimistas, siempre hacia arriba, siguiendo la rastrillada que circunda la montaña.

Sus pasos se hicieron sigilosos al acercarse a la cascada. Era un arroyito, apenas un hilo de agua que bajaba desde la cumbre, donde piedras o ramas caídas formaban aquí y allá pequeños estanques, donde el bosque perdía toda rudeza, tapizado de musgo y adornado de flores.

Ocultos y en silencio, esperaron al huemul. Después de un rato que pareció muy largo, el animal llego al claro y se puso a beber delicadamente el agua transparente. Los muchachos apuntaron sus flechas, pero los perros, inquietos se les adelantaron y espantaron al ciervo, que se escapo rápidamente ladera arriba, buscando el refugio de los arboles.

Y comenzó la persecución. Los perros olfateaban la huella y corrían, erizados, mientras los cazadores se separaban, subiendo por distintas sendas, para acorralar a la presa. A veces el huemul se detenía y luego, asustado, volvía a escaparse, siempre trepando montaña arriba, su única vía libre.

Ya estaban muy alto cuando lo atraparon, cuando arrinconaron contra las grandes peñas al animal ya sin resuello. Así pudieron clavarle sus cuchillos, temblando ellos también, sin aliento para gritar el triunfo, con el corazón batiendo como el parche de un Kultrun y las pantorrillas dolorosas.

Una vez recuperados, miraron a su alrededor antes de comenzar el descenso. No conocían ese sitio, nunca habían subido tan alto por las laderas del Lanin, y el paisaje había perdido su aspecto familiar. Ya no había árboles, con hongos sembrados a sus pies; ya no se veían mas pájaros ni flores; aquí y allá se encontraban los huesos blancos de algún animal muerto; el suelo rocoso no se escondía bajo la alfombra de hojas, de frutos, de ramitas... se desnudaba, barrido por un viento helado que no tenia ya donde enredarse. La montaña entera parecía depurarse en silencio y blancura.

Cierto desasosiego los hizo interrumpir el descanso y desear estar de vuelta en su ruca, con el fuego encendido y el olor del asado deshaciéndose en humo... Entonces se levantaron y comenzaron el descenso, arrastrando el cadáver montaña abajo.

Antes de que el cuerpo del huemul fuera desollado y su carne deshuesada y salada, el volcán empezó a humear, amenazante. Y esa misma noche, acostados, todos sintieron en sus cuerpos el temblor de la montaña y escucharon el retumbar se sus entrañas.

Así comenzaron días de angustia para la gente de Huanquimil.

El humo nubló el cielo y no se vio mas la luz del sol, la tierra caliente temblaba bajo los pies de los mapuches, una lluvia de cenizas caía sobre los sembrados. De nada sirvieron las rogativas, las ofrendas...

¿Como podría aplacarse la furia del Pillan?

La machi recurrió a las cortezas de Coihue, pero las escrituras resultaron ambiguas. Entonces se recluyo dos días para meditar, aislada en una grieta, envuelta en su grueso manto y alimentándose solo de tallos de niolkin.

Volvió de su retiro ensombrecida por la revelación: solo una ofrenda calmaría al Pillan, y pedía el mayor tesoro de Huanquimil, su hija Huilefún.

- Debe llevarla arriba el más joven y valiente de los Koná - agrego la machi.

¡Cómo lloraron los huanquimiles! Pobre Huilefún, ¡tan hermosa, que no terminaría de crecer!

- ¡No puede ser, no puede ser!! – gritaba su madre, desesperada.

Pero el feroz sacrificio debía cumplirse.

Hermanas y primas vistieron y arreglaron a Huilefún, que, callada, las dejaba hacer.

Ellas le trenzaron el pelo, la arroparon en un manto nuevo y se lo sujetaron con un broche de Llanka. Así se presento ante todos los que se habían reunido para despedirla, mirando con ojos tristes a los muchachos, pensando si seria este o aquel el encargado de acompañarla arriba.

Se adelanto Quechuán y dijo:

- Yo te llevo, Huilefún. Y llego el momento de la despedida.

El sonar de los Kultrunes ahogo el sollozo de Huanquimil; su mujer, con el cabello cortado, corrió hasta Huilefún para darle el último abrazo y prenderle en el pecho su mechón de duelo.

Después Quechuán le dio la mano a la muchacha y se los vio desaparecer y aparecer alternativamente, camino arriba, hasta que sus siluetas se perdieron en la montaña encapotada de humo y de cenizas.

Quechuán y Huilefún subieron sin hablar la cuesta del Lanin. Les faltaba el aliento por el esfuerzo y de a ratos se sentaban a descansar sobre las rocas. A medida que subían el calor se hacia insoportable, y tenían que taparse la cara con el manto para no respirar el aire cargado de ceniza.

Cuando Huilefún no pudo más, Quechuán la sentó sobre sus hombros. Así llegaron hasta el borde del cráter.

- Ya podes volverte, Quechuán – dijo muy bajito Huilefún.

Quechuán bajo a la muchacha pero no la soltó. La rodeo con sus brazos y le dijo:

- Yo me quedo con vos – y beso los labios calientes de Huilefún.

Se sentaron juntos, abrazados debajo de sus mantos, que habían unido. Hasta que algo los cubrió de improviso, una sombra en medio de las sombras. Eran las alas de un cóndor, que, poderoso, se abalanzo sobre la pareja y arranco a Huilefún de los brazos de Quechuán. Aprisionándola con sus garras la levanto en el aire, sobrevoló la cima y la dejo caer en la boca humeante del cráter.

Mientras Quechuán corría cuesta abajo, un aire húmedo y frío invadió la montaña, al tiempo que caían los primeros copos. Fue la nevada más grande de que se tenga memoria, duro tantos días que ya nadie recuerda cuantos. Constante, blanca, mansamente, la nieve cayó sobre el cráter sepultando para siempre su fuego milenario, enfrío la montaña para salvarla del incendio y cubrió la tierra mapuche con su blanco mantel protector.

Cubierto de nubes o reluciendo al sol, el viejo Lanin es la montaña más importante de Neuquén. Su cúpula asimétrica, siempre brillante de nieve, atrae de inmediato la mirada y nadie la deja atrás sin darse vuelta para verlo por última vez. Sereno, inconmovible, se yergue por sobre el esplendor de bosques de suelo ceniciento y lagos de playas oscuras, vagos recuerdos de antiguos incendios.

Imagen
mundonahuilen.blogspot.com

Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Volc%C3%A1n_Lan%C3%ADn

http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/11/mutisia.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2009/12/calcura.html
http://compartiendoculturas.blogspot.com/2010/11/el-pehuen-errante.html

LA CAMPANA DE RERE


Rere localidad ubicada en Yumbel - Bio Bío, Octava Región de Chile.


Quien no conozca la campana de oro de Rere, no conoce el tesoro más preciado de este histórico pueblo de la región del Biobío. Por allí dicen que no vale la pena visitar el pintoresco poblado, a 70 kilómetros al sur de Concepción, si no se contempla la majestuosidad y hermosura de la forma y tañido de dicha reliquia.

En ella está resumido el orgullo de los rerinos que no olvidan la antigua grandeza que le dio origen cuando en esas tierras se encontraba la próspera Estancia del Rey y se producía oro en abundancia.

La campana data de comienzos del siglo XVIII, concretamente del año 1721. Fue construida por iniciativa de los jesuitas con el propósito de anunciar con mayor belleza el llamado a las múltiples ceremonias religiosas que se celebraban en la misión de Buena Esperanza de Rere.

No se tiene certeza acerca del lugar en donde fue construida pero, según la leyenda, tal obra fue posible gracias al generoso donativo de joyas de oro, plata y otros nobles metales que los vecinos entregaron a los misioneros.

Cuentan también que ante tanta belleza y tan extraordinarias cualidades, las autoridades eclesiásticas de Concepción quisieron llevarse la campana. Sin embargo, con más de 40 yuntas de bueyes fue imposible sacarla siquiera fuera de la villa. Pero, para devolverla a su legítimo lugar bastó sólo una.

Hoy, la legendaria campana está ubicada en lo alto de un bello campanario construido en 1921. Desde allí, cada domingo, lanza sus melodías a rodar por los suaves lomajes de la comarca.


Por Luis Espinoza F.
http://yumbelbiobio.blogspot.com/

http://www.icarito.cl/enciclopedia/articulo/primer-ciclo-basico/lenguaje-y-comunicacion/lectura/2009/12/53-7055-9-3-mitos-y-leyendas-chilenas.shtml

Imagen
radiobiobio.cl

VILLANCICO NORTEÑO



Villancico tradicional chileno