LA TABLA DE PIEDRA





Un modelo de modestia y humildad

Su Wang y Shen Yuanyong eran unos hombres cultos de la dinastía Song (960-1279). Un día, al hacer un viaje oficial al norte de China, se quedaron en el monasterio budista Minzhong en el monte Yan.

Cayeron sobre una tabla de piedra con inscripciones que databan de la dinastía Tang. El lenguaje era elegante y hermoso. Había alrededor de 3.000 caracteres chinos. Shen Yuanyong tenía muy buena memoria. Después de memorizar la inscripción, la recitó una y otra vez mientras caminaba. Su Wang escuchaba mientras seguía caminando, al parecer sin poner atención.

Cuando regresaron al monasterio, Shen Yuanyong quería alardear de su excelente memoria, por lo que escribió de memoria el contenido de la inscripción. Dejó de lado las palabras que no podía recordar. Se le olvidaron un total de 14 caracteres chinos. Su Wang echó una ojeada a lo que había escrito Shen, luego tomó el pincel y añadió los 14 caracteres que faltaban. Luego, corrigió otros cinco que Shen no había recordado correctamente. Después de corregir, dejó el pincel y se fue a entretener con otras personas. No se veía ni orgulloso ni arrogante. Shen Yuanyong se sorprendió y comenzó a admirar a Su Wang.

Hay un proverbio chino: “No me jacto de ser mejor que otros porque los otros son mejores que yo en muchos aspectos.” Lo cual es muy cierto.


UN BUEN HOMBRE

Chen Jiting fue un erudito de una escuela dedicada al estudio racional de los clásicos. Él dijo un día: “Un buen hombre debe conocer al menos dos tipos de vergüenza. Una es la de presumir o mostrar sus puntos fuertes. La otra, disimular sus errores o debilidades. Un verdadero hombre de bien debe ser humilde en cuanto a sus fortalezas y estudiar diligentemente para vencer sus debilidades.”

También dijo: “Hay dos tipos de deficiencias que un hombre de bien debe evitar. Una, es envidiar los talentos de los demás. La otra, es hacer un gran revuelo de las incapacidades de los demás. Cuando alguien hace algo, un buen hombre debe alegrarse como si lo hubiera realizado él mismo. Cuando alguien no hace algo, un buen hombre debe considerarlo como una lección que le enseña a hacerlo bien.

Un buen hombre tiene que eliminar la vanidad, la arrogancia, que se caracterice por lo siguiente: “Yo soy el único que puede hacerlo bien y nadie lo logrará tan bien como yo.”

Confucio dijo:

“Un buen hombre se inspira en las fortalezas de los demás y evita cometer los mismos errores de otras personas para perfeccionarse.”

Fuente:
http://deorienteaoccidente.wordpress.com/
Imagen
arelarte.blogspot.com